†7†
Capítulo para +18 años, contiene abuso hacia las mujeres y malas palabras. Leer bajo su propia responsabilidad.
Alice Hall.
«Todo por mis hijos»
Eso es lo que me repito todas las noches. Todo por mis hijos. Todo por mis hijos. Todo por mis hijos.
Todo por ellos..
Mis hijos, mis dos tesoros... Annie y Alex.
Así ahora me juzguen, así me critiquen y piensen que soy una cualquiera... todo lo hice por el bien de ambos, y no me arrepiento de nada.
Hoy me veo con un cliente que últimamente me ha estado contratando mucho, casi todas las noches. Hoy, me dijo que me necesitaba sin falta.
Ese cliente es tan joven. Parece un bebé a mi lado.
«Te ves tan jodidamente deliciosa cuando tiemblas así, por mi culpa»
Mi cuerpo siente una electricidad y mi intimidad se moja sólo con recordar ese momento y las cosas que se le ocurre decirme.
Nalgadas, mordidas, chupones. Todo de él me encanta y me vuelve loca con puros roces, todo lo que él me hace sentir...es tan ah... y me hace llegar al extremo con movimientos simples.
Llego a la gran habitación roja. Donde absolutamente todo es rojo excepto un gran marco de pintura que está guindado arriba de la gran cama, que tenía en el medio pintada una simple mariposa negra.
Me siento en el mueble rojo de la esquina. Dónde él me amarró la última vez.
«¿Qué te pasa?, ¿Ah?, Dime - Me pregunta en reclamación - ¿Acaso no aguantabas lo que sea»
Esa noche...fue la primera vez que nos matamos en ésta habitación. No sé cómo con tan sólo recordarlo puedo estar tan excitada y querer sentirlo de nuevo dentro de mí, cada pelo de mi cuerpo se pone de punta.
Ya bien cómoda en el mueble, alguien abre la puerta de la habitación. Era él.
Cada célula de mi cuerpo se alborotó. Y es que nadie puede culparme por este hecho. Él me hacía sentir mujer, me hacía sentir viva.
- Vaya que si te gusta ese mueble -un escalofrío se apodera de mi cuerpo y él lo sabe, él lo nota - ¿Por qué tan nerviosa, Alice?
- No estoy nerviosa. Sólo eres un niño - Su cuerpo se tensa ante la rabia, yo sé cuánto le molesta que le digan que es un niño.
- Te he dicho que no te juegues así - Se acerca hasta el punto de yo sentir su respiración en mi cuello, me pongo nerviosa y al instante comienzo a sudar - ¿Qué tal si jugamos otro juego mejor? - me agarra fuertemente una gran parte de mi cabello jalandome más hacia su rostro. Me muerde el labio y yo gimiendo del dolor y el placer de tenerlo tan cerca de mí.
Me ahogo en un momento, ya que me suelta el cabello para llevar sus manos a mi cuello y decirme miles de veces que yo era suya y de nadie más, pero él no era de nadie.
Por eso me alquilaba casi todas las noches, para que nadie más pudiera pagar dos horas conmigo en la cama. Pero cuando no me buscaba a mí, sé que buscaba a una prostituta por ahí. Eso me hacía hervir la sangre. Pero, ¿Qué le puedo reclamar yo?, sólo soy una prostituta y él me está comprando por dos horas.
Ahí mismo me voltea y me pone de espalda y comienza a resbalar sus dedos en mi intimidad que ya humedad está, y eso hace que sus movimientos se agilicen más y más. Yo me tuerzo del placer, siento que se me sale hasta el alma. De tantos hombres con quiénes me he acostado, este niño hacía sentirme más mujer que cualquier otro.
Pero hoy él estaba diferente, estaba inspirado. Como si alguien hoy lo fuera dejado mal y está descargando todas sus ganas contra mi cuerpo.
Me deja de tocar para poner su miembro en la punta de mi intimidad y se pone a jugar con ese punto débil del cuerpo de la mujer que no aguanta nada. Comienza a moverse adelante hacia atrás, de arriba hacia abajo, rápido y lento y de golpe sentí como me lo introduzco de una. Olas de placer venían constantemente, su cuerpo chocando con el mío todo perfecto.
- Eres mía, eres mía, eres mía - me decía y me lo repetía mil veces y sus movimientos cambiaban se hacían más rápidos y más lentos, más salvajes y más sensuales. Me cambiaba de pose a cada momento. Me sentía viva de nuevo. Cada vez que estaba con él.
Es un niño. Pensé, no podía enamorarme de éste niño.
- ¿Te gusta? - me pregunta dándome más dura y yo gritando del placer, metiendome una cachetada - dime qué te gusta - me ordena.
- Tú sabes que si me... ah... me gusta.
Y así estuvimos por más de dos horas.
No paramos de darnos en toda la noche. Pero llegó el momento de cada uno irse.
Lastimosamente de él no podía despedirme o saludarlo. No éramos amigos, yo era una prostituta que el alquilaba constantemente. Eso era todo. Me daba mi dinero y él sólo de iba sin decirme nada. Como si yo fuera un pesado de basura.
Pero así era todo.
Ser prostituta no es nada fácil. Te ves con gente peligrosa. Y eso lo he aprendido en estos seis meses. Todo el mundo critican a la prostitutas pero no saben lo que pasamos. Estamos en peligro de muerte o de que nos hagan cosas malas como golpearnos. Pero como somos prostitutas a nadie le interesa lo que nos pase.
Salgo de la habitación y cierro con llave y se la entrego al guardallaves.
Me dirijo al estacionamiento y me monto en la camioneta. Ésto era lo que más miedo me causa de todo ésto.
Ahí mismo el vigilante de al frente me echa el tranquilizador que es tan fuerte que hace desmayar si hechas mucho de eso en un espacio pequeño y encerrado - como en ésta camioneta, por ejemplo - el químico es muy fuerte aquí y hace que las personas que lo inhalen, pierdan la conciencia poco a poco, no entiendo porque siempre hacen que las personas se duerman para que no vean la ubicación de éste lugar. Es algo tan misterioso. Para venir nos desmayan y para salir es lo mismo.
Me pregunto qué cosas ocultará éste lugar para usar medidas tan extremas.
Poco a poco, fui perdiendo la conciencia lentamente...
Al levantarme, ya estaba acostada en el mueble de mi sala. Ya estaba en casa. Siempre cuando llegó lo primero que hago es ir a los cuartos de mis hijos. Primero voy al de mi pequeño Alex y le doy las bendiciones y un beso en su frente.
Después me dirijo a la de Annie. Espero que esté dormida no quiero que me vea en éstas fachas, la miro y observó que está dormida.
Me acerco un poco más y tenía puesto un vestido, ¿anoche habrá salido?, qué extraño, si más no recuerdo a mi hija no le gusta salir.
Quizás fue a un cumpleaños.
«Te amo hija, todo ésto es por ustedes»
Le dije aún sabiendo que estaba dormida, aún sabiendo que no me escuchaba.
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- Nota de la autora.
Espero que mis nuevos lectores estén disfrutando de la historia, gracias por quedarte ♡
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Mariposa Negra ©
Mystery / Thriller[EN SUS CAPÍTULOS FINALES] Mi adolescencia fué arrebatada de la peor manera, y no me quedó de otra más que entrar en la locura. Todo ya estaba perdido, lo único que me quedaba era aniquilar mi inocencia. Yo me había convertido en uno de ellos, yo e...