Los días pasaban, poco a poco, Barbie y Max iban conociendo nuevos lados que no conocían del otro.
Lo que para algunos era el lado menos glamoroso de la convivencia, para ellos llenaba su vida de color.
Max pudo ver a Barbie sin arreglarse, recien levantada, y aún asi le parecía adorable. Barbie descubrió que Max era quisquilloso con la comida, algo que no esperaba. Barbie era sonámbula a veces, Max tenía insomnio. Barbie echaba primero la leche, Max primero el cereal.
Pequeños detalles que aunque pareciesen insignificantes, eran parte de ellos y que lentamente iban conociendo.
Sin embargo, se entendían y completamentaban. Max no era muy pegajoso y Barbie disfrutaba mucho de salir, asi que no pasaban todo el día y todos los días juntos, se buscaban cuando se necesitaban, y eso estaba perfecto.
Ella iba mucho al preescolar, a veces Max iba con ella. A veces los dos decidían no ir, como ese día.
Se encontraban sentados al borde de la piscina, no se bañaban en ella, simplemente estaban con sus pies en el agua. A Barbie le gustaba salpicar, era muy hiperactiva, Max solo la dejaba ser.
—¿Como te va trabajando con Squezee Clown?— preguntó ella mientras le aplicaba protector solar a Max en el rostro (No le gustaba usarlo, otra cosa que aprendió Barbie)
—Estoy aprendiendo bastante. Es divertido probar cosas diferentes y no solo vivir peleando— Max cerró los ojos, odiaba ponerse esa cosa, pero le gustaba que Barbie lo tocara, lo relajaba mucho. Asi que estaba bien.
—Aún asistes a la arena cada vez que vamos.
—Claro, aún me gusta. Pero que mi vida girara en torno a eso, era cansado.
—¿Disfrutas vivir conmigo en un lugar tan tranquilo entonces?
Max abrió los ojos, Barbie tenía las manos sobre su rostro. El inclinó un poco su cabeza y besó la palma de Barbie.
Si, se estaba volviendo codicioso.
—Por supuesto que si.
La muñeca rió nerviosa y apartó las manos. Ese hombre era un peligro para su corazón. Últimamente, entre ellos había mucha tensión y cada vez más, una cercanía más íntima, que era abruptamente cortada a la mitad por alguno de los dos.
Fue entonces que cada uno escuchó unas voces a lo lejos y salieron de mundo juguete por un rato.
Desde la sala (donde Danna los había dejado), vieron a la tía de la niña se iba rápidamente de la casa.
—Debo apresurarme, mi vuelo me va a dejar. Pasaré a despedirme de las niñas también. ¡Gracias por todo!
Escucharon y ella salió por puerta. Max Steel sabía que Barbie había decidido no ir al preescolar hoy a propósito, para no ver a la tía de Danna irse desde allá.
También era imposible meterse en la maleta desde la casa, porque esta estaba costantemente vigilada debido a que había niñas muy curiosas y torpes en el hogar.
Los dos devolvieron su conciencia al mundo juguete.
—¿Estás bien?— preguntó Max a Barbie.
Esta le dio una sonrisa pero se notaba algo torcida.
—Si, tranquilo. ¿Sabes que la silla de ruedas de Ryan funciona de maravilla? Dijo que un día de estos deberíamos visitar la casa de antigüedades y rarezas para conocer a Nate. Nos quiere presentar a su novio ¿No es un amor?
Max Steel notó el repentino cambio de tema.
Sabía que Barbie no lo quería admitir, pero si estaba decaída por la idea. Y como no, era algo que realmente quería desde hace un tiempo. No significaba que ahora no fuese feliz, pero esa frustración de no haber logrado algo que quería, estaba fresca.
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Un Amor de Juguete
FanfictionBarbie es una muñeca. Hermosa, amable y encantadora. Ken es su novio. El estereotipo de chico perfecto. Pero todo no siempre es lo que parece, y en el mundo hay muchos juguetes por conocer. ¿Que pasará cuando Barbie salga de su casa de muñecas y con...