Mientras María me llevaba en sus manos, ella mi iba acercando un poco a sus pechos; no tenía la menor idea de qué es lo que me iba a pasar a partir de este punto. Una parte de mí, en el fondo, sentía temor de esta situación, ¿qué sentirían ustedes? Estar encogidos a una altura de solo 5 centímetros... es difícil de procesar. Estar a merced de tres chichas gigantes me resultaba algo imposible, algo que solo fantaseaba en mis más oscuros sueños húmedos... No obstante, es justo esto lo que más anhelaba vivir y... y lo estoy viviendo, estoy cumpliendo esta fantasía, por lo que también sentía mucha emoción y excitación.
Los brazos de María eran muy cómodos, muy suaves, podía percibir un olor agradable que emanaba de su piel, en general, pude darme cuenta que María huele muy bien literalmente de pies a cabeza. En fin, una vez que llegamos a su habitación, ella me colocó en el suelo, mientras Nayeli y Tania pasaban por encima de mí, procurando no aplastarme, aunque Tania pasó muy cerca de mí, parece que tiene intenciones de pisarme en todo momento.
Mientras las observaba desde el suelo, las vi hablar entre ellas, ya saben, cosas de chicas, ignorando por completo que me encontraba ahí abajo. En ese momento vi que comenzaron a quitarse su ropa, creo que para cambiarse, en ese momento pensé que sería fabuloso poder verlas con poca ropa. Podía ver su ropa interior. Aunque me sentí un poco avergonzado de este momento, no pude contenerme y me puse a observarlas. Eran muy hermosas, tengo que reconocerlo, desde mi perspectiva era una gran vista para ser un pequeño humano. Entonces vi que Tania se giró hacia mí, y se acercó lentamente con una sonrisa bastante pícara.
Tania: Vaya, vaya... Parece que te gusta lo que vez, ¿no, pequeño pervertido? No te vamos a mostrar nuestro cuerpo desnudo... aún. - Dijo, y arrojó sobre mí una de sus blusas tapándome por completo. Estaba bajo su prenda, la verdad era extraño, intentaba buscar la salida y comencé a moverme en cualquier dirección para tratar de salir de esta prisión de tela, tardé varios minutos, mucho tiempo en realidad, hasta que al fin encontré la salida, y al esclarecer mi vista noté que ya estaban cambiadas de ropa, tardé demasiado en salir.
Tania: Owww qué pasó. - Dijo, dirigiéndose a mí. - ¿Triste por no vernos desnudas? Ya te dije que aún no tienes ese privilegio. Pero... - Dijo, mientras se acercaba a mí lentamente. - Lo que a ti te gusta es esto ¿cierto? - Y puso su pie encima de mí y lo dejó caer lentamente. Esto me incomodó un poco, la verdad por lo que inconscientemente me puse a correr con intenciones de escapar, pero... - ¿A dónde crees que vas, eh? ¡Esto es lo que te gusta, no es así! ¡Déjate pisar! ¡¿Tienes idea de cuántos hombres matarían por estar en tu lugar?! - Entonces Tania me pisó de frente con su pie. Al principio fue un poco lento y ligero, se tomó su tiempo así que comencé a disfrutarlo de hecho; pero poco a poco empezó a poner más presión con su peso. Era muy doloroso, estaba intentando decir alguna palabra, María se percató de lo que estaba pasando y actuó inmediatamente.
María: ¡Tania, basta!
Tania: ¿Qué pasa? No estaba haciendo nada malo, solo estaba jugando un poco, además, se ve que lo disfrutó. ¿Verdad?
No sabía qué decir, estaba en shock. En toda mi vida, solo se me había ocurrido oler las medias o los pies de chicas incluso de chicas gigantes en mis fantasías raras, pero ser aplastado de verdad? Me parecía algo totalmente extremo; pero debo admitirlo, si no fuera por el dolor y el miedo, habría disfrutado al máximo esta pequeña experiencia con Tania.
Mientras recuperaba el aliento, las chicas seguían discutiendo de algo que no podía alcanzar a escuchar. Luego de un rato, empezaron a conversar sobre algo y Nayeli me levantó mientras Tania fue en busca de algo.
Nayeli: Mira Ángel, hemos estado discutiendo sobre cómo es que te vamos a cuidar y decidimos que será mediante una selección al azar, es decir, cualquiera de las tres te va a tener el día de mañana y luego otra otro día y así... tampoco es tan complicado de entender. Las tres nos turnaremos para tenerte todos los días por todo un día entero. ¿Sí? - Dijo, mientras yo procesaba esa información. - Y como es tu primera noche, tendrás que estar solo por esta vez. Evidentemente no podrás dormir con ninguna de nosotras... aún. - Entonces Tania regresaba a la habitación con un zapato en sus manos.
Tania: Está será tu habitación, pequeño. - Dijo, mostrándome su zapato. - Vas a dormir en uno de mis zapatos, estos los uso cada vez que hago ejercicio, y para que no pases frío... - Dijo, sacando un calcetín del zapato que lucía muy usado, era blanco pero se veía gris por lo sucio. - ... te daré mi media para que la uses como cobija. Sí, se ve así porque las usé toda esta semana y me dio pereza lavarlas. - Entonces la acercó un poco a su nariz para olerla y exclamó. - ¡Uf! ¡Sí, debí haberlas lavado hace días! Pero qué importa, igual esto te gusta, ¿no, pequeño? - Dijo, a lo que yo solo me sonrojé bajando la mirada.
Nayeli: Sabrás que podemos ser muy complacientes, por lo que estarás con bastante frecuencia cerca de nuestros pies, pequeño Ángel.
Entonces, Nayeli me colocó en el zapato de Tania que, para ser honesto, olía muy mal. Tenía la plantilla desgastada y creo que podía sentir un poco de humedad. Mientras exploraba el calzado de Tania, vi que metieron la calceta usada en el zapato. El olor se hizo más fuerte. La verdad esa media olía demasiado al pie sudado de Tania, pero la verdad ese olor me encanta. Es un olor totalmente exquisito para mi sentido del olfato. No pensé que fuera en serio, seguía pensando que todo esto era un sueño. Luego escuché que las chicas decían...Tania: Linda noche, escl... emmm, pequeño. Pásala bien.
María: Qué descanses Angelito, espero que te guste tu cama.
Nayeli: Hasta mañana, descansa Ángel.
Entonces colocaron el zapato en el suelo y todo se sintió una calma absoluta. Apenas llevaba un par de horas encogido y ya me daba cuenta cómo era el trato de las chicas hacia mí: María me cuidaba, me daba a entender en todo momento, y desde el principio, que no me lastimaría; Nayeli tampoco tenía intenciones de hacerme algún daño, se dejaba llevar a veces queriendo experimentar conmigo, pero en general su trato era similar; pero, Tania... debo decir que en verdad ella quería jugar conmigo de manera muy ruda, al parecer disfruta mucho tenerme bajo sus pies, la verdad eso me encanta, debo admitir que Tania me genera una sensación extraña, algo que no comprendo del todo cuando es dominante, pero que me gusta, ella me genera mucha curiosidad, pero no quiero tampoco sufrir daño físico pues, como mencioné, es bastante ruda conmigo, creo que si fuera inmortal o algo así sería su juguete irrompible, aunque la idea de serlo, por alguna razón me agradaba.
Pasaba el tiempo y trataba de dormir, pero no podía por la emoción de estar en el zapato de una chica hermosa, justo en el zapato de Tania, la chica que me encanta mucho, además de tener su media olorosa y sudada enfrente de mí. Me dejé llevar por mi emoción y disfruté de la fabulosa experiencia que estaba teniendo. Inhalaba con tal profundidad ese delicioso aroma a los pies sudados de Tania, su media estaba incluso algo húmeda por el uso y el sudor, creo que ella las usó hoy también para hacer ejercicio, por lo que me dispuse también a lamer la media. Sí, no podía con la excitación que sentía en ese momento, me puse a lamer la media sudada de Tania, y, por suerte para mí, podía deducir, cuando la metió en el zapato, que estaba la parte de la media en la que cubren sus dedos justo frente a mí, por lo que allí estaba concentrado todo el olor, su sabor era un poco salado, pero para mí era un delicioso manjar que me hacía querer lamer y lamer más esta deliciosa prenda, pues esto para mí era el paraíso completamente.
Ángel: Vamos, ¿qué haría un pequeño humano como yo en esta situación? - Dije, para no sentirme algo culpable por hacer esto.
Fue un rato maravilloso, no pude más y comencé a masturbarme en ese instante mientras inhalaba ese ambiente exquisito y lamía y lamía la media sudada de Tania, continué así por varios minutos hasta que al fin exploté en un orgasmo sin igual, fue una sensación placentera tan grande que caí rendido en la plantilla del zapato totalmente satisfecho e inhalando ese delicioso aroma del pie de Tania impregnado en todo el entorno.
Aunque luego de disfrutar eso, me puse a pensar en cual de las chicas se haría cargo de mí mañana. Era una incógnita que no me dejaría dormir en toda la noche. ¿Qué cosas me harían? ¿Serán buenas personas? ¿Qué es lo que me espera? Pero para mejor poder dormir y conciliar el sueño decidí colocarme debajo de una parte de la media para usarla como cobija para poder descansar. Me sentía tan feliz y emocionado pues cada respiro que daba inundaba mis fosas nasales con el aroma a los pies sudados de Tania. Mientras disfrutaba pensaba en qué pasará el día de mañana... hasta que quedé completamente dormido.
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Fantasía real
FantasyÁngel, un chico de 23 años, una persona común con un gusto particular por los pies lo lleva a una situación inesperada con tres chicas ¿enormes? Ángel tomará una decisión que lo cambiará todo en su vida, después de todo es algo que siempre anheló.