XV

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Logan

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Logan

Electricidad... Era lo que sentía que recorría por todo mi cuerpo al estar tan cerca de ella, al rozar su suave piel y perderme en ese tono café tan envolvente...

Al percatarme de que mi autocontrol estaba por irse al tacho, decidí apartarme antes de cometer alguna estupidez, su mirada por unos breves segundos denoto confusión pero al instante volvió a estar normal... Me llamaba mucho la atención el haberme dado cuenta que por momentos usaba algo como una mascara, me intrigaba muchísimo saber porque... 

- Lo mejor será que valla a ver a las chicas... - comento - Pueden estar buscándome - termino de decir, a lo que asentí y ella rápidamente salió de la habitación, ni bien me quede solo, deje salir un suspiro de manera inevitable... 

Desde que había conocido a Samanta, era consciente de su belleza física, era algo que no podía negar pero el problema se encontraba en que esa mera atracción de a poco estaba comenzando a ser algo más... Lo cual no me podía permitir por varios motivos...

El primero era que ante mis ojos ella era una niña, no podía verla de esa forma... No quería verla de esa forma pero tenerla cerca de mi como hace un rato, no ayudaba mucho, si bien era mayor que ella por unos años... Yo jamás me he metido con alguien menor, tal vez suene ridículo pero veía en las jóvenes de esa edad a mis hermanas y ahí iba el otro problema... Samanta estaba siendo la excepción en eso... Joder, no podía permitirlo...

El segundo motivo iba por Thomas, su interés hacia la castaña seguía presente, aunque no lo hiciera notorio porque no quería incomodarla... Eso me había comentado luego de que quiso acercarse a ella por primera vez, tanto mi amigo y yo desde jóvenes hemos sido mujeriegos, no lo niego, hemos estados con varias mujeres solamente para satisfacer nuestros deseos carnales pero una diferencia entre él y yo se encontraba en el hecho de que cuando a mi amigo le gustaba alguien, como en este caso Samanta, yo automáticamente ni volteaba a ver a esa chica, nunca había tenido problema con eso pero nuevamente esa niña esta siendo la excepción... 

Y por ultimo, en tan solo unos meses asumiría mi destino como próximo líder de mi dinastía, lo que implicaba varias responsabilidades entre ellas el dichoso matrimonio con Luciana, si bien era consciente de que jamás podría ver a la rubia como mujer, porque ni atracción sentía por ella... Así sonara cruel... Tampoco pensaba engañarla, así que me estaba haciendo a la idea de que no volvería a estar con otra mujer, lo cual no era un problema... Uno no vive a base de sexo, incluso desde mi regreso a Haling Cove, luego de estar un mes en Arkala, dirigiendo el entrenamiento de las fuerzas de mi dinastía, no había estado con ninguna mujer... En un principio a mi regreso, algo en mi interior me decía que luego de conocer a la niña que metieron a mi empresa sin mi consentimiento, necesitaría desahogar mi rabia y un buen polvo probablemente sería mi manera de hacerlo... Con lo que no contaba era que al conocer a esa niña, no sería capaz de dejar de pensar en ella, hasta el punto en que no me apetecía estar con ninguna otra mujer... Eso me estaba volviendo loco... Y la detestaba por eso, se estaba convirtiendo en una excepción y yo jamás tengo excepciones... 

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