Mi Calma en la Tormenta - Julieta Madrigal x F!Reader (PAUSADA)

Capitulo 24

Ya sé, ya sé, estoy intentando, prometo que estoy haciendo hasta lo imposible por terminar pero es TAN DIFÍCIL.
Escribir sobre esta historia duele como no creo que entienda...
Pero veremos como nos lleva esto....
Gracias por esperar.

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El ultimo día del festival del aniversario de la caída y reconstrucción de Casita, había pasado como un borrón, un cierre magnifico con el sello de la familia Madrigal, un bonito discurso dado por Alma, un desfile y una pequeña fiesta en la casa Madrigal con música para bailar y tragos de tequila gratis para todos, fue hermoso, todo era perfecto, todo era normal.

La fiesta de cierre se celebraba como ya era costumbre en el cuarto de Toñito, todo el mundo amaba como el lugar tan lleno de vida se prestaba para un hermoso escenario de convivencia.

Isabela, Maribel, Toñito y Emi corrían por todo el lugar jugando y riendo y tú vigilabas desde la distancia que nada le pasara a tu niña, si bien sabías que Isabela no dejaría que tu hija cayera, no podrías dejar de ser protectora.
Después de la plática que tuviste con tu pequeña, todo parecía normalizarse, por el momento todos (la mayoría) estaban intentando disfrutar, buscando la manera de dejar de lado los tormentos mentales que tenían por todos los acontecimientos recientes.

Tu rostro se giró a la pista de baile donde Pepa y Felix bailaban felices junto con Dolores y un Camilo que se avergonzaba un poco de los pasos de su papá, aunque Felix era un gran bailador, su emoción hacia que su hijo menor quisera desaparecer y se sonrojara mientras todo mundo los observaba, estaba en plena adolescencia, era normal la vergüenza en un chico de su edad.

Te reíste silenciosamente y seguiste observando a los miles de invitados que se encontraban en el lugar, buscando sólo a una persona.
Julieta y tú se habían mantenido al margen, intentando ocultar sus sonrojos ocasionales cuando se miraban durante el transcurso del día, Agustín había estado muy callado y te diste cuenta como evitaba cualquier interacción con la familia y tú te sentías tremendamente culpable, toda la situación era bastante agridulce, te percatarse como en algún momento del desfile de cierre Maribel notó la actitud de su padre y le preguntó si estaba bien, a lo que escuchaste que Agustín contestó en un tono de indiferencia que solo estaba cansado.

Mentirías si dijeras que no estabas asustada por el desarrollo de los acontecimientos en un futuro cercano, pero estabas intentando no pensar en eso, probablemente serían los ultimos momentos de tranquilidad que vivirías con la familia que te había acogido durante los últimos meses, mientras más pudieras evadir esos pensamientos mejor.

En tu búsqueda te encontraste con la mirada precisamente del esposo de Julieta, quien se encontraba en la barra de bebidas tomando en lo que estabas segura sería su shot número 7 u 8, se veía bastante borracho y su mirada te dio escalofríos, sabías que él era un buen hombre pero el despecho le hacía cosas a las personas y aunque no habías hablado con Julieta desde la mañana en tu habitación, podías deducir que ella y Agustín habían tenido una plática sobre ustedes.

Apartaste la mirada rápidamente incomoda y le rezaste a los dioses porque las cosas no se pusieran mal en esta celebración, necesitabas tiempo, no estabas preparada para las miradas de desprecio que te darían todos, y que el esposo de Julieta se estuviera emborrachado no podía ser una buena señal. Si se ponía lo suficientemente mal, las cosas podrían resultar horribles de un momento a otro.

Da da da - el balbuceo de Dani te sacó de tus pensamientos, ella estaba sentada en tu regazo y te reiste al ver que intentaba agarrar una mariposa que pasaba volando.

Ella estaba feliz con todo el espectáculo.

Preciosa, ¿qué tal si tú y yo vamos a la cocina para darte tu papilla? ya casi es hora de dormir - le dijiste mientras le dabas un pequeño beso en la coronilla.