CAPÍTULO 25 - ¿Confías en mí?

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Cameron

Es viernes, y este fin de semana tenía pensado hacer algo nuevo con Alejandra aunque no tan nuevo, tal vez sólo sería invitarla a que lo pasará conmigo pero en mi casa.

Ya que supongo que Felipe estará muy entretenido y ocupado con su novia. Y supongo que Alejandra se la pasará sola el fin de semana en su apartamento así que, que mejor idea de invitarla para hacernos compañía mutuamente.

Faltaban unos quince minutos para la salida ella aún se encontraba en su oficina, me comentó que estaría trabajando en unos planos que no eran tan urgentes pero debía terminamos ya que quería tener espacio y tiempo.
Me levanté de mi cómoda silla y a pasó lento me dirigí hacia la puerta de mi oficina, abrí y me dirigí hacia la oficina de ella.

Estaba tan concentrada que no se percató de que alguien había entrado, la  observe tenía el seño fruncido al igual que sus gruesos labios. Tenía una coleta alta algo improvisada, algunos mechones rebeldes caían como cascadas en su frente. Me detuve un momento a observar sus pestañas y perfilada cejas.

—Nena, ya terminaste.

Ella despegó la vista del computador y me observó con una sonrisa. —No aún no lo hago pero... —le hice un gesto para que continuará hablando —Creó que es suficiente por hoy, además que ya debería de estar descansando.

—Tengo una sugerencia para ti, aunque espero aceptes.

—Vale, ¿de qué se trata tu sugerencia?

—¿Quieres quedarte conmigo este fin de semana?

—¿A qué se debe tu invitación? — preguntó al mismo tiempo que sé levantó y sé acercó a mí, se cruzó de brazos.

—Bueno pues quién mejor que tú, para pasar unos días acompañado además, Felipe estará con tu mejor amiga.

Lo pensó un momento. —Bueno pues tienes razón, aunque te me adelantaste ya que te quería invitar a mi apartamento. Aunque pensándolo bien tu cada es más grande. —Me guiño un ojo y dejó un corto beso en mis labios.

—¿Eso quiere decir?

—Sí quiero. Espera guardo esto y nos vamos. — al darse la vuelta me quedo un momento observando la vista, la cuál era la de su redondo trasero, ¡Díos!

—Vaya vista la que tengo. —comenté percatandome de que lo había dicho en voz alta.

—Eres un pervertido. —sonreí burlonamemte al ver sus mejillas sonrojarse.

****

Dejo su mochila encima de mi cama y sé quito los tacones, luego se dio la vuelta y la mire maniobrar para poder quitarse el brasier, al quitarlo soltó un suspiró.

—A esto le llamó ser libre. —reí ante lo dicho, y ella se giró mí. —Es cómo cuándo tú después de tanto tiempo dejas tu miembro al aire. —se encogió de hombros y solté una carcajada.

—Me imaginó.

—Me ayudarías a bajar el cierre. —asenti y ella se acercó hasta quedar frente a mí, luego se giró algo nerviosa. Tome el cierre y lo bajé lentamente rozando mis dedos en su espalda y viendo cómo su piel se erizara ante el contactó; cuando termine deje un beso en su cuello.

—Listo preciosa.

—Gracias. — respondió nerviosa.

Sacó una pijama de dos piesas de su mochila y entró al baño, mientras yo me dirigí a mi armario.

Me despojó de mi ropa y zapatos quedando en boxers, tomé mi pantalón de pijama y me lo coloqué seguido la camisa de está. Salí de mi armario y la encontré sentada en el borde de la cama, al verme sé levantó.

Después De Aquel Beso¹ [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora