CAPÍTULO 4

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—¿Tus clases terminan la próxima semana verdad? —verbalicé por fin.

—Sssí—afirmé dudando.

—Bien, pues entonces debes venir a pasar las vacaciones en casa, tu hermano también vendrá.

—¿Qué, por qué Adam vendría? —solté sorprendida.

—Porque será la inauguración de la fundación en Portland, y también anunciaré mi compromiso —expuso sin más.

No, no podía estar hablando en serio ¿Cuándo lo había decidido y por qué Adam no me había dicho nada de semejante bomba? Porque eso era lo que era, una que estaba estallándome justo en la cara, dejándome sin saber qué hacer o decir. Mi madre se iba a casar de nuevo ¿Mi padre acaso ya lo sabía? Y lo más importante ¿Quién era el tipo con el que se planeaba casar? Una vez me pareció haberla escuchado mencionar a alguien con el que salía, pero su nombre no era relevante para mí, por lo que no se me quedó grabado en la memoria ¿Acaso su relación era tan seria como para tomar esa decisión? ¿Estaba siendo mi madre por primera vez impulsiva? No, de ninguna manera, Margaret siempre había sido una mujer racional, le daba mil vueltas a las cosas antes de actuar ¿Pero por qué ahora? ¿Es que acaso de verdad se había enamorado? Era mucha información y muchas preguntas en mi cabeza, que parecía que iba a estallar.

Como si leyera mi mente manifestó. —Ya te había hablado de Marco, es un famoso investigador, trabaja para la fundación desde hace años, aunque viaja mucho, nos hemos acercado, lo he pensado bien y hemos tomado la decisión de casarnos. Sabes que desde el divorcio no había conocido a nadie.

—Ya —articulé.

—Di algo.

—Y qué quieres que te diga si ya tomaste la decisión ¿No? Estas aquí solo para informarme, y como siempre siendo lo último en lo que piensas. Y no, no pienso ir a tu dichosa celebración, ya no soy una niña a la que puedes obligar.

—Irás quieras o no Maya, eso no está en discusión —me soltó ahora con un tono muy autoritario.

—¿Por qué? —La miré incrédula.

—¿Por qué? Porque ustedes son nada más y nada menos que mis hijos y deben apoyarme ese día. Además, tu hermano viene y me prometió que ambos estarían ahí, es importante para mí Maya.

—¿Apoyarte? ¿Acaso tu estuviste ahí para mí, en esos momentos? —Estaba con la voz quebrada, intentando fuerte de contener las lágrimas y la mirada llena de rabia e incredulidad.

—Hija, sabes que en ese entonces también lo pasé mal, y que me arrepiento de todo, por no estar ahí, te he pedido mil veces perdón, a ti y a Adam, pero parece que mis esfuerzos con ustedes no han valido nada en todo este tiempo, no fuiste la única que sufrió.

Para ese momento limpié rápidamente la lágrima que recorría mi mejilla, tenía un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de gritar en ese mismo lugar.

—Sabes qué… no vale la pena remover el pasado y no sé por qué razón mi hermano vendrá y estará presente, pero yo no soy él y no puedes obligarme.
Me levanté rápidamente de la mesa y salí de ahí, sintiendo mi cara arder y lágrimas en mis ojos, no estaba dispuesta a quedarme a tener esa plática absurda con ella.

**********

Mi cerebro estaba en modo automático cuando conducía, solo necesitaba un momento de silencio, así que me dirigí a ese sitio, el que se había convertido en uno de mis favoritos desde que había llegado aquí, era como un escape del mundo, donde podía ver las luces de la ciudad a lo lejos y lo que pequeño que se veían los grandes edificios a esa distancia.

Cuando te Recuerde en mis SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora