Adrien Adams
Estaba en la sala de espera del aeropuerto, sabía que no podía huir de mis miedos, de Lana, pero para mi era lo mejor, alejarme y no ver como la lastimaban una vez más, aunque una parte muy pequeña en mi interior sabía que su vida mejoraría al lado de Aidan, así que sin mirar atrás y sin pensar en nadie más, partiría de Orlando hasta Japón, cualquier país que me alejara de Lana sería más que suficiente, o por lo menos mientras aquel sentimiento que no era correspondido desapareciera, me alejaría el tiempo que fuese necesario.
—Pasajeros con destino a Japón, favor de abordar, pasajeros con destino a Japón favor de abordar.
Repetía aquella voz femenina por todos los parlantes del aeropuerto, con nervios y miedo de dejar a mi pequeña a un lado, empecé a avanzar en dirección a la fila que se formaba frente a la entrada del vuelo, a medio metro de mi llegada mi móvil empezó a sonar, miré la pantalla y el nombre de Lana apareció iluminando en una llamada, una llamada que rechacé, no tenía palabras que pudieran salir de mi boca, por ahora solo me quedaba el recuerdo de sus labios rosando los míos de hace dos meses.
Emprendí una vez más mi camino y para cuando llegué ya no había fila que hacer, entre al avión y me dirigí a mi asiento que daba justo en la ventanilla, una vez más me decidí a revisar mi móvil antes de ponerlo en modo avión o inclusive apagarlo, Y de nuevo la pantalla se iluminó con su nombre y de nuevo fue rechazada, entonces los mensajes llegaron.
«Adrien ¿dónde estas? No puedes solo irte, necesito que hablemos, por favor te espero en casa esta noche, no me dejes sola, no de nuevo… te necesito, por favor llámame, a ti no puedo perderte, te quiero»
Mis ojos se cristalizaron, estuve a punto de mandar todo a la mierda y bajarme de aquel avión e ir corriendo con Lana, no me importaría si se queda con Matt, con Aidan o me escoge a mi al final del día, solo quería abrazarla y besarla para que supiera que estará bien, porque si soy sincero ese mensaje me desarmó, pero entonces la voz de mi conciencia me pedía a gritos alejarme y dejarla ser libre, dejarla amar libremente. Entonces hice lo más obvio, apagué mi móvil e intente leer un libro.
No sirvió de nada, en cada frase, en cada párrafo, en cada dialogo, en cada pagina, la veía a ella, veía a Lana siendo feliz con Aidan y me veía a mi, a un lado de ellos, observando y sufriendo.
—Dios estoy cayendo en la demencia
—Disculpe caballero —habló una azafata —¿se encuentra bien?
—No
—¿Puedo ayudar en algo?
—Solo si sabe como apagar los sentimientos hacia una persona
—Lo siento —suspiro tristemente, quizá me entendía o quizá solamente me veía con lastima —pero creo que es algo que se sale de mis manos
—Una botella de agua entonces
—En eso si puedo ayudar —de su carrito, tomo una botella de agua y me la ofreció —aquí tiene, que la disfrute
—Gracias...
Destape la botella y la lleve a mis labios, el agua bajaba con facilidad por mi garganta, desearía que aquel liquido fuera vodka, pero no tenían .
Un par de horas después, la turbulencia se empezaba a notar, no me preocupe, no era la primera vez que pasaba algo así en un avión, era algo normal cuando el viento sopla muy fuerte o vuelas cuando esta lloviendo, así que simplemente intente dormir y lo estaba logrando, hasta que la voz de una de las azafatas diciendo que mantuviéramos la calma y aseguráramos nuestros cinturones me despertó, para entonces ya habían pasajeros rezando y otro llorando porque íbamos a morir, por supuesto que eso no pasaría.
