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Era un día distinto al resto, iba en el coche con mi "madre" y mi "padre", si es que a esas dos personas que amargan la mismísima existencia, se les puede llamar padres, no sé donde estábamos yendo exactamente pero cualquier sitio era mejor que mi casa, de repente note como el coche se paraba.

-Niña ya puedes bajar- dijo mi madre mientras bajaba bruscamente mi maleta.

- Cuidado que la vas a romper, bruta- contesté, cuando vi que estaba tirando la maleta al suelo.

- Uy, ni que llevaras platos de cerámica-Grito.

No contesté, empecé a mirar a mi alrededor y me di cuenta de que parecía un internado, enserio mis padres me odiaban tanto como para hacerme esto.

-¿Dónde coño estamos, mamá?-Pregunté hecha una furia.

-¡Niña las palabritas, que sigo siendo tu madre!-Me gritó- En un internado, te dejaremos aquí, tu padre y yo nos vamos del país, durante mucho tiempo y no queremos una niña caprichosa y malcriada, molestándonos por detrás.

-Mamá me llamo LEYRE, no niña ni niñata, a ver si me empiezas a llamar como me bautizaste- Le grité.

Y cuando me quise dar cuenta, mi madre me había pegado un bofetón en la cara, lo que produjo que me cayera al suelo y que todas las personas que estaban nuestro alrededor nos mirase con cara de preocupación, cuando de la nada, apareció un chico de pelo moreno, el cual lo había visto antes de bajarme del coche con más chavales que parecían de mi edad, ya que no me habían parado de mirar desde que paramos el coche , detrás del chico apareció un hombre más mayor.

- ¿Estás bien?- pregunto el hombre mayor agachándose.

Solo asentí con la cabeza, no me salían las palabras, seguía es shock por lo que mi madre había hecho, es decir, no era la primera vez que me pegaba siempre lo hacía pero nunca en público.

-Iván, ayúdala a levantarla- dijo señor, mientras se iba ha hablar con mi madre- llévala a mi despacho.

-Que si, ya voy- dijo el chaval mientras me ofrecía la mano.

Estuve apunto de no aceptar la ayuda pero por alguna razón decidí no hacerlo, ya sería borde en otro momento.

-Gracias- le dije fríamente.

-No me las des- dijo el, mientras abría paso entre la gente- mira vez aquel chico de allí, el de rizos, fue quien se dio cuenta de tus gritos pero fui yo el único que reaccionó-siguió diciendo el- sígueme, es por aquí el despacho de Héctor, por cierto soy Iván y tú Leyre ¿no?.

- Lo oíste en la pelea ¿verdad?- dije frustrada.

El solo sonrió mientras asentía con la cabeza.

-lo he oído yo y medio internado y me tengo que ir, ha sido un placer - dijo irónicamente y se fue.
Como la espera parecía larga, saqué en mi libreta y empecé a anotar ideas para lo qué estoy escribiendo.

——NARRA IVÁN——

Acababa de bajarme del coche de mi padre, cuando lo arranco para irse.

-Papá ¿Quieres hacerme el favor de esperar un minuto para poder bajar la maleta al menos?- Le grité.

-Pues rapidito, que no tengo todo el día- Me respondió mientras hablaba por teléfono.

No contesté, saque la maleta del coche y se fue sin ni siquiera decirme adiós, no sé de que me sorprendía si siempre es igual. Empecé a caminar y vi a mis 2 mejores amigos, Cayetano y Roque, sin pensármelo dos veces, fui a saludarlos.

Una vida diferente (Fanfic: El internado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora