Las guardianas

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Capítulo 4

Gahyeon a veces pensaba que vivir en un mundo fantástico sería sencillo.

Que la vida era aburrida sino creías en algo, ya sea por entretenimiento o verdadera fe. Le gustaban las historias llenas de magia, con criaturas fascinantes; sin embargo, hoy sentía que aquello que presenciaba era una total locura. Una cruel broma que alguien le estaba jugando.

Presenció como dos chicas que salieron de la nada apuntaban con sus armas a los boogoys. La de pelo rosa saltó hacia ellos blandiendo la filosa espada a los cuerpos de las criaturas y con patadas los mandaba a volar, la otra por su parte, clavaba la lanza haciendo que estos aullaran de dolor desapareciendo en brumas oscuras. La pelirroja abrió sus ojos realmente asombrada y asustada por esa escena que parecía sacada de una película; las dos desconocidas eran muy buenas peleando a decir verdad. Buscó con la mirada al líder y no lo encontró, él desapareció.

—¡Yoohyeon! Ve con ella, hay que asegurarnos que esté bien —ordenó la espadachín esquivando los golpes del enemigo.

Aunque igual, no podía confiar de sus supuestas salvadoras.

La mencionada corrió en dirección a Gahyeon por lo que se preparó por cualquier cosa.

—¿Estás bien? —Al acercarse le vio el rostro, su cabello no era del todo rubio ya que mechones negros se asomaban—. Gahyeon.

—¿Co-cómo sabes... —apenas articulaba palabras— ¿Quiénes son ustedes?

—¿No me recuerdas? ¿Todavía no? —preguntó Yoohyeon cohibida.

Ambas se quedaron viendo, ninguna entendió que sucedía.

—¡Tenemos un problema, Sua! —Gritó la chica hacia su compañera— No ha recuperado la memoria.

—Me tienes que estar jodiendo —se quejó esta aún en la pelea.

—Quédate aquí —le pidió la extraña volviendo con Sua.

«Está demente si cree que le haré caso».

Con esfuerzo logró pararse trastabillando, se sentía débil por los moretones que tenía. En eso, escuchó a una de las jóvenes gritar. Alzó la mirada observando que, tanto Sua como Yoohyeon, se enfrentaban a dos boogoys, los demás los habían eliminado; la primera dio giros en el aire y la espada brilló cuando la encajó a uno de los entes, justo en ese momento la otra empaló al siguiente aventándolo a unos metros lejos de ellas, pero no fue eso que dejó estática a la pelirroja, sino que la rubia hizo un movimiento con sus manos y justo donde estaba el boogoy apareció una luz azul blanquecina que lo absorbió llevándolo quién sabe a que parte.

Eso no era real, no lo era.

Gahyeon retrocedió, aprovechó que las desconocidas estaban distraídas para huir. Ignoró las heridas, incluso la de la frente. Corrió demasiado lento para su gusto, pero es que era un suplicio manejar su cuerpo en ese estado. Su mente no dejaba de darle vueltas a lo que le dijo la tal Yoohyeon, algo de memoria y recordar, ¿a qué se refería? ¿Acaso tendría que acordarse de ellas? Jamás las había visto en su vida.

No obstante, una chispa de familiaridad la recorrió al estar cerca de ellas, no sabía como explicarlo, era una corazonada, tal vez. La verdad es que no quería pensar en eso, quería encontrar a su papá de inmediato e irse de la montaña. El dolor de cabeza le volvió, que mala suerte de ella. Se detuvo apoyándose en una roca grande, jadeo agitada y  trató de recuperar la respiración; al instante, una figura salió de las sombras tomando a la chica del cuello y la empujó hacia la roca.

—Sabía que escaparías como la cobarde que eres, siempre lo haces —le recriminó la voz masculina—. Que alegría tenerte así después de siglos buscándote.

Como un Deja Vu ||Dreamcatcher ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora