Lisa 13 años
No sabía de lo que se trataba el amor, pero mi primera fricción y descontento con este fue a causa de él. Era de madrugada y como siempre tendía a despertar en mi el hambre voraz haciendo imposible conciliar el sueño. Una parte de mí se conflictuaba por la incomoda sensación y esa ridícula necesidad de bajar y comer algo. Sin embargo, aquella noche parecía demasiado larga para una niña con estomago exigente.
– Está bien tu ganas. – hablé con mi estómago.
Retirando de ese modo la primera sabana rosada del cuerpo y colocar mis pantuflas que consistían en enormes unicornios.
Cuidando mis pasos, me acerqué a la puerta para salir al pasillo principal, todo estaba completamente en silencio, como se supondría estaría una casa en un fin de semana. Desconocía si mi hermano mayor o incluso Jin habían llegado de algún tipo de reunión así que confié en mi misma y en RJ, mi alpaca de peluche, para acompañarme en esa misión que era "hurtar galletas de mamá"
Todo era perfecto, hasta que mi camino se vio interrumpido por un sonido extraño que me erizó la piel y me detuvo de inmediato. Lentamente volteé la cabeza hacia la sala pudiendo ver una silueta a espaldas que parecía mirar el reflejo de la luna.
– Si eres un ladrón confiésalo antes de que grite. –apreté el bracito del peluche.
Y como supuse que pasaría el cuerpo volteó y con la luz de luna parcialmente pude ver de quien se trataba.
– ¿Jin?. – apenas y podía identificar su rostro entre la oscuridad, no lo dudé y simplemente me acerqué olvidando por completo mi estomago hambriento. Quizás él estaba allí mismo por la misma razón que yo, en mi cabeza existía la posibilidad de formar una alianza y conseguir más que solo galletas.
– L-Lisa...- su voz me desconcertó y el jadeó como el claro tono de tristeza me puso en alerta. – Pequeña Lisa, eres tú. – llegue hasta él y fue hasta ese momento donde la imagen es más clara que pude identificar lagrimas correr por su bello rostro.
–¿Por qué estás llorando Jin?. –
Tras la diferencia de alturas lo vi tomar asiento en uno de los sillones de la casa para estar parcialmente a mi altura. – No es nada pequeña. – trató de sonreír.
Pero algo me decía que mentía.
– Las personas no lloran por nada, Jinnie. – obvié lo cual lo vi sonreír levemente .
– Siempre tan inteligente . – quiere desviar el tema, los adultos siempre hacen eso cuando algo les incomoda.
Y lo sabré yo cuando molesto a Jungkook en decirle a mamá que le gusta una chica, un buen chantaje para conseguir dulces gratis.
– Mamá dice que no es algo por lo cual avergonzarse, llorar libera el alma. – le dije lo mismo.
– Puedes llorar Jinnie, si eso te hace sentir mas tranquilo. – tomé su mejilla con mis manitas y limpié completamente el rastro de lagrimas en esos intensos ojos.
– Prometo no decirle a nadie. – le animé. – Por la garrita que mi boca está cerrada y no te amenazaré con nada. – intenté sonreírle
Sus manos envolvieron las mias para retirarlas de su cara y mirarlas por debajo del lugar donde estaban. – Hay una chica. – mencionó. – Estuvimos juntos por un tiempo. – suspiró.
– Creí que teníamos una relación sería y estable. No sé que pude haber hecho mal o en que aspecto no ser suficiente para que ella terminara conmigo de una manera tan horrenda. – sus palabras se contenían, de algún modo los gestos que hacía me confirman que esa chica había sido realmente perversa con Jin.
– Al parecer no estábamos en la misma sintonía y ella terminó por traicionarme. – me miró a los ojos y pude ver como una lagrima calló sobre su perfecta piel.
– Supongo que es parte del proceso, debe doler para saber que fue real. – ahora yo fui la que frunció el ceño.
– Si una persona te quiere no debería de hacer sufrir de esa manera a otra. – le dije firme. – Porque si lo hace entonces quiere decir que nunca te quiso. –
Después de eso Jin no dijo nada y solo me miró a directamente a los ojos como si de alguna forma lo que yo hubiese pronunciado causara cierto peso en su ser.
– Tan sabía pequeña Lili. –
Por primera vez en esos minutos pude ver al amigo de mi hermano sonreír sincero.
– No tengo duda de que serás una gran persona cuando seas grande. –
– Ya soy grande oppa. – rodeé los ojos. – Que tú tengas 23 y yo 13 no nos hace tan diferentes.
– Si lo hace, tengo una década más de sabiduría y vejez.
– Y aun así, ¿Quién es el que está triste? . – Jin no evitó soltar una cargada que rápidamente tapó con una de sus manos.
– Touché. –
Tomé asiento a su lado poniendo a RJ a lado mio.
– Te lo presto, puedes tener a mi peluche por una semana. Sé que RJ te hará sentir mejor. – lo extendí.
– No puedo tenerlo Lili, es tu peluche favorito. – pero yo negué.
– Lo es, RJ es el mejor, por eso confió en que hará lo mismo estando contigo. – me refería a lo bien que me hacía sentir mi peluche por las noches. RJ ataca a los mostruos de cama, no me deja tener pesadillas y me da mucho valor.
– Quiero que lo tengas oppa. – expliqué. – Eres importante para mí, y si tienes a RJ sé que el te hará sentir mejor y eso me hará sentir más tranquila. – el pelinegro miró al peluche y luego a mí.
– Eres toda una ternura. – y finalmente aceptó mi muñeco.
– Oppa Jin. – le dije antes de bajar del sillón. – Por favor evita enamorarte otra vez. – aclaré. – No puedo prestarte a RJ tan seguido. –
Jin sonrió mostrando su dentadura y asintió mientras parece que he dicho algo realmente divertido.
En ese momento no notaba que la oración me hacía parecer a alguien celoso. Porque de hecho estaba un poco enojada con Jin, por entregarle su bonito corazón a esa chica. Y con la susodicha por no valorar a alguien tan genial como lo es oppa.
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10 VUELTAS AL SOL | JINLICE
Fanfiction"Lo que importa es el amor, y no lo que diga la gente"