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Jimin estaba molesto, molesto y triste.
Hacía unos días que papi llegaba tarde y con un aroma diferente, era un perfume muy dulce para su gusto, además siempre se iba y no le explicaba a donde iría dejándolo con su nana.
Le dolía su corazoncito y sabía que algo no andaba bien cuando lo fines de semana el alto salía de casa, cuando se supone que esos dos días los pasaban acurrucaditos es el sofá viendo una película o simplemente dando cariñitos.
Suspiro y miro por la ventana de su habitación la nieve llenar las calles, debía ir a su entrenamiento, pero papi salió sin dejar un rastro o una nota en su cuarto.
Debía solucionar ese problema lo más pronto posible.
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Era sábado y papi no estaba en casa, pero Jimin no se quedaría de brazos cruzados, descubriría de una vez por todas que es lo que Jungkook ocultaba.
Cuando Jungkook salió de casa, Jimin lo seguía a cierta distancia para que no notara su presencia a sus espaldas.
No había hecho nada fuera de lo normal, fue a comprar algunas cosas, suponía que tal vez ese día sólo habría ido a buscar algunos víveres para la tarde. Gran error, Jungkook no se dirigía a casa... Iba calles más abajo.
Su corazoncito latía fuerte en su pecho y no tenía un buen presentimiento, ¿porque papi compraba cosas para alguien más? Acaso... ¿Tendría a otra persona?
