3. Joder, Barbie táctica

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Barbie y Ken habían salido a dar un paseo por la ciudad una vez ella volvió del preescolar. Fue ahí cuando pasaron por un artesano.

La rubia quedó pensativa con lo del tema del armamento para el día siguiente. En la ciudad de su mundo juguete no había prácticamente nada referente a armas o combate. Solo había dos niñas en su casa, por ende no había juguetes ni casi nada por el estilo.

Igual entró sin pensarlo, a lo cual Ken estaba confundido.

—Squizee Clown ¿Como estás?— saludó Barbie entusiasta.

—Pero si son la preciosa Barbie y Ken ¿Que los trae por aqui a mi tienda?

Squizee clow en un juguete de payaso que le compraron a Danna en un restaurant de comida rápida. Tenía largos brazos y manos grandes. Fabricaba muchas cosas en el mundo juguete, objetos que obviamente jamás se reflejarian en el mundo real al solo existir ahí.

—De casualidad ¿No sabrás construir armamento? Obviamente en el estándar juguete, algo así como la de las figuras de acción.

—¿Armamento?— preguntó Squizee sorprendido por la rara petición.

—Barbie, cariño ¿Para que quisieras armas?— Esta vez él de la pregunta fue Ken.

—En el mundo juguete del preescolar, participé en un juego de supervivencia. Parecido al paintball pero donde todo se valía. Por desgracia, mi arma se trabó, las del lugar son algo defectuosas. Asi que quisiera tener las mías propias.

Barbie explicó muy emocionada y Squizee Clown escuchaba atentamente.

—Perdona Barbie, no se construir armas. Pero haré todo lo que pueda para hacerte algo que puedas usar allí.

—¿De verdad?— los ojos de Barbie relucian al escucharlo.

—Te lo juro por mi nariz roja.

Al final, Barbie y Ken salieron del establecimiento. Ella salió muy sonriente hasta que vio la cara de Ken.

—Oh no, yo conozco esa mirada. ¿Que parte de esto no te parece?

—¿Todo? No lo se, Barbie. No quiero que te lastimes. Ni aunque tengas buenas armas durarias mucho ahí.

—No me sobreestimes, Ken. Logré bastante para ser nueva.

—¿No habrá sido suerte? Te la vives cocinando, pintando y yendo de compras. ¿Como vas a saber sobre pelear y esas cosas, Barbie? Deberías quedarte en lo que eres buena, ya tienes un montón de talentos ¿No?

Barbie fruncio el ceño y dio media vuelta.

—Ve tu a comer solo. No tengo hambre.

—Vamos Barbie ¿Te enojaste?

—No estoy enojada, te esperaré en el auto.

Ken la tomó de la mano y la acercó a él.

—Ya ya, perdona si dije algo que te molestó. Enojarte no arreglara nada. Ven, vamos a comer.

Barbie lo pensó un segundo, se centró en su toque y su tono amable, y terminó cediendo y yendo con él. No quería pelear.

Y en un parpadeo ya era el día siguiente, y se encontraba golpeando un saco en el área de combate. Se desahogaba para tratar de pensar mejor o simplemente no pensar.

—¿Estás enojada con el saco?

Una grave voz masculina asustó a Barbie y tiró un golpe sin pensar. Max Steel lo esquivó por los pelos.

—Hey hey, es al saco, no a mi.

Barbie se sintió avergonzada.

—Lo siento de verdad, fue accidental. Lo juro

—Ya ya, tranquila. No pasó nada. Estas enojada, está bien, solo se más cuidadosa.

Ella asintió aún arrepentida y él pensó un momento.

—Solo te venía a avisar que ya va a empezar la supervivencia. ¿Preparada para pagar? Me gusta el bistec.

Barbie se rió y juntos fueron a la arena.

—El que vas a pagar eres tu— exclamó orgullosa pero inmediatamente la fanfarroneria se le bajó —Si no se me traba el arma, por supuesto.

—¿No conseguiste nada? —Barbie negó.

Cuando llegaron al lugar, Max se puso a revolver sus pertenencias y sacó un rifle y unos cuchillos. Inmediatamente se las dio a Barbie. Esta se quedó observando el rifle.

—¿Sabes disparar esa cosa?

—¿Acaso no es tuya? ¿Porque ayudas al oponente?

—Aún si tuvieras las mejores armas del mundo, no durarías 30 minutos contra mi.

A Barbie le habían dicho algo parecido ayer, pero esta vez, se sentía en un concepto completamente diferente.

—Pero puedes intentarlo. Si vas a intentar vencerme, será mejor que estemos en igualdad de condiciones.

Barbie sonrió satisfecha y se fue a cambiar. Pronto, ya no estaba con una falda rosa pastel y un suéter blanco. Estaba completamente vestida de camuflaje y con un casco. Y por supuesto, el rifle de Max Steel en sus manos

Rifle que le tuvieron que enseñar a usar unos minutos antes de entrar, por supuesto.

—Quien pensaría que detrás de ese soldadito hay una barbie—bromeo él con ella. Aunque era difícil de saber, pues el tono de Max steel era muy serio todo el tiempo.

Menos mal, Barbie captaba con rapidez y golpeó su hombro. Él solo rió.

—El mapa nos tirará en lugares diferentes— El apuntó al logo de su ropa—Soy el único Max Steel del área, mi uniforme es diferente al resto, sabrás encontrarme. Cuando vea tu larga coleta rubia, sabré que eres tu. Cuidate, nadie te puede matar antes que yo.

Max le dio golpesitos al casco de Barbie y entró. Efectivamente, lo teletransportaron a algún lugar, ella entró y pasó lo mismo.

Y así, en ese caos de explosivos y disparos, el juego comenzaba y Barbie sonreía para sus adentros. Definitivamente no tenía que ser subestimada.

Ella podía ser lo que quisiese ser

Ella podía ser lo que quisiese ser

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25/05/2022

Un Amor de JugueteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora