¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ChaYoung asintió ante el halago. Dudando bastante de hacer la pregunta.
—Alessia, ¿Tienes pareja?— pregunta ChaYoung,
La pelinegra se dió cuenta rápidamente de las intenciones de la abogada. Miro de reojo a Vincenzo, este parecía esperar tanto su respuesta que no parecía entender las intenciones de ChaYoung.
Ciertamente no culpaba a la abogada, Vincenzo era una persona atractiva con un encanto tan misterioso.
Por algo se había casado con el.
—Estoy casada—acepta la mujer—. Pero espero divorciarme lo más pronto posible—responde tranquilamente.
No estaba ahí para interrumpir el romance de su esposo con quién fuera. De cualquier forma, luego del divorcio, cada quien debería hacer su vida. Algo brillo en el rostro de ChaYoung.
Para ignorar la fuerte mirada de Vincenzo tomo su teléfono para empezar una conversación con su padre por texto.
Sonrió levemente cuando este escribía bastante alegre sobre su hija Stella.
—Alessia— la voz de su esposo la interrumpió—. Iremos de compras, ¿Te gustaría acompañarnos?
—No veo la necesidad, Vincenzo— responde neutral—. Pueden ir juntos.
—¿Ella es Stella?— el italiano miro a la pantalla del teléfono—. Alessia... Es mi hija también.
La mujer apagó el teléfono rápidamente.
—Siendo así, iré con ustedes.
Alessia camino dejando de lado a su esposo detrás. Para subirse al auto en la parte de atrás dejando que ChaYoung fuera de copiloto. Vincenzo entro al auto arrancando ligeramente afectado por la actitud de su esposa.
Al llegar, Alessia abrió la puerta para bajar antes de que Vincenzo tratara de abrirle como un acto caballeroso.
Puso detrás de su oreja su perfecto cabello negro para dedicarse a ver las tiendas sin prestarle mucha atención a los otros dos. Noto que entraron a una tienda, antes de ir con ellos encontró una joyería.
Miro superficialmente, encontrando un hermoso collar de rubí en forma de corazón. Sin perder tiempo entro para verificar antes de comprarlo con su tarjeta negra.
La dependienta podía sentir esa aura de autoridad y elegancia sobresaliendo de ella. Le entrego su compra antes de hacer una reverencia dándole las gracias por comprar.
Sia fue hasta la tienda donde ellos habían entrado encontrándose con su esposo siendo medido, enarco una ceja.
—Comenzaremos con diez— ChaYoung se sorprendió por la respuesta de Vincenzo.