- Capitulo 12 - Tentaciones Parte#2

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Retrocedamos en el tiempo. Al inicio. Adán y Eva, los primeros humanos en existir en la tierra, lo tuvieron todo, absolutamente todo, y debido a la tentación lo perdieron todo en su totalidad. Hay muchas historias de aquel evento, pero en todas al final, terminan en desgracia para los humanos y todas son causadas por lo mismo: tentación. Este es el máximo ejemplo para demostrar que cualquiera puede ser tentado, a pesar de tenerlo todo.

Ahora imaginen cuan grande es el deseo de las personas que no tienen lo que anhelan, y que de repente ese deseo se presente frente a ellos, llamándolos...Tentándolos... ¿lo tomarían?

La luna se reflejaba en el lago, como si estuviera contemplando su propia belleza. Y es que, a diferencia de un mar, en una laguna la bonanza siempre está presente. El sonido mudo de la noche brindaba una tranquilidad, que era acompañada por la armonía de los insectos, tales como los grillos y luciérnagas. Estas últimas atraían los ojos verdes del chico que se encontraba en el lago, obsequiaban a su vista un brillo que hacía que sus hermosos ojos se despierten. El nivel del agua estaba perfecto, consentía al chico, al dejar que la mitad de su torso este fuera de ella, tapando de esta forma todo lo que él no quiere tener al aire libre, a pesar de que justo ahora, no hay nadie, su compañera de viaje esta dormida, o, al menos eso era lo que él creía, ya que de repente, varias ondas de agua vinieron desde su espalda. Inmediatamente el peliceniza iba a girar su rostro para ver de quien se trataba, pero...

- ¡No voltees!, no tengo nada puesto...

- Esa voz... - por supuesto, no podría tratarse de alguien más, después de todo, se encontraban acampando en un lugar que encontraron por casualidad. Después de viajar volando por mucho tiempo, ya era de noche, asique decidieron bajar y tomar un descanso.

- ¿Mimosa? – Asta hizo esa pregunta, a pesar de que ya sabía de quien se trataba, pero necesitaba decir algo, ya que no entendía lo que estaba pasando - ¿Ta-También vienes a darte un baño? En ese caso, saldré del lago – Asta empezó a caminar hacia delante, el nivel del agua del lago, le permitía hacer eso, sin embargo, se detuvo cuando - espera – Los oídos de Asta escucharon la voz de Mimosa, y sus piernas se quedaron plantadas en el agua - ¿Qué ocurre Mimosa? – empezaba a ponerse nervioso, el silencio como respuesta de la chica a su pregunta, tampoco ayudo mucho. El sonido del agua moviéndose causado por el movimiento de las piernas de la chica, le decían que se estaba acercando – Mimosa dime, ¿paso algo? – el sonido ya estaba a un metro de el – Mi-Mimosa ¿quieres hablar conmigo? – ahora estaban a solo un paso uno del otro – Asta...Yo...quiero -Mimosa que se encontraba detrás de Asta, paso sus manos por debajo de los brazos del peli ceniza, abrazándolo desde atrás – ¡Mi-Mi-Mimosa! – Asta podía sentir es su espalda todo de ella, su cuerpo, su respiración, su voz intentando decir algo.

- Sabes Asta, siempre tengo problemas de espalda, ¿sabes por qué?

- ¿Por qué?

- debido a que mis pechos son muy grandes, eso hace que me duela la espalda – Mimosa estaba agradecida teniendo a Asta de espaldas, si él se girara en este momento, no podría aguantar que la viera enrojecida por la vergüenza de sus palabras

- que-que desafortunado

- oye, porque no me ayudas con eso

- ¿QUEEEEE? ¿Cómo podría ayudarte?

- da-dándome un masaje

- Mimosa yo...- Asta entro en razón, los nervios se le fueron, y su mirada cambio a una seria

- no te preocupes, si eres tú, no me importa que veas mi cuerpo

- Mimosa...

- ya que yo...Asta yo... te amo

Amor Mágico De TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora