Sun & Moon [TodoDeku Week 2022]

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—¡Y entonces Deku-san saltó para atraparme!— las pequeñas manos de Eri se elevaron al cielo, con sus ojitos rojos brillando de emoción.

—¡Ja! ¡Eso no es nada!— respondió prepotente el niño —¡Nii-san venció a un villano enorme para salvarme!

Shoto vio desde la cocina como la niña hacía un puchero mientras Kota tiraba puños al aire, seguramente imitando a Izuku; en medio de la sala común, con montones de crayones, marcadores y lápices de colores regados por toda la mesa, y montones más de hojas de papel.

—Todoroki— llamó su profesor, quién hablaba por teléfono, seguramente con el director —¿Podrías vigilarlos por un momento? Tengo un asunto que atender con Mandalay. No dejes que salgan a ningún lado.

Y sin dejarlo responder, Aizawa-sensei salió de los dormitorios.

Todoroki se quedó de pie, con su botella de agua en mano y la mirada perdida; mientras imágenes aterradoras de sus clases extra para obtener su licencia de héroe regresaban a su mente.

Estaría bien. Eran solo dos niños esta vez. Solo dos. Podía manejarlo.

Se acercó con cautela hasta la sala común y se sentó en el sofá, siendo ignorado por los dos infantes que hablaban sobre cómo Izuku los había salvado. Shoto sonrió, maravillandose por las anécdotas llenas de emoción y movimientos exagerados de ambos pequeños.

—¡Oye! ¡Tú!— La mirada feroz de Kota se dirigió a él —¿Qué hay de tí?

—T-torrodoki-san... ¿cierto?— Eri fue más tímida al acercarse, pronunciando mal su nombre, pero Shoto no tuvo corazón para corregirla, no cuando ambos niños lo miraban expectantes y llenos de ilusión.

—¿Yo qué?— pero Shoto no entendía qué querían que les respondiera.

—¡Tú estudias con Izuku-nii!—respondió Kota.

—¿Cómo es Deku-san en la escuela?— continuó Eri.

—Igual de increíble que siempre, inteligente, hábil, veloz— la voz neutra no titubeó en ningún momento al responderles, pero sintió que el calor empezaba a aglomerarse en sus mejillas. —Él también me salvó.

—¡Wow!— respondieron al unísono los infantes.

—¡¿Cómo fue?!— brincó Kota.

—¡¿Verdad que las manos de Deku-san son gentiles?!— preguntó Eri.

Shoto asintió antes de hablar, preguntándose si los niños entenderían, pues Izuku no lo salvó de un villano. —Fue... en el evento deportivo de la escuela— comenzó —Él... me inspiró para dar lo mejor de mí, me enseñó lo que es realmente ser un héroe. Y de alguna forma, eso fue lo que me salvó— Eri y Kota lo observaban maravillados, como si cualquier mínima cosa que Izuku hiciera fuera un acontecimiento lleno de magia, cautivante e impresionante. Él pensaba lo mismo. —Nunca he encontrado la forma adecuada de agradecerle.