CAPÍTULO 15- Sorpresas

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Alejandra

Observo los papeles encima de mi escritorio y suelto un resoplido bajo, tengo que leer algunos y dejarlos en el área de marketing, y otros van en la de contabilidad, podía llamar a alguien para viniera por ellos, pero no quiero interrumpirle el trabajo a nadie.

El sonido del teléfono de la oficina me sobre salta un poco, en él teléfono miro quien es y sonrió al saber que quien se trata

—¿Podrías venir, por favor? —aseveró apenas contesté, me reí sonaba con súplica.

—Claro, que sí. —asegure, no podía negarme.

Me levanté apenas colgué la llamada, acomode un poco mi ropa por que a decir verdad a veces me siento como si estuviese en la casa, abro un poco las piernas y hasta las encaramo.

De milagro no me han visto, seria vergonzoso.

Salgo de mi oficina y al estar frete a su oferta, la abro sin rechistar, ya me ha dicho que puedo entrar sin tocar pero es solo cuestión de acostumbrarme, además no me gusta interrumpirlo.

—Mandé. —declaré mientras tomaba haciento frente a el, me miró con una sonrisa ladeada y me guiño uno de sus precisos ojos grises.

Me aguante el suspirar, lo mire de forma fija también.

—¿Me podrías decir lo qué tengo en mi agenda programado para el día de mañana? —averigua amablemente.

—Tienes una reunión con uno de tus accionistas, sin olvidar qué tienes que asistir a una fiesta de un socio, es a las ocho de la noche. —le recuerdo sin dejar de verlo, siempre trato de recordar lo de toda la semana, no se me es difícil.

—¿Te gustaría acompañarme? —comentó de repente, cosa que me tomó por sorpresa.

—No lo sé, no estoy acostumbrada a estár en esos eventos, donde les gusta presumir de todo lo que tienen y más las mujeres. Ya sabes son engreídas y se creen la gran cosa, además eso aburre. —explicó, la sinceridad ante todo. —¿Porqué quieres ir conmigo? —cuestionó por molestar.

—Por qué se perfectamente que contigo no me voy a aburrir para nada, en esas reuniones hablan mucho a veces quisiera despejarme un poco de los negocios, además tú eres muy buena sacando conversaciónes, eres muy expresiva, directa, tu forma de hablar es única, te gusta que las cosas sean sin rodeos y eso me encanta. —me sonríe, su penetrante mirada me cala hasta los huesos.

»—Puedo ser yo mismo sin problema alguno, y créeme cuando te digo que sacas lo mejor de mí.

—Algo así como, cuando dicen. Búscate un hombre que saqué lo mejor de ti, y te meta lo mejor de él. —sonrió ampliamente, y él al notar el doble sentido de mis palabras, abre sus ojos un poco y me mira asombrado.

Pero luego de unos segundos reímos a carcajadas, y eso me agrada.

—Vaya, cada día me sorprendes más. —dice entre risas.

—Que no te agarre desprevenido. —le advierto.

—No te lo puedo asegurar.

Dejando de lado mi reciente ocurrencia, le respondo: —Está bién te acompañare, sólo por qué no eres aburrido. —sonrió y él frunce el seño.

—¿Tengo cara de serlo?

—En la primera impresión de jefe sí, pero si logran entrar en conversación contigo, y se habla de cosas que no sea trabajo no.

—¿Y eso es bueno?

—Para mi sí, porqué se me hace interesante conocerte, además de que me gustas mucho. —confieso. —Sí hasta eres bien hermoso, pero eso ya lo sabes.

Después De Aquel Beso¹ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora