El regreso

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Capítulo 1

Cuando Gahyeon tenía cuatro años se mudó a Estados Unidos. Específicamente al estado de California.

Ella y su madre abandonaron Corea del Sur después del eminente divorcio de sus padres, la separación no había sido desastrosa, pues ella seguía en constante comunicación con su padre a pesar de estar tan lejos de él y su progenitora nunca le habló mal ni tampoco mostraba molestia cuando tenían videollamadas. Al contrario, parecían llevarse estupendamente. Gahyeon nunca supo la razón del porqué su mamá tomó la decisión de irse al otro lado del mundo... alejarla de su país de origen. Cada que le preguntaba la evadía o le contestaba que necesitaba tomarse un respiro, estar más cerca de su familia y que ella debía conocer sus raíces americanas; a edad tan temprana la chica no opuso resistencia ni se quejó, llevó una vida muy grata en Estados Unidos. Tenía a su abuela, al resto de familiares y amigos muy buenos, así que no suponía un gran problema...

Hasta ahora, claro.

Dieciséis años después, regresaría a Corea del Sur. Con veinte años volvería a la nación que la vio nacer. Mentiría si dijera que los nervios no la carcomían por dentro. Imagínate vivir casi toda tu juventud en un país que fue tu hogar por mucho tiempo, para luego dejarlo, eso no le agradaba en lo más mínimo. Pero ya que, tampoco es que haría un berrinche en medio del aeropuerto.

Exhaló aire cerrando sus ojos unos minutos. Estaba sentada en la sala de espera; Seoyun, su madre, se encargó de traerles unas bebidas a ella y su abuela, quien le hacía compañía mientras leía un libro, parecía muy sumergida en la lectura.

—Cambia esa expresión, parece que vas directo a un reclusorio —le dijo la señora mayor. La vio por el rabillo del ojo.

—¿Qué? —relajó su expresión sacudiendo la cabeza—. No sé de que habla.

—Gahyeon, entiendo que te asusta esto, pero vas a sentirte como en casa. Después de todo, allí naciste —Jiwoo bajó el libro y le sonrió a su nieta, comprensiva—. Verás que te encantará.

—Voy a poner todo mi esfuerzo —asintió. Y lo decía muy en serio.

«Gahyeon» pronunció con lentitud en su mente.

En la familia, su abuela y madre eran las únicas que la llamaban por el nombre coreano; no era que le molestara, únicamente le parecía curioso y muy bonito. Deseaba que sus conocidos lo prefirieran por encima de Lucy, el cual había adoptado al obtener la nacionalidad americana.

Al rato, Seoyun les trajo el refresco para esperar su vuelo que las llevaría a Seongnam en la provincia de Gyeonggi, era su ciudad natal. La chica sabía que sería un viaje extremadamente largo, de unas diecisiete o dieciocho horas cuando mucho; por fortuna, sería vuelo directo. Cuando se subió al avión miró por última vez el lugar que la acogió y donde aprendió muchas cosas, sin duda, lo llevaría en el corazón. Hace tiempo, su madre le había contado que deseaba volver a Corea del Sur porque ya era el momento de regresar; le habían hecho una oferta de trabajo que no podía negar así que logró ahorrar lo suficiente para que las tres partieran; en especial la abuela que insistía en irse. Contaban con la antigua casa de Seoyun para instalarse una vez llegaran.

«Bien, aquí vamos».

Se dijo así misma cuando el avión ya había despegado, dejando atrás su antigua vida, pero llevándose consigo los recuerdos más preciados.

***

Al llegar, lo único que sabía es que necesitaba descansar urgente.

Gahyeon contenía sus ganas de dormir durante el trayecto hacia su nueva casa. Ya estaban en Corea del Sur oficialmente y el cambio de horario, tan drástico, la consumía. Para quitarse el sueño, mantenía sus ojos castaños pegados a la ventanilla del taxi y lo que veía la dejaba extasiada. La ciudad era tan encantadora, que deseaba visitar cada uno de los lugares sugeridos por Google, porque si, investigó el lugar con ayuda del buscador. No recordaba nada, absolutamente nada de Seongnam y como no, si vivió allí unos pocos años antes de irse. 

Como un Deja Vu ||Dreamcatcher ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora