𝐅𝐥𝐨𝐰𝐞𝐫𝐬 ⚘ 𝑏𝑙𝑎𝑐𝑘𝑏𝑜𝑛𝑛𝑒𝑡 {OFMD}

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Los Viejos Tiempos

La relación de Calico Jack y Edward ha sufrido represalias, y Teach ya no se siente cómodo con las antiguas prácticas de pirata que llevaba a cabo cuando era amigo suyo. Quizá sea verdad que parte de Barbanegra se haya desvanecido de él.
;past calico jack x edward. situado en el capítulo 8: “viejos amigos”, light angst, character study y mild nsfw

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Edward observa desesperanzado cómo Calico Jack ha estado horas metiéndole latigazos al mar solo para no traer absolutamente nada de comida. Sus tripas rugen y también siente mucha confusión por la situación que está viviendo; no es algo agradable de sentir, y la culpa y el arrepentimiento corroen su mente y la inundan. No está muy seguro de si lo que ha hecho es lo correcto, o lo que él realmente desea, y le preocupa cómo pueda estar sintiéndose Stede en este momento.

Jack se acerca hacia él, también parece que tenga hambre pero acostumbra a mostrar todas esas emociones de forma diferente a Edward.

—Pues va a ser que no pesca nada.

Dice Jack con conformidad, para acto seguido sentarse al lado de Edward de forma vulgar e incluso despreocupada. Sin embargo, parece que no ha terminado su frase, pues mira hacia el mar algo pensativo.
Segundos después, se gira hacia Edward.

—¿Sabes? Se me acaba de ocurrir una idea.

—¿El qué?

Si Edward fuera exactamente el mismo de aquellos años en los que le gustaba quemar barcos de otras personas sólo para reírse y luego contárselo como anécdota a Jack mientras bebían alcohol a montones y como si no hubiera un mañana, probablemente habría captado el por qué de la sonrisa que empieza a formarse en su rostro, acompañado de una invasión del espacio personal más íntima que otras veces de los últimos días.

Stede que, sintiendo cómo los celos invaden su alma mientras observa a los dos con un catalejo, por otra parte ha empezado a captar hacia dónde puede dirigirse la situación, y su corazón ha dado un vuelco, asustado de lo que se está imaginando.

—¿Tú y yo nos lo pasábamos muy bien juntos, eh, Blackie? —le ha susurrado Jack, de una manera íntima e incluso coqueta.

—Sí. Eso supongo. Ha habido buenos momentos.

—Mis favoritos eran esas noches en las que bajábamos a mi camarote. Lo hacíamos de puntillas, ya sabes, para no despertar a la tripulación ni que el zoquete de Hornigold nos pillara y nos echara una regañina de las suyas... Y luego, cerrábamos la puerta de tu habitación. Ya sabes por dónde voy.

—Sí, creo que me acuerdo de cuando hacíamos eso.

Edward habla de forma demasiado neutral para Jack, pero éste ya ha empezado a comérselo con la mirada y sus pupilas se agrandan y brillan, no sólo por el efecto del alcohol, aún si ese también es muy decisivo aquí, y su sonrisa se ensancha de una característica malicia.

—Conozco otras formas de quitar el hambre, si sabes a lo que me refiero.

—¿A qué?

Edward ha girado la cabeza y ahora observa cómo Jack se acerca cada vez más a él. El olor fuerte del alcohol inunda sus fosas nasales de forma que resulta hasta vomitiva, y la sonrisa que hay en su cara finalmente le da a entender lo que había estado insinuando Jack.

El pirata básicamente abre la boca y le muestra su lengua, preparándose para darle un beso pegajoso y muy descuidado y desordenado a Edward. «Como los viejos tiempos», y sí que fueron buenos en su momento.
Stede se ha quedado paralizado con el catalejo aún en la mano, ni siquiera sabe cómo es que no se le ha caído ya del sobresalto.

—Oye, no es el momento... Y tampoco creo que lo sea.

Sin embargo, Edward rechaza al instante de forma dura, clara y brusca a Jack.

Quizá el otro tenga razón. Quizá una parte de Barbanegra se haya ido en las profundidad del mar donde habita el kraken y otras criaturas extremadamente peligrosas para cualquier pirata, y es por eso que ahora mismo no quiere beber alcohol con Calico Jack y hablar de temas desagradables de forma despreocupada e ininterrumpida. Hace unos años probablemente hubiera dejado que Jack se metiera debajo de su piel, que la recorriera de la forma que él quisiera si a cambio él le dejaba hacer lo mismo con la suya, como si nada les perteneciera a ellos dos.
Pero ahora no tiene ganas de eso. Toda esa vida de piratas ya simplemente no se siente bien para él.

Demasiado aburrida, o quizá nada adecuada para Edward Teach.

—Pff, como sea —dice Jack, para volver a su posición original sentado en la arena y darle otro trago al coñac, como si nada hubiera pasado.

Al instante, Stede exhala un largo suspiro de alivio. Francamente, no tiene mucha idea de lo que acaba de observar.

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