Pruebas

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—¿Qué dices, Iván? Mi hija no tiene novio. 

—Ellos han estado viéndose desde hace ya un tiempo. Ha visitado la casa varias veces en tu ausencia. 

—¿Es eso cierto? — la atención de los oficiales se situó en mí. 

Me acerqué a ellos para enterarme de la situación, porque todo indica que es algo serio.  

—Sí, la he visitado varias veces en su casa. Después de todo, somos amigas y asistimos a la misma escuela. 

—¿Por qué omitió ese detalle? 

—Con el debido respeto, porque solo me limité a responder las preguntas que me hicieron, Sr. Oficial. 

—¿Tuvo alguna comunicación con su amiga en el día de ayer? 

—Sí, como le comenté anteriormente, hablamos en la noche y, a eso de las nueve se despidió porque se sentía muy cansada y quería dormir. 

—Bien — cerró la libreta que cargaba y guardó el bolígrafo en el bolsillo de su pantalón—. Como parte de la investigación, todo aquel que estuvo en el área del crímen, deberá someterse a varias pruebas para determinar la compatibilidad con el suceso. 

—Disculpen que me entrometa, pero ¿puedo saber de qué suceso hablan? — indagué. 

—De la agresión sexual que sufrió la joven. 

—¡¿Qué?! 

Eso no puede ser. ¿Cómo que agresión sexual? Estaba impactada con lo que dijo el Oficial. Me rompió el corazón en mil pedazos enterarme de esto. Yo la vi esta mañana, la tuve en mis brazos de camino al hospital y ella se veía muy mal. Me encontraba atando cabos en mi cabeza. Sabía que algo malo debía estar ocurriendo, pero no sabía que era algo de esa magnitud. Ella me colgó anoche y dijo que ya estaba en su cama lista para dormir porque se sentía muy agotada. Recuerdo que noté su cambio en la voz y se encontraba bostezando mucho. No creo que en esas condiciones, ella haya salido a alguna parte durante la noche, lo que me llevó a pensar más allá y a posar la mirada sobre los únicos dos que viven con ella, sobre todo en ese hermanastro, pues era el más alterado de todos. 

—Pero ¿por qué, Sr. Oficial? — cuestionó el padrastro de Perla.

—Por el momento es voluntario, pero ¿por qué no someterse a las pruebas pertinentes si no tiene nada que ocultar? 

—Por supuesto que vamos a cooperar, ¿verdad, hijo? 

—Claro que sí— respondió Iván sin titubear. 

—Más que nadie queremos saber quién se atrevió a hacerle esto a mi hija en nuestra propia casa. 

—Por ahora todo es voluntariamente, pero si no contamos con su cooperación, siempre contamos con la habilidad de solicitar una orden judicial para realizar dichas pruebas. 

—¿A él también le harán las pruebas? — cuestionó Iván, refiriéndose a mí. 

—No sé de qué tipo de prueba hablan, pero estoy dispuesta a hacerme lo que sea. 

—¿Dispuesta? — la madre de Perla enarcó una ceja. 

—Sí, por si no lo habían notado, soy mujer. Estoy dispuesta a realizarme las pruebas que consideren necesarias. 

En otras circunstancias hubiera hecho hasta lo indecible con tal de ocultar mi verdad, pero su bienestar está de por medio. Quiero que se llegue al fondo de esto. Apreté los puños de la rabia, la impotencia y la tristeza que sucumbió mi alma. Necesito averiguar quién se atrevió a poner sus sucias manos sobre Perla. Quien haya sido juro por Dios que se lamentará. 

Alguien Como Tú [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora