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Siendo otoño era normal que las hojas en tonos marrones y pardos cayeran a todas horas y cubrieran los alrededores de su casa apilándose una contra otra; Era por esto qué, desde hace un par de noches se había percatado de que alguien merodeaba cer...

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Siendo otoño era normal que las hojas en tonos marrones y pardos cayeran a todas horas y cubrieran los alrededores de su casa apilándose una contra otra; Era por esto qué, desde hace un par de noches se había percatado de que alguien merodeaba cerca de su hogar, las suaves pisadas pasarían desapercibidas si no fuese porque las hojas crujían ante cada paso.

Lo único que le preocupaba era que un animal salvaje asechara por aquella zona alta en la montaña pues lo ultimo que quería era que su familia y el resto de los habitantes resultaran heridos. Apenas teniendo catorce años era difícil que lo tomaran en serio y se sintió mal cuando al decirle a su padre y otro grupo de hombres que se encargaban de vigilar la zona respecto a un posible animal simplemente lo ignoraran.

Por eso, cuando aquella noche escuchó pasos no dudó en salir en búsqueda de lo que estuviera merodeando; Inocentemente llevó un poco de comida con él, con suerte sería un animal pequeño buscando provisiones para el invierno y no una bestia como lo imaginaba en un principio.

El cielo aún se mantenía obscuro, sabia que era peligroso salir a esa hora y aún más cuando lo único que llevaba para defenderse era una delgada leña, pero quería actuar responsable como él hijo mayor protegiendo a su familia.

Tenía una pésima visión, pero su olfato jamás fallaba y percibía un olor que solo podría definirlo como silvestre; Un conjunto de aromas de diferentes cortezas de árbol, flores, hierbas y frutas. Una combinación agradable pero extraña considerando que la mayoría de aquellos componentes no podían encontrarse si no hasta la cima de la montaña, lugar donde casi nadie se aventuraba a ir.

La gente más vieja de su aldea aseguraba que criaturas fuera de su comprensión habitaban aquel lugar, las respetaban, por ello debían mantenerse alejados para darles su espacio, siempre dejándoles ofrendas de comida en pequeños altares alrededor del bosque, pues preferían tenerlos como aliados protectores contra los demonios, en vez de orillarlos en su contra.

Era grande y no creía en esos viejos cuentos, aun así, decidió ser cuidadoso.

Dio un par de vueltas alrededor de su casa encontrándose solo con hojas quebradas, pero no desordenadas creyendo que el pequeño animal que buscaba se habría ido ya; Aun así, dejó un puñado de nueces y fruta por si el pequeño deseaba volver.

Fue silencioso hasta recostarse en su futón para asegurarse de que sus hermanos con quienes compartía habitación no se despertaran. Ya estaba más tranquilo al haberse asegurado de que no había un peligro real y el sueño no tardó en volver a invadirle; Comenzaba a cerrar los ojos cuando de nuevo aquel ruido de hojas crujiendo bajo las patas de algún animal hacía eco a pesar de encontrarse en una zona libre y no solo eso, podía jurar que ahora las pisadas hacían rechinar la madera de su casa y el temor volvió a invadirlo creyendo que ahora por su culpa, lo que fuese que llevaba dias fuera esta vez había entrado.

Se levanto con rapidez creyendo que podría manejarlo todo por su cuenta y volvió justo a la puerta abierta de su casa causando un temblor en su cuerpo pues él recordaba haberla dejado perfectamente cerrada.

Tomó el pequeño leño que había dejado cerca de la mesa y cuando levantó la mirada se encontró con una especie de sombra invisible justo en la entrada, la cual al percatarse de que había sido descubierta huyó con prisa del lugar.

Su razón estaba confundida pero inconscientemente corrió tras aquello que había visto sin importarle el peligro que suponía adentrarse en el bosque, solo guiándose por el peculiar aroma que desprendía aquella veloz silueta. El viento golpeaba sus mejillas, ramas de árboles parecían atravesarse en su camino y el canto de los animales nocturnos intentaban distraerlo, como si toda la naturaleza se organizara para proteger lo que fuese que estaba siguiendo.

El tiempo pasó rápido y sin darse cuenta, había llegado a una parte del bosque cubierta de niebla, pero sus pies no eran capaces de detenerse, asegurando que aquella sombra había sido guiada por los dioses hasta él por que era indispensable para su vida.

Y no quería dejarla ir.

Mientras cruzaba entre los últimos arboles que parecían formar un profundo túnel notó como el sol por fin comenzaba a iluminar como si le diera permiso de ver lo que sus ojos le habían estado ocultando desde hace tiempo. Con sus ultimas fuerzas corrió hasta terminar de cruzar un par de gruesas ramas siendo su último obstáculo para encontrarse con la existencia de la que jamás podría escapar.

Unos brillantes y temerosos ojos verdes observándole, pues lo único que los separaba era la corriente de un rio que descendía por toda la montaña.

Aquel chico que tenía frente a él tenia un aspecto extraño, cubierto por pieles de animales y sujetando una cabeza de jabalí entre sus manos. Estaba nervioso y con el corazón acelerado sintiendo como su propia existencia se rompía y volvía a armarse uniéndose por el destino a la de aquella criatura. Aun así, giró con la intención de volver en sus pasos sin entender el motivo exacto, pero cuando estaba dispuesto a correr para alejarse de lo que parecía un sueño tropezó por el inestable borde del rio, rocas se deshicieron bajó su pie lo que ocasionó que terminara sumergiéndose en el agua.

No tenia problema con nadar hasta la orilla, pero la corriente lo llevaba tan rápido que le hacia imposible reaccionar, ni siquiera era capaz de sujetarse con algo y el único pensamiento que cruzaba por su cabeza en ese momento es que moriría en ese lugar.

Y justo cuando creyó que perdía el conocimiento sintió como sus manos eran tomadas, por otras más frías, obligándolo a mantener los ojos abiertos hasta que fue sacado del agua sin esfuerzo y colocado sobre el césped. Sus pensamientos estaban dispersos, pero todos aterrizando en la bella criatura que tenía frente a él, esta vez con aquellas esmeraldas mirándole con preocupación.

— ¿Te encuentras bien, humano?

Y con aquellas palabras sin divagar demasiado, comprendió por fin lo que deparaba su destino.











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Hola~ ¿Cómo están?

Bueno~ Pues esta historia será mi intento de Angst pedido por sonatadeil y de nuevo pido disculpas por tardar mil años en subirlo :'3 La idea era que fuese Oneshot, pero no lo logré... Antes de llegar a subir historias a Wattpad estaba acostumbrada a escribir Yōsei por que amo las criaturas del folclore japones ( Y me sorprende no haber escrito algo similar antes con los personajes de Kimetsu) En fin, el punto es que al escribir esto no tuve control y terminó siendo muchísimo mas largo de lo que esperaba.

Los capítulos no serán muy largos y probablemente suba dos o tres a la semana, total ya esta todo escrito ♡

Espero les agrade, Y nos leemos pronto♡♡ 

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Efímero ⸢TanIno⸥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora