Los domingos en la familia Madrigal eran los más divertidos, sin trabajo, sin escuela, sin obligaciones (bueno exceptuando las emergencias ) eran básicamente el día de descanso para TODOS sin excepción, por lo que era justo que Julieta abandonara la cocina y dejara a los demás integrantes de la familia encargarse de la comida. O por lo menos eso se esperaba...
"¡Julieta! Por quinta vez, deja que Mirabel termine de mezclar los ingredientes" .- Dijiste frunciendo el ceño, pero no pudiste evitar la traicionera sonrisa que apareció en tus labios.
Era jodidamente tierno ver como la mujer era tan protectora con su lugar de trabajo, la realidad es que ningún domingo los dejaba solos, se quedaba a "supervisar" como ella lo llamaba, lo que en realidad significaba que se quedaba a decirles que hacer e incluso quitaba (por no decir que aventaba) a aquellos que no estuvieran haciendo las cosas "correctamente" mientras ella tomaba su lugar.
Al final todos terminaban recargados en las paredes de la cocina intentando no "estorbarle" a Julieta, siempre era lo mismo, pero esta vez no estabas dispuesta a que la historia se repitiera un domingo más.
"Sí mamá, déjame terminar mi tarea asignada" .- Dijo Mirabel entre dientes mientras tomaba suavemente el plato que su madre le había arrebatado minutos atrás. Julieta les sonrió culpable y después de que te concentraste de nuevo en tu guisado suspiro resignada.
"Ven hermana, siéntate conmigo" .- Exclamó Pepa quien miraba divertida la escena, Daniela estaba sentada en sus piernas mientras jugaba felizmente con dos pequeñas cucharas haciéndolas chocar, aunque de vez en cuando su curiosidad la hacía metérselas a la boca.
Julieta se acercó y cuando la bebé sintió su presencia dirigió sus enormes ojos a la trilliza mayor, evidentemente verla la hizo muy feliz, porque rápidamente se rio con entusiasmo y chocó las cucharas con más fuerza.
"Hola ratoncita, me alegro de verte también" .- dijo Julieta con cariño tomando asiento a un lado de su hermana. Daniela siguió sonriendo como si nunca hubiera sido tan feliz en su vida y le ofreció una cuchara babeada a Julieta. "Oh cariño, gracias, justo lo que necesitaba" - bromeó la mujer tomando el "regalo" ofrecido y rozó dos de sus dedos en uno de los bonitos cachetes rosados de la pequeña.
"Tal vez con eso puedas hacer tus mezclas imaginarias mientras dejas que los demás cocinen" .- se burló Pepa.
"JA-JA, haber si dices lo mismo cuando tengas comida quemada en tu plato" .- susurró la trilliza mayor a su hermana para después apuntar a Camilo, quien se supone estaba "supervisando" uno de los muchos guisos, pero en realidad solo con un cucharón le daba pequeños toques con miedo, como si algo fuera a salir de pronto de la comida.
"Rayos" .- susurró Pepa en contestación "Bueno, por lo menos Y/N y Dolores parecen saber lo que están haciendo" .- las señaló.
Ambas se encontraban condimentando algunos platillos que ya tenían una increíble apariencia, incluso las hermanas Madrigal desde su lugar se dieron un momento para aspirar el delicioso aroma que desprendían.
Pepa le guiñó un ojo a su hermana y regresó su atención a Daniela, pero Julieta se tomó un momento más para mirarte en silenció, te estabas riendo de algo que había dicho Dolores, al mismo tiempo negaste con la cabeza cariñosamente y finalmente le diste un leve empujón a la joven Madrigal lo que las hizo reír aún más, Julieta nunca lo admitiría pero estaba secretamente celosa de su hermosa relación, de lo fácil que era para ustedes interactuar, de lo natural que se veían.
Era tonto estar celosa y Julieta lo sabía, pero Dolores era joven y ella se sentía fuertemente intimidada por eso, aunque la trilliza mayor y tú tenía una hermosa amistad, Julieta no dudaba que en cualquier momento la diferencia de edad haría de las suyas y tú terminarías enfadándote y era algo que le aterraba.
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Mi Calma en la Tormenta - Julieta Madrigal x F!Reader (PAUSADA)
FanfictionEres una mujer que ha sufrido mucho después de que su pueblo natal fue atacado y tuvo que huir con sus dos hijas y su marido a quien perdió de vista poco después de salir del pueblo. Ahora con un bebé de brazos y una niña de poco más de 5 años, se s...