Ignorando la histeria de las personas a mi alrededor, tomé de nuevo mi botella de agua y bebí un poco, me animé a ver por la ventana y fue mi peor error, de uno de los motores salía bastante humo y se podía escuchar los ruidos extraños que hacía, vale, al parecer todo se estaba llendo a la mierda, quise mantener la calma y pensar que era normal, pero no fue hasta que los demás pasajeros empezaron a gritar asustados porque el otro motor también estaba averiado, ya no había duda, estábamos bastante altos y en medio de la nada, sería una muerte segura. Nunca creí que mi ultimo día de vida sería así, lejos de casa, de mi familia… de mi linda Lana, pero al parecer así terminaría mi historia.
Hiperventilando, decidí dedicar mis últimos minutos de vida a ella, a Lana, porque aunque estaba asustado, con el corazón a punto de salir por mi boca y el sudor recorriendo por mi cuerpo, preferiría morir teniéndola a ella en mi mente, escribiéndole cuanto la amo y la amare y no morir con miedo, así que con mis manos temblorosas tome una pluma negra y un viejo cuaderno que cargaba y deje que mis últimos minutos, mis manos trazaran perfectas líneas donde escribiría lo que sentía por ella.
Cuando creí terminar guarde aquel cuaderno entre una bolsa y la metí en lo profundo de una mochila que me había traído, en ella dejaba mis pertenencias, algo que identificara que era mía y que pudieran reconocer.
Cuando termine la ultima frase, quedo casi inentendible, porque ya mi pulso temblaba, tenía miedo, no quería sentir dolor, y no fue hasta que el avión choco y exploto que pude sentir dolor por unas horas, hasta que mis ojos empezaron a cerrarse poco a poco y con mi ultimo aliento lo único que pude decir fue su nombre.
—L-Lana
•Estamos a punto de caer y quizá choquemos con el mar o con tierra no lo sé, lo único en lo que puedo pensar es en ti Lana, porque es lo único que evita que sienta miedo, porque si pudieses preguntármelo te diría que estoy aterrado porque no quiero morir, no estoy listo, tengo mucho miedo y no quiero sentir dolor, dios santo perdóname por escribir esto, ni siquiera se si algún día lo leas, pero es tú presencia la que me ayuda a calmarme un poco, lamento que todo esto pasara así, yo quería alejarme para no sufrir al veros juntos, pero nunca quise que fuera para siempre, lo siento prometí que jamás te dejaría sola, Lana estoy a punto de romper la presa que te hice a los dieciséis años y no volvere, espero que no me recuerdes por escribirte lo aterrado que estuve antes de morir, por favor cuando veas algo mío o que te recuerde a mi sonríe porque estas siendo feliz con el así como yo quería que fuera, a partir de hoy, no se como o si sea posible pero no te olvidare.
Cada vez el avión desciende más y perdona si la letra no se entiende, es que mi mano tiembla mucho, no quiero recibir el impacto, no quiero morir ahora, joder a penas tengo 20 años, a penas tengo 20 años y eres la primera mujer de quien me enamoré, ¿sabes una cosa? Cuando vea a Dan le hablaré de ti y de lo fácil que es quererte, le diré que eres maravillosa y sobre todo le diré, que me fui de este mundo amándote hasta el ultimo segundo de mi vida, a partir de unos cuantos minutos yo entrare en un sueño eterno, en el que me iré, pero desde donde sea que me encuentre, voy a cuidar de ti, no vayas a torturarte por mi, no pienses en culparte por lo que me paso, porque no fue tú culpa, lo unico que me duele emocionalmente es haberte dejado y no poder volver a verte, pero aún así recuerda que siempre seras mi pequeña, y que aún cuando ya no este, siempre te amaré, por que si… Te amo Lana, nos vemos en otra vida, mi más bella maldición.
Con amor:
Adrien Adams•
ESTÁS LEYENDO
Un beso bajo la luna© [✔]
FanfictionLana Morgan y Aidan Gallagher, dos chicos criados juntos como hermanos, dos chicos que desde muy niños eran buenos amigos, de hecho los mejores amigos. Cada llanto, cada risa, cada golpe, el uno estuvo con el otro... Lana y Aidan jamás se separaban...