1: El secuestro

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Luffy caminaba por el bosque tarareando una canción mientras movía de un lado a otro un palo. Movía la cabeza y asentía tras cada oración orgulloso de su canto. Cualquiera que lo viera podría notar su claro buen humor.

El pelinegro se encontraba emocionado, en tres meses cumplía diecisiete años y saldría al mar, encontraría nakamas y viviría grandes aventuras, solo faltaban tres meses, no podía creerlo, tantos años esperando ese momento. El solo pensar en lo que venía hacía que sonriera como nunca, extrañaría a todos pero tenía una promesa que cumplir y la aventura lo llamaba al mar.

Se imaginaba su bandera, con un sombrero de paja ondeando por el aire, simbolizando la libertad de un pirata, su barco navegando por el mar sin importar lo fuertes que fueran las olas, sus nakamas, unas personas geniales y divertidas, ya deseaba conocerlos y pronto lo haría, en tan solo tres meses.

Se giró al oír un ruido y sonrió enormemente al ver un gran oso, ya le había dado hambre.

Mientras, un hombre observaba a la distancia, cuál animal vigilando a su presa, como el chico acababa fácilmente con el oso y se disponía comérselo, escondido entre los arbustos y con una gran sonrisa hizo una seña a sus hombres que asintieron y pusieron su plan en marcha.

Luffy mientras tanto totalmente ajeno a lo que ocurrió a su alrededor, estaba apunto de dar un gran mordisco a su carne, cuando se empezó a sentir mareado. Apoyo una de sus manos en un árbol cercano tratando de mantener el equilibrio, miró a los lados desconcertado, algo andaba mal, y él aún con su poca capacidad para leer el ambiente lo sabía. Olía raro y de la nada tenia ganas de dormir, sus ojos se empezaron a cerrar en contra de voluntad. Oyó un ruido y se giró inmediatamente para ver la figura de un hombre que le sonreía, con sus dientes que casi parecían colmillos o ¿lo eran? no lo sabía, su vista estaba tan borrosa que apenas podía distinguir las cosas. Finalmente cayó rendido en el frio suelo del bosque, soltando una maldición con la poca energía que le quedaba. Ese hombre se las iba a pagar por arruinar su merienda.

Apenas perdió por completo el conocimiento dos hombres se acercaron, lo tomaron de las piernas y brazos con grandes sonrisas en sus rostros, el líder se acercó con una aún mayor –La primera parte ha dado inicio– dicho eso hizo nuevamente una seña para que sus hombres cargarán el cuerpo del muchacho y lo llevaran al pequeño barco con el que habían llegado a la isla. Ahora tenían que irse lo más pronto posible, antes de que algo saliera mal.

+++

Dentro de una cabaña en el monte Corvo, los bandidos estaban inquietos, Luffy no había vuelto desde la mañana tras salir diciendo que iría por algo para desayunar, no se preocuparon inmediatamente cuando no regreso en unas horas, supusieron que había terminado yendo a la villa y Makino le ofreció comida o algo parecido. Luego, en la tarde se empezaron a preocupar un poco, pero cualquier mal pensamiento lo desviaron.

Ignorando su angustia, que jamás admitirían en voz alta, continuaron con su dia, pero cuando anocheció y el chico de sombrero de paja seguía sin aparecer decidieron dejar de lado cualquier cosa, lo importante era que el pequeño estuviera bien. Con sus prioridades definidas algunos bandidos bajaron a la villa mientras otros fueron a ver si estaba en bosque.

Tomaron unas cuantas cosas que consideraron necesarias y salieron a pesar de las falsas protestas de su jefa que decía que él estaba bien y no tenía sentido preocuparse o que si algo le pasaba mejor para ellos, pero todos sabían que ella era la que estaba más preocupada.

Dadan soltó un falso suspiro de resignación –¡Está bien! Hagan lo que quieran, si quieren ir a ver si está en la villa o si se quedó dormido en el bosque ¡Haya ustedes!– miró de reojo y una vez comprobó que se habían ido por completo, se levantó y dirigió a la puerta –.Hace un buen tiempo para un paseo nocturno, en un rato vuelvo– dijo a los pocos que quedaban mientras salía de la cabaña.

DesaparecidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora