Las consecuencias

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Capítulo 25

Gahyeon había entrado a la casa con sus padres y ya hace rato que les había contado cada parte de su historia. La abuela y el resto los habían dejado solos en la sala de estar. Al principio, Seoyun no mostraba emoción alguna en su rostro mientras escuchaba a su hija y Youngsoo se mantenía neutral; a medida que la joven relataba los hechos sentía que, en realidad, contaba una historia fantasiosa que vio por ahí. Pero las cicatrices que tenía eran verdaderas. Al terminar esperó a que sus progenitores procesaran y le dijeran algo, pero el tiempo pasaba y ninguno de los dos se atrevía a romper el hielo.

—Por favor, no se queden callados. —Gahyeon suspiró mientras frotaba sus manos.

—¿Qué quieres que te diga? —Su madre se levantó del sofá de brazos cruzados—. Acabas de decirme que eres... una... una especie de ser divino desde hace cinco mil años. Por Dios —Seoyun negó con la cabeza consternada.

—Por eso me llevaste a Estados Unidos, mamá. Madre les advirtió sobre el peligro de tenerme aquí y lo mejor es que nos fuéramos para mantenerme a salvo —acertó ella.

—Lo siento, pero no puedo aceptar esto. No, es demasiado —admitió la mujer abatida mientras le daba la espalda a Gahyeon—, ¿qué una Diosa me habló y por eso abandoné Corea?

—Entonces, ¿qué otra explicación tienes? —saltó a decir su padre—. Yo sé que lo recuerdas, no puedes seguir negándolo hasta este punto.

—Quizá para ti sea fácil, Youngnsoo. —Seoyun le lanzó una gélida mirada—. Siempre tuviste mucha imaginación y creías en cosas, pero yo no. Es absurdo.

—Mamá, creo que la razón de porqué no puedes aceptarlo es porque tienes miedo —sentenció Gahyeon al levantarse de su asiento.

Ambos la voltearon a ver y ella se sintió pequeña al instante. Entendía la preocupación de su progenitora puesto que aceptar una realidad que no era la tuya claro que costaba y peor una en la que involucra a un ser amado como tu hijo. Gahyeon se acercó a ella y la tomó de la mano con cuidado, para hacerla sentir bien y asegurarse de que supiera que seguía siendo su hija.

—Probablemente no quieres que sea cierto porque temes a que yo me vaya, que ya no seas mi madre —comenzó la joven—, pero estás olvidando un detalle importante: soy humana también, gran parte de mi ser es mortal y nunca podría olvidarlo... nada tiene que ver que sea una reencarnación.

—No quiero perderte —masculló Seoyun compungida mientras agarraba la muñeca derecha de la chica—, si la verdad es que seas arrebatada de mi lado no voy a aceptarlo. No lo haré —declaró con su labio inferior temblando.

—Ella sigue siendo nuestra hija por encima de todo, nadie va a venir a cambiar ese hecho. —Su papá sonrió entristecido mientras revolvía el pelo de Gahyeon.

La arquera se sonrojó y asintió con solemnidad.

—Mi papá tiene razón.

Su madre los miró a ambos antes de hablar.

—Si recuerdo una voz decirme que me fuera contigo lejos de aquí, que corrías un gran peligro —dijo Seoyun haciendo memoria—. No tuve tiempo de cuestionarme algo tan disparatado como eso, pero Youngsoo no puso resistencia y acordamos que irnos del país era la mejor opción; pero con esa despedida... nuestro matrimonio también empezó a resquebrajase ya que esa noticia era demasiado para mí y provocó que ya nada fuera igual. 

—Lo lamento mucho. —Su hija bajó la mirada apenada.

—No era tu culpa, al final los humanos nos cuesta enfrentar las cosas y solo actuamos sin pensar —Youngsoo dejó las palabras en el aire.

Como un Deja Vu ||Dreamcatcher ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora