Prince

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La inocencia cándida de la infancia suele atraer la nostalgia una vez que se ha quedado atrás

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La inocencia cándida de la infancia suele atraer la nostalgia una vez que se ha quedado atrás.

A Shoto le resulta ciertamente vergonzoso releer el papel arrugado y corroído por los años que sostiene entre sus manos. La letra torpe y torcida, sin gracia y la tinta azul se corre y mancha parte del papel, pero la frase aún permanece apenas legible.

"Quiero un príncipe"

Un deseo anhelante de un niño iluso, pedido a una estrella fugaz.

La sonrisa triste no tarda en posarse en sus labios mientras los recuerdos llenan su mente, como hace tiempo no sucede.

Esos cuentos que su madre solía contarle a la hora de dormir, buscando aliviar el dolor de su pequeño, limpiando lágrimas cristalinas que se deslizaban por sus regordetas mejillas. Lugares fantásticos, con hadas, magos y sirenas, animales increíbles y gigantescos castillos. Y por supuesto, el valiente príncipe azul que en su noble corcel siempre salvaba a la hermosa princesa del terrible dragón que la mantenía prisionera en una alta torre.

El valiente y genial príncipe que blandía una espada reluciente sin temor alguno a la temible bestia escupe fuego, aquel que enfrentaría cualquier reto, aún por muy imposible que pareciera, solo para salvar a su amada.

Si, Shoto siempre quiso un príncipe.

¿Quién más sino podría salvarlo a él y a su madre del feroz Endeavor?

"¿Mami, dónde puedo encontrar un príncipe?"

Había preguntado una noche tormentosa mientras Rei terminaba de vendar uno de sus brazos. La mirada plata de su madre lo observó sorprendida, y pareció pensar un poco sus palabras.

"¿Por qué preguntas, cariño?"

El infante mordió sus labios con nerviosismo y jugueteó con el bordillo de su camiseta un par de veces antes de acercarse al oído de su madre y susurrar su plan maestro.

"¡Un príncipe podría llevarnos lejos de aquí! ¡También a Natsu-nii y Tou-nii y nee-san!" su emoción subió mientras hablaba y tapó su boca con sus manitas, preocupado porque su padre pudiera escucharlo, antes de continuar "¡Y también podría jugar conmigo!"

Shoto no comprendió el porqué de las lágrimas que se deslizaron por las pálidas mejillas de su madre antes de responderle.

"Algún día encontraras esa persona que te salve Shoto, tu propio príncipe encantador. Oh bueno, puede que sea una princesa."

Presionó un beso amoroso en la pequeña frente de su hijo, deseándole dulces sueños. Y Shoto, Shoto soñó con el héroe que lo llevaría lejos de su padre.

Pero el tiempo pasó, todo se derrumbó frente a sus ojos. Touya murió, su madre se fue; y ningún príncipe apareció.

Ahora estaba solo y sabía que ningún príncipe vendría a salvarlo.

Los sueños llenos de fantasía que por tanto tiempo habían sido su refugio, fueron suplantados por pesadillas, y la esperanza ferviente en su pecho fue apagándose de a poco.

Convertirse en un héroe le parecía casi irónico cuando él no pudo salvar a su hermano ni a su madre, ni siquiera así mismo de los caprichos de Endeavor.

Pero esperaba... que en algún punto del camino, pudiera entender qué era lo que le faltaba, que era eso tan necesario que movía a los héroes verdaderos, como All Might, a seguir adelante sin rendirse, para poder salvarlos a todos.

Y entonces... tuvo su respuesta de quién menos esperó.

Ciertamente, no fue como en los cuentos que tanto le fascinaban de niño. No estaba en apuros... o no lo veía así. No estaba encerrado en una torre, ni ninguna bruja malvada le había lanzado un hechizo. Él no tenía una espada reluciente ni un corcel blanco, pero... había preocupación sincera, una sonrisa desafiante y un par de huesos rotos; dispuesto a hacerle entender que ese fuego al que tanto le temía, era suyo y de nadie más.

Y luego hubieron sonrisas radiantes, conversaciones -monólogos- largas durante el almuerzo; noches de películas con sus demás compañeros y salidas al cine y al centro comercial, tardes de estudio en su habitación y horas de comic, manga y videojuegos.

Todo, mientras él le extendía una mano, mostrándole el mundo del cual se estaba perdiendo.

—¿Todo bien amor?— la voz llena de preocupación llama su atención fuera de sus recuerdos.

Shoto levanta la vista del papel arrugado en sus manos y la dirige hacia Izuku, quien se acuclilla frente a él para asegurarse de que todo esté bien. La banda en su cabeza retiene sus rizos verdes, despejando su frente sudada. Llevan todo el día desempacando y acomodando muebles en su nuevo departamento, y bueno, como Shoto es el holgazán entre los dos, se había puesto a "organizar" algunas cosas que Fuyumi le envió.

—No es nada— responde guardando la carta de nuevo en la caja. —Solo recordaba.

Izuku suelta el aire en sus pulmones, y le sonríe como solo él sabe hacerlo. Su mano derecha se dirige hacia Shoto y la mirada exótica se cierra mientras disfruta del toque delicado sobre su rostro, acariciando sus mejillas y apartando algunos cabellos.

Y como siempre, su corazón se eleva y se siente liviano.

—Solo estás escapando del trabajo y dejándomelo todo a mi ¿no?— Shoto sonríe con inocencia antes de que Izuku se lance sobre él e inicie el ataque de cosquillas.

Al final del día, con las manos ásperas de Izuku sosteniéndolo con cuidado, presionando besitos por toda su cara, la nostalgia de sus recuerdos ya no tiene tanto peso.

Porque Izuku es su príncipe, su calma, el bálsamo que ha aliviado sus heridas desde aquel día en el festival deportivo. Su héroe y su amor.

Tal vez debería decirle a su madre, que al final ella tenía razón, y había encontrado a su propio príncipe encantador.

Esto tiene una segunda parte, así que continúen uwu

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Esto tiene una segunda parte, así que continúen uwu

Sun & Moon [TodoDeku Week 2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora