𝕊𝕎𝔼𝔼𝕋 ℂℍ𝔸𝕆𝕊 - SeongJoong/WooSan [EDITANDO]

te amo

Ahora me encontraba caminando hacia la casa de Seonghwa, él me había invitado lo cual me extraña ya que habíamos dejado de juntarnos en su casa por si su madre nos encontraba y hacía un escándalo. Ya llevábamos dos meses juntos, justamente mañana se cumplían esos dos meses. Cuando llegué, toqué el timbre esperando alguna respuesta. Finalmente apareció Seonghwa, desde que lo vi, una sonrisa no dudó en salir de mis labios, pero me extrañó que no la correspondiera. De hecho, parecía algo distante, con los ojos rojos. ¿Qué había pasado?

—Hwa... ¿está todo bien?

—Si... pasa por favor.

Se adentró a la casa sentándose en el sofá de la sala y yo lo imité. Nos quedamos en un silencio que, por primera vez en muestra relación, era incómodo.

—¿Está todo bien? Te noto alg–

—Terminemos.–esas palabras cayeron como un balde de agua fría. Seonghwa en ningún  momento me había mirado a los ojos, yo me quedé helado, no podía moverme. Pensé que había escuchado mal.

—¿Perdón?

—Que quiero terminar contigo.–dijo por fin subiendo la cabeza y conectando nuestras miradas.

—No puede ser verdad...

—Pues lo es... te agradezco este tiempo juntos, pero es hora de decirle adiós.

—No, no entiendo, ¿por qué? ¿Hice algo mal? Puedo cambiarlo, puedo arreglarlo, pero por favor no...–dije tomando sus manos entre las mías.

—Lo siento... te pido amablemente que te retires, solo necesitaba decirte eso.–volvió a desviar su mirada y separó nuestras manos. Tomé su rostro entre mis manos y noté que trataba de retener sus lágrimas. Acaricié sus mejillas como solía hacerlo cuando Seonghwa se sentía triste.

—Por favor, no, necesito una explicación, no podemos terminar así, yo...

—Por favor no lo hagas más difícil...–dijo con su voz quebrándose.

—Me iré, pero no creas que será tan fácil librarte de mí, aquí hay gato encerrado y no me rendiré hasta que vuelvas a mi lado porque yo te amo, estoy tan perdidamente enamorado de ti y no voy a rendirme tan fácil.–dejé un beso en su cabeza y salí de la casa.

Comencé a caminar hacia el parque que quedaba cerca de mi casa y cuando llegué, me senté en uno de los bancos, por suerte hoy el parque estaba vacío. Finalmente caí en cuenta de todo lo que había pasado y comencé a llorar desconsoladamente. Seonghwa había terminado conmigo y le dije que lo amaba en menos de diez minutos. Quería que la primera vez que le dijera esas palabras fuera algo bonito, no porque él quería terminar la relación. Pero algo no me cuadraba, ¿por qué el se veía tan triste de terminar conmigo? Es como si realmente no quisiera, pero ¿por qué lo habrá hecho entonces? No iba a descansar hasta descubrir que había pasado. Según yo estábamos bien, ayer lo dejé en su casa y todo estaba bien, ¿qué pasó en menos de doce horas para que tomara esa decisión?
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—...yo te amo, estoy tan perdidamente enamorado de ti y no voy a rendirme tan fácil.

Dijo sin más antes de irse, esas palabras me dejaron estático. Estaba tan metido en mis pensamientos que no sentí cuando mi madre salió de su escondite y se sentó a mi lado.

—Muy bien pequeño, hiciste lo correcto.–fijé mi mirada en ella y la vi, la maldita tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro mientras me acariciaba la cabeza como si fuera un perro. Quité la mano de mi cabeza y me paré del sofá. Estaba enojado, me obligó a romper la única cosa que me hacía feliz en este miserable mundo.

—Te odio... te odio tanto y a veces desearía haber crecido en otra puta familia que si deseé tenerme. Hubiera preferido quedarme en el orfanato a tener que aguantar vivir en este infierno con ustedes. Tanto deseaban un hijo, pero ¿adoptaron uno solo para hacerlo sufrir?

Luego de terminar de decir esas palabras, subí a mi habitación y me encerré en ella ignorando los gritos de mi "madre" diciéndome que volviera. Finalemnte me desplomé, ya no aguantaba más, no podía llorar, las lágrimas no salen. El aire no entraba por mis pulmones, sentía como si me estuviera asfixiando. Vi la gabeta y sin dudarlo me acerqué a ella sacando el objeto afilado que me ayudaba a tranquilizarme. Lo hice de nuevo, luego de tener meses sin siquiera pensarlo, lo he vuelto a hacer. La sangre cayó y por fin me sentía mejor, porque eso siempre me aliviaba, era lo único que me hacía olvidarme un poco de este maldito infierno al que llamamos vida.