Capítulo 39

89 14 2
                                    

Ya había amanecido y al abrir los ojos lo primero que vi fueron ese par de iris verdes que me miraban quien sabe desde cuando, pero la verdad era que no me incomodaba y si por mi fuera yo podría despertar así todos los días de mi vida.

—Buenos días Lana

—¿Hace cuánto estas despierto?

—Lo suficiente para decirte que eres perfecta ¿has dormido bien?

—¿Se puede dormir mal estando a tú lado?

Me quede en silencio, observándolo acomodar un mechón de mi cabello, sin duda estaba con la persona que amaba.

El sol se colaba a la habitación por los diminutos espacios de la cortina y se posaban en sus ojos, haciendo el contraste más hermosos que jamás haya visto, y justo en ese momento, viendo al amor de mi vida acostado frente a mi, sonriendo y acariciando mi cabello, supe que estaba perdida y que no me interesaba en lo más mínimo encontrar una salida de aquella hermosa perdición.

—No lo sé —movió su hombro restándole un poco de importancia —solo se que jamás se dormiría mal a tú lado

—Dramatizas

—¿oh, lo hago? Y si te dijera que quiero despertar cada mañana de nuestras vidas a tú lado ¿Qué dirías?

—¿Me estas proponiendo algo?

—Quizá, pero dime ¿qué dirías?

—Diría que es todo lo que quiero

—Feliz navidad Lana

—Feliz navidad, Aidan...

Y como si pudiésemos leer nuestras mentes y saber lo que cada uno quisiera, en una perfecta sincronía nuestras cabezas se movieron hasta que nuestros labios se juntaron y empezaron a danzar en una lenta, pero perfecta armonía.

Unos cuantos segundos más tarde en donde lo único que se oía en aquella habitación eran nuestras besos, nos vimos interrumpidos por el sonido de la puerta siendo aporreada con desespero.

—¿Qué carajos quieres Bella? —habló Aidan sin despegar sus labios de los míos —se que os eh dicho que sigue siendo vuestra casa, pero mujer esperad a que sea al menos medio día

Así es, hace cuatro meses Bella se había ido junto a Matt para no dejarlo solo y ayudarle a que no fuese a caer en drogas o alcohol, y le estaba funcionando, así que ahora Aidan y yo vivíamos solos, en aquel apartamento que ahora se divisaba más grande que mis inseguridades, pero que ahora era nuestro hogar.

—¿Estáis decentes? ¿puedo entrar sin tener que cubrirme los ojos?

—Que pesada eres, no estamos haciendo ninguna guarrada si es lo que piensas —dije desde la comodidad de la cama

—Eso, porque nos has interrumpido —bromeó el castaño para irritar a Bella —así que pasa, mala amiga

—Ahg, os juro que a veces los odio —reprochó mientras entraba a la habitación y se aventaba en medio de nosotros —eh venido temprano para llevarme a tú futura esposa

—¿Futura esposa? —Sonreí con gracia —eso no es cierto

—Pero tampoco es un imposible —dijo Aidan asomándose por encima de Bella

—Venga, respetad a los que no tenemos pareja

—¿Qué quieres que hagamos? —pregunté evadiendo aquella conversación de parejas y solteros —porque hasta ahora son las ocho

—¿Lo has olvidado?

—¿El qué?

—oh, oh, lo a olvidado, yo no quiero ser parte de una masacre  así que me marcho a la cocina

Un beso bajo la luna© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora