Capítulo 1

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La noche en la gran ciudad de los Ángeles era fría, lluviosa y más oscura de lo normal, un escenario perfecto para el ataque sorpresa de los monstruos del armario y los demonios escondidos bajo las camas, pero no sería esta noche, porque esa noche la dulce y adorable Lana Morgan (TN) estaba bajo la protección de su gran—no, en realidad no era grande—caballero con armadura dorada, su mejor amigo. Aidan Gallagher, un pequeño muy adorable.

—¡Oye no es justo! —habló la pequeña poniendo sus manos en su cintura —yo también quiero ser un caballero —resoplo

—No puedes Lana —dijo el pequeño sonriéndole a su pequeña amiga —los caballeros son valientes y tú lloras por todo

La chiquilla hizo un puchero, que más que hacerla ver enojada, la hizo ver más tierna —¡Eso no es cierto! —casi gritó

—Si lo es

—¡que no es cierto!

—Lloras por todo, Lana

—Mentiroso

—Bebé llorona

—tonto, tonto, ton…

Entre su pequeña y adorable discusión olvidaron que esa noche estaba lloviendo, pero el clima se encargo de recordárselos, porque en un gran sonido, casi como el rugir de un dragón, un enorme trueno hizo destellar el cielo oscuro, pero eso no es todo, tras el gran sonido, la pequeña dio un saltito del miedo y tal como lo había dicho el pequeño Aidan, Lana lloraba por todo y esa vez no sería la excepción, pues después de todo tener siete años, para Lana se resumía en llorar hasta por escuchar un estornudo, absurdo ¿no?

Pero por suerte, la pequeña tenía a su caballero dorado, quien era un fiel confidente de la princesa, Aidan no se hizo esperar, hizo honor a su papel de caballero y fue en busca de su linda princesa para consolarla y protegerla hasta de un feo trueno.

—Solo fue un trueno Lana, no tienes porque llorar —le dijo el pequeño entre un lindo y cálido abrazó —las princesas no deberían llorar

—Tengo miedo Aidan —susurro la pequeña entre llantos y jadeos nasales —me dan mucho miedo

—Solo es un trueno Lana —susurro mientras acariciaba el cabello negro de la chiquilla —vas a estar bien, no te harán daño, no mientras yo este a tú lado —dijo inflado de orgullo

—¿Y cuando tú no estés? —pregunto ella mirándolo con una linda cara de cachorro —me harán daño

—No lo harán, nadie te lastimará —le aseguro —porque yo siempre voy a estar a tú lado, nunca nos separaremos

—¿Me lo prometes? —hablo ella sorbiendo su nariz

Tras ver la cara empapada en gotitas saladas de su amiga, Aidan no pudo hacer más que sonreír mientras levantaba su meñique y la miraba

—Te lo prometo —dijo con esa tierna voz aguda de niño —este caballero siempre cuidara y le será eternamente fiel a su princesa… a ti, Lana

En esa linda inocencia de niños, entrelazaron sus meñiques para sellar aquel pacto, eso hizo que Lana se calmara un poco, después de todo su mejor amigo siempre era su calma, siempre era su refugio, siempre era su escondite perfecto cuando el miedo avivaba.

Un beso bajo la luna© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora