CAPÍTULO 28- No todo es para siempre

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Alejandra

Me despierto escuchando unos murmullos de parte de Cameron, el cuál esta sentado en el mueble que esta frente a la cama, al ver que me remuevo en ella se levanta.

—¿No puedes atenderla hoy? — cuestiona a quién le habla, pasan algunos segundos hasta que responde. —Bien, te veremos luego adiós. —sé despidió y se acercó hasta mi.

—Buenos días. —saludó.

—Buenos días,— Lo mire con el ceño fruncido. —¿Para dónde vas hoy? —Le pregunté.

—Luego verás. —me respondió.

—¿Qué?, ¿iré contigo?

—Pues claro, más lo necesitas tu que yo. —se encogió de hombros.

Rodé los ojos en respuesta, me senté en la cama cubriendo mi cuerpo, tenía una maraña en la cabeza —¿Qué hora es? —Le pregunté.

—Las nueve de la mañana. —respondió tranquilo.

Mis ojos se abrieron más de la cuenta.
—¡Las nueve, hace media hora deberíamos estar en la empresa! —exclame asombrada.

—No es para tanto, soy el jefe y puedo llegar a la hora que quiera. —respondió sin importancia.

—Pues me importa una puñetera mierda si lo sos, de igual manera soy una empleada más.

—Eres mi novia, puedes llegar tarde si gustas.

—Y aúnque fuera tu mujer, me valdría.
—respondí franca, me levanté sin tener cuidado, la sábana se enredó en mis pies haciéndome caer boca bajo. —¡Ay!, Jodida mierda, —supire volteandome al cabo de unos segundos, Cameron tenía los brazos en la cintura por su postura estaba seguro que quería reírse de mí.

—Hoy estás demasiado, torpe. —me extendió su mano y le mostré el dedo del medio.

—Que te den. —cómo pude me levanté importandome poco que estuviera desnuda, camine algo apresurado sabía de sobra que Cameron estába mirando mi trasero, en el marco de la puerta del baño me volteó y lo encuentro con la mirada en el, —Si, ya sé que soy irresistible. —muevo mi cabello de forma egocéntrica y él ríe negando.

—En eso estoy de acuerdo. —me responde.

****

—¿Por qué estamos en el hospital?
—inquiero al ver que luego de unos minutos manejando se detiene en este. —¿Tienes algún familiar que no conozca hospitalizado?

Sonríe divertido y niega, suelto un suspiró de alivio. —No, no es nada de eso.

—¿Entonces?

—Sólo entremos.

Lo miro y él hace lo mismo, luego de entrar al hospital el se detiene en la recepción mientras yo tomó asiento, intercambian unas palabras y luego se acerca a mi.

—Vamos, que ya es hora. —asiento levantándome, entrelaza nuestras manos y me lleva por el pasillo izquierdo, observa las puerta y se detiene en una en específico.

Ginecóloga, Laura Mejía.

—¿Qué hacemos aquí?

No me responde y abre la puerta, me invita a pasar y eso hago al entrar él cierra la puerta. Frente a nosotros se encuentra una mujer que nos sonreí ampliamente

—Buenos días. —decimos al unísono.

—Buenos días, es un gusto verlos. Tomen asiento —nos hace un gesto con la mano, después de sentarnos ella vuelve ha hablar. —Tu debes ser Alejandra, mucho gusto mi nombre es Laura. —me extiende su mano y la aceptó.

Después De Aquel Beso¹ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora