CAPÍTULO 40- Algo importante.

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Alejandra

Me despierto al sentir la caridad directo en mi rostro, sin abrir los ojos me doy la vuelta en la cómoda cama, abro los ojos mientras me acostumbro a la luz de la habitación; reparando que me encuentro sola en ella.

Escucho unos pasos cerca de la habitación por lo que me siento en la cama, la puerta es abierta Cameron entra con una gran sonrisa y trae con él una mochila.

—Que bueno que despiertas, he ido por nuestra ropa recuerda que hoy es lunes y quedamos en que iríamos juntos a la empresa. —asevera mientras toma asiento a un lado de la cama, después de tanto insistir por fin había aceptado que volviera a trabajar como su secretaria, pues según él debía descansar más cosa que negué.

—Gracias, y referente a lo de la empresa lo recuerdo. —me extiende la mochila y la tomó para ver que me trajo para poder cambiarme.

—Y también me tome el atrevimiento de comprarte un teléfono, y no vayas a empezar con tu; yo misma pude comprarlo o te devolveré el dinero apenas pueda. —masculló imitando mi voz y claramente no le sale idéntica. —Que eso me importa muy poco eres mi mujer, y mi deber es darte todo lo que necesitas, ¿Entiendes? —cuestiona y asiento mientras tomó la caja del teléfono.

—Gracias lindo. —le respondo sacando el teléfono, miro que es el mismo teléfono que el tiene obviamente muy diferente al que tenía.

—No hay que agradecer, mejor vamos a bañarnos y así podremos desayunar.

—¿Vamos?

—Si eso he dicho, además así ahorramos agua.

—Por favor eso no te lo crees tú. —replique

—Igual no puedes negarte.

—¿Qué te hace pensar que no lo haré?

—No sé tal vez... —me miro mientras hacia una expresión de estar pensado
—Una buena sección de besos, unas nalgadas por desobedecer, además le incluiremos una buena follada en la ducha mientras gimes mi nombre que por cierto eso me encanta, y para terminar dejar tus piernas temblando, no se piénsalo. —mi respiración se había entrecortado al escucharlo, pase saliva y él sonrió ante ello.

No le respondo, sólo asiento.

Después de todo el sexo que tuvimos ayer entre la tarde y algunas horas de la noche no me siento energética para otra ronda, Cameron se había tomado muy enserio el dejarme sin caminar, al levantarme de la cama mis piernas duelen lo cual me impide mantener de pie, él al verme sonríe triunfante y me lleva cargada entre sus brazos.

Estar de nuevo en la oficina me hace mas que feliz, de verdad extrañaba el lugar además de trabajar. Ya estaba aburrida de no poder hacer nada productivo en casa por eso penas estuve bien, y sentía que lo estaba le comenté la idea de volver a Cameron cosa que aceptó después de tanto insistir.

Esta claro que llegará el momento donde me de por vencida, y decida ser una mantenida pero no lo será por ahora.

Cameron a mi lado sonríe mientras yo tomó asiento en mi silla giratoria, un suspiro de alivio sale de mis labios y de verdad ya necesitaba sentarme después de todo, aún me duelen las piernas y las caderas.

Él toma asiento en mueble individual que allí se encuentra, me giró quedando frente a él la oficina esta tal cual y como la deje.

—¿Hay mucho por hacer el día de hoy? —él niega ante mi pregunta.

—No, no hay mucho de hecho creo que sólo tienes que revisar unos correos y agendar lo de la próxima semana. —responde a lo que asiento.

—Bien, no es mucho trabajo pero al menos estaré ocupada algunas horas.

Después De Aquel Beso¹ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora