†Capítulo 1†

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Martes, 25 de noviembre, 2024.
8:37 PM.

Correr...

Correr era todo lo que debía hacer en éste momento. Me estaban persiguiendo. Él estaba detrás de mí.

¡Me iba a matar!

Mi vista está muy borrosa, no veo nada con claridad, me han introducido mucha droga en el brazo izquierdo que ya no siento ni la mano.

¿Dónde me encuentro...?

Tengo más de diez minutos corriendo y pareciera que estuviera que aún en el mismo o dando muchas vueltas.

- ¿Dónde te escondiste Mariposita?

Los cabellos se me pusieron de punta y un horrible temblor recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza.

No quiero que me encuentren, ya no quiero estar más aquí.

Mi corazón latía rápido y desesperado. No sabía qué hacer.

«De éste negocio nadie sale»

Las lágrimas salen solas de mis ojos al recordar las palabras de Hannah. ¿Por qué no le hice caso?, éramos las mejores amigas y ahora seguramente sí él no me mata, lo hará la droga introducida en mí si no voy a un hospital ahora.

¿Qué debo hacer?, ni siquiera sé en donde me encuentro.

¿Debería gritar?, no... no es una buena idea, me encontraría rápido, de seguro él ya conoce éste lugar y traería sus víctimas siempre para acá cuando ya no querían estar más en el negocio. Entonces... ¿Qué debería hacer?

Sigo corriendo lo más callado posible y me encuentro con unas escaleras, subí y al final hay una puerta... huele mal, en realidad, huele peor cada vez que me subo más y me acerco a la puerta.

Por fin llego a la puerta y en serio que huele espantoso, no puedo decir con exactitud si es un muerto, pero huele muy podrido allá...

Del olor tan putrefacto me da mareos y me llevo mi mano hacia la nariz para taparme el sentido de olfato, ese olor era intolerable. ¿Que tenían oculto ahí? ¿Un cadáver?, el imaginarmelo nada más me horrorizó de tal manera que me quedé paralizada por unos instantes...

Debería entrar...

- Fuiste tú solita hacia donde te quería llevar, mariposita.

Oh no...

- ¡Por favor!, ¡No me toques! - Grito en desesperación y pierdo la poca cordura que me queda - ¡Por favor no me drogues más!, no le diré a nadie de la ubicación del Barrio Mariposa, te lo juro.

- Cálmate - su voz se endureció, maldita voz - De aquí no saldrás si no hablamos primero.

- ¡Eso es mentira, tú no quieres hablar! - Sigo gritando, todos mis sentidos estaban descontrolados!- ¡Sólo quieres drogarme y usarme para tu desquiciado experimento humano!

- Aquí no se hace lo que tú digas.
- Dice, mirando desquiciadamente nuestro alrededor, después sus imponentes ojos se fijan en mi de nuevo - No ofendas a la ciencia, Annie, te lo recomiendo.

- ¡Déjame en paz! - seguía gritando - ¡No te saldrás con la tuya!

Se echa a reír, y mi cuerpo se congela de miedo... siempre he dicho que es tan aterradora su risa.. pero éste momento es perturbador.

¿Por qué estoy aquí?, ¿Por qué no le hice caso a mi corazón?

Siempre supe que ésto sería un error, pero a pesar de todo, yo quise seguir adelante, yo quise averiguar y meter mis narices en ésto, pero ahora, ¿Podía arrepentirme?, Por supuesto que no, ya estaba hundida, desde que entré, me estaba ahogando y podía salir, pero no quise.

Aunque, no tenía más opción.

Recordé todos mis momentos felices en mi infancia, con mi madre, una lágrima se me salió al recordar el día que llegó al mundo mi hermanito Alex, fue un día muy feliz, mi abuela junto a mis tíos hicieron una fiesta de bienvenida en su honor, y las risas estallaban en mi casa esa noche.

Una felicidad que jamás podré volver a presenciar. Ahora estaba en un pozo de miseria, de desgracias y de mucho pesar.

Lo tengo de frente y mi pulso se aceleró, las lágrimas salían solas, él me arrebató todo lo que tenía... Lo odio, lo odio tanto.

¿Por qué tengo que pagar yo todas sus porquerías?

Era injusto, pero, desde hace tiempo sé, y tengo bien claro que la vida no está hecha para las personas como yo, si hay algo que hay que odiar en ésta vida no es a las personas, es a la vida, al destino, pero era imposible no odiarlo a él, arruinó todo lo que yo era.

Pero ya no podía hacer nada.

Ellos habían ganado.

Su mirada estaba clavada en mí, y su sonrisa era maliciosa y satisfactoria. Sabía leer todo lo que pasa por mi mente, él sabía que estaba sufriendo, él siempre supo que yo terminaría aquí, yo... estoy perdida.

- Yo te lo advertí desde un principio - Dijo, sin quitar esa sonrisa desquiciada de su rostro - Te dije desde un principio que el que entra a aquí no sale y tú decidiste entrar.

- Siempre supe que sería peligroso, yo... - Dije en sollozos con mi voz alterada - Creí que podía manejarlo, déjame irme por favor, te lo ruego.

- Ven aquí ahora - Mandó - O te destruiré ahora, sabes que tengo todo el poder sobre tí.

A este punto, yá yo era su marioneta.

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Aquí Ori.

Capítulo editado: Agregué ciertas cositas para el disfrute de mis nuevos lectores. Los amo♡

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Mariposa Negra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora