ꕤ Capitulo 2ꕤ

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Paso ya una semana y Mirabel estaba a solo unas horas de convertirse en la esposa de Camilo , Sergio y su madre la ayudaba a vestirse pues creo que es el único amigo que tiene y su madre su única amiga , sus hermanas no la ayudaban , parecía que la odiaban y no querían ni verla.

— Ahí , querida — decía el hombre que la ayudaba a ponerse el vestido de novia , con un poco de lágrimas en los ojos — lo siento soy muy emotivo — decía.

— Jaja Sergio ni mi mamá no está tan emotiva como tu lo estás ahora — idecía la pelinegra con un poco de burla hacia su único amigo , agradecía que el estuviese ahí , agradecía que al menos el fuese su amigo , agradecía todo lo que el le enseñó, ya que Mirabel aprendió de él a bordar , coser , y hacer muchas cosas de costura con él.

— Espero que seas muy feliz en tu matrimonio querida.

— No lo creo Sergio, el no me ama ni yo lo amo a él, esta boda es solo por conveniencia y por pagar mis estupideces — puso una cara triste — se que en este matrimonio seré la mujer más miserable del mundo.

— Ah bueno pero al menos el vestido te queda divino mi vida ¿ verdad señora Julieta ? — intento animarla un poco para que no se pusiera triste y tal vez a llorar.

— Si mi amor te vez preciosa , te vez como un verdadero ángel con tu vestido blanco — hablo con una sonrisa en su rostro , pues no lo podía creer que su hija haya aceptado casarse , asta que se acordó de algo — Ah Mirabel , tu padre dijo que si quieres el esperaría con un caballo listo para escaparnos y evitar esto , aunque sin Luisa e Isabela ya que ellas no querrían hacerlo.

— No mamá, ya todo está echo no quiero dejar a Camilo plantado , además quiero pagar por todo el mal que hice a la familia a ver al menos haci me perdonan.

— Hay mijita — . Expresó tristeza con sus ojos cristalizados, acariciando un mechón de cabello rizado de su hija.

No quería que su hija se casara por obligación.

— Bueno mamá, creo que nos esperan — . La miró como pidiendo ayuda a gritos no quería casarse con Camilo ni con nadie que ella no amara.

— Ay, es cierto, se nos hace tarde.

Mirabel junto con Sergio y su madre se apresuraron para ir a la iglesia.

— Queridos hermanos estamos aquí para unir en santo matrimonio a estos dos hijos de Dios ¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad sin que nada ni nadie los presione?

Camilo y Mirabel se miraron. El joven la miraba con mucho desprecio y odio pues claro que me están obligado contesto en sus adentros para el mismo.

— Sí, Padre, venimos libremente. — contestaron al final.

— ¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda la vida?

— Si, Padre, estamos dispuestos.

— ¿Están dispuestos a recibir responsablemente y con amor los hijos que Dios les dé y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

¿Hijos? Se preguntaron los dos contrayentes en su mente.

— Sí, Padre, estamos dispuestos.

— Así pues ya que quieren establecer ente ustedes la alianza santa del matrimonio, unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.

— Yo Camilo Madrigal te pido a ti Mirabel Madrigal que seas mi esposa porque te amo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida. — Contestó, todo lo que dijo y salía de su boca en ese momento eran nada más que mentiras. Mentiras que solo Dios sabía que decían delante suyo.

Mi condena ( Camilo x Mirabel ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora