𝕊𝕎𝔼𝔼𝕋 ℂℍ𝔸𝕆𝕊 - SeongJoong/WooSan [EDITANDO]

no quiero... no puedo...

HONGJOONG NARRA

Habían pasado días desde que Seonghwa y yo nos vimos por última vez, probablemente dos o tres semanas. Quería escribirle, pero no tenía el coraje para hacerlo, me pone nervioso pensar que lo que pasó ese día fue algo pasajero. Iba caminando por el vecindario perdido en mis pensamientos, cuando a lo lejos diviso a Wooyoung bajándose de una camioneta negra lujosa; me causó curiosidad ya que nunca había visto el carro. Me coloqué detrás de un árbol para evitar ser visto y me quedé observándolo; no me gustaba espiar a mi amigo así, pero honestamente me tenía muy preocupado. Wooyoung se notaba algo tenso, tenía los ojos rojos, como si hubiera llorado por mucho tiempo. Vi que el que conducía era un hombre algo mayor y este tenía una sonrisa bastante siniestra mientras le hablaba a Wooyoung, este último parecía temblar. El hombre se fue y Wooyoung se dirigió a la entrada de su casa. Dejé que pasaran unos minutos y fue a su casa, tenía que hablar con él. Me sorprendí al notar que no había entrado a su casa, se encontraba en un banco que estaba al lado de la puerta, él lloraba desconsoladamente, me partió el alma verlo así. Me acerqué lentamente y me senté a su lado, no hice ningún ruido. Cuando sentí que se estaba calmando, por fin hablé.

—Woonie...–este levantó la cabeza algo asustado y desorientado, pero cuando vió que era yo, trató de fingir una sonrisa, me si cuenta que llevaba haciéndolo desde hace tiempo.

—Joongie, ¿todo bien? ¿Qué necesitas?

Yo solo me quedé observándolo, no había dado cuenta de lo demacrado que estaba. Su piel estaba más pálida de lo normal, sus ojeras bastante marcadas, se notaba más delgado, sus labios estaban rotos, como cuando los muerdes por ansiedad, tenía algunos moretones en los brazos. ¿Qué estaba pasando? Él se dió cuenta de mi mirada y se tapó con sus brazos y el abrigo que tenía en la mano.

—Woo...

—¿Sí?

—Mírame a los ojos...

Yo solo lo miraba otra vez, así era que nos comunicábamos cuando a uno de los dos le pasaba algo, solo conectábamos miradas y ya sabíamos que algo estaba mal, pero parece que Wooyoung está evitando verme a los ojos.

—Wooyoung...

—No puedo...–comenzó a derramar lágrimas.—Por favor no me obligues...–Wooyoung temblaba, le costaba respirar. Yo lo tomé en mis brazos antes de que se derrumbara y lo acerqué en un abrazo, nunca había visto a Wooyoung así, me dolía el corazón al verlo en ese estado. Wooyouung se había vuelto esencial en mi vida durante estos últimos años, verlo así me destrozaba.

—Sabes que nunca lo haría, Woo... cuando estés listo, estaré aquí para escucharte, ¿sí?

Wooyoung se quedó un tiempo callado, parecía pensar en algo.

—Entremos...

Nos paramos del banquito y Wooyoung sacó la llave para abrir la puerta de entrada. Sus padres no se encontraban, como pasaba usualmente. Nos sentamos en un mueble de la sala, uno al lado del otro, Wooyoung seguía perdido en sus pensamientos, yo me quedé observándolo, esperando alguna acción.

—Hace unos meses, estaba en casa de San. Ese día no me sentía bien, comencé a dudar, empecé a pensar que ustedes estaban cansados de mí, pensé que era una carga para ustedes...–Wooyoung bajó la cabeza.—Eso provocó una ataque de ansiedad, comencé a caminar y caminar... no sé en qué momento llegué a un lugar no tan bueno de la ciudad, un chico comenzó a acosarme y un hombre amigo de mi mamá me ayudó a salir de esa situación. Confié en él ciegamente...–había comenzado a temblar, sus ojos estaban aguados. —No, no puedo... no quiero...

—Está bien, está bien, tranquilo, respira...–

—¡No! ¡No está bien! ¡Todo está mal! ¿No lo entiendes? ¡Vivo atormentado! ¡Tengo miedo, me siento asqueroso!–no supe cómo reaccionar a eso. A Wooyoung le habían enseñado unas técnicas de respiración para cuando estaba en estas situaciones, le pedí rogando que las hiciera. Luego de calmarse, se mantuvo nuevamente en silencio, yo lo acariciaba y le susurraba cuanto lo apreciaba.

—Ese...ese hombre... él... él...

—Respira.

—Me llevó a un club nocturno... Hongjoong...–lo miré a los ojos, había terror e inseguridad en ellos.—...me drogó para luego...–Wooyoung comenzó a temblar más, estaba a punto de entrar a otro ataque de pánico, yo lo ayudé a contar y a que respirara, así como le había enseñado la psicóloga.—...él me violó.–ya no pudo más y por fin se derrumbó, lloró desconsoladamente sin parar, yo tenía los puños apretados, mis nudillos estaban blancos de lo fuerte que los tenía cerrados, estaba iracundo, pero debía calmarme, no sé en qué momento lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Me aferré a él, me sentía tan impotente. Nos quedamos abrazados por un tiempo, Wooyoung se fue calmando poco a poco, yo le acariciaba la espalda para ayudarlo.

—Me siento tan asqueroso Hongjoong, no puedo mirarme en el espejo sin pensar en lo sucio que estoy... él no me dejó de buscar, me amenazó ra que continuara haciendo lo que el quisiera, me usaba como quisiera...

—¿¡Cómo que amenazado!?

—Él me amenazó con... dañar a mis padres, les hundiría la vida... ellos tal vez nunca fueron los mejores conmigo... pero no les deseo ningún mal... tengo miedo de lo que ese hombre sea capaz de hacer... ya ni siquiera puedo ver a San, me doy asco...

—Wooyoung... San y yo te amamos con locura, especialmente él... nunca vamos a odiarte, tú no tienes la culpa de todo este problema, todo es culpa de ese maldito cerdo asqueroso. Eres la víctima, deja de creer que eres el culpable, bebé... no es tu culpa...–Wooyoung volvió a abrazarme, ahora con más fuerza.

—Es difícil no culparme... solo si yo‐

—No termines esa frase, no es tu culpa, no hiciste nada malo, tú fuiste la víctima de las perversidades de ese hombre...

—¿Eso crees?

—Sí... ¿has pensado en contárselo a tus padres?–este me mira con los ojos abiertos, como si acabara de ver a un alienígena.

—Yo... no puedo... no quiero que sepan...

—Sabes que tus padres podrían ayudarte, ese hombre puede ser poderoso, pero tus padres no se quedan atrás... podrías denunciarlo...

—Nononono, no puedo hacer eso...–dijo mientras se paraba y comenzaba a caminar nerviosamente por la sala.

Nos quedamos en silencio, yo veía como Wooyoung comenzaba a morderse las uñas por la ansiedad, yo estaba metido en mis pensamientos.

—Deberías hacerle caso a tu amigo...

—¿Mamá?