ꕤCapítulo 8ꕤ

1.8K 93 9
                                    

Abrió rápidamente los ojos, se sentó apresurada sudando frio, se tapó los ojos cierta luz la molestaba. Ya era de día.

Asintió algo o alguien a lado y en efecto era su esposo Camilo con el torso desnudo sin cobijarse con las sabanas, sin querer levantarlo saco sus piernas con cuidado para pisar en el frio piso ¿Por qué el cuarto de Camilo era tan fúnebre? ¿tan frio? Pensó.

─ Tenemos que hablar─ de pronto soltó Camilo.

─ ¿de qué o qué?

─ ¿Ahora es Sergio quien te roba el sueño?

─ No sé de qué hablas ─ respondió indiferentemente.

─ Anoche llegue y bueno siendo hombre tengo tentaciones.

─ Acaso te atreviste a ...

─ Si lo quise hacer, pero me detuve cuando mencionaste el nombre de ese hombre afeminado. Soñabas con el ¿verdad?

─ Tal vez sí. ─ dijo sin pensarlo.

─ vaya ramera que eres primero Jorge, luego mi hermano y ahora ¿Sergio? ¿es enserio? Él es un hombre mayor, mucho más mayor que tu ¿sabías?

─No tienes por qué decírmelo yo lo sé. Se que es Mayor que yo.

─ Vaya... yo trato de arreglar nuestro matrimonio y tu apegándote a hombres que jamás podrás tener.

Mirabel no dijo nada pues si bien es cierto que ella amaba a «hombres que jamás iba a tener» era mejor amarlos a ellos que a ese monstruo con el que estaba casada, no olvidaba todo aquello que la hizo sufrir en su juventud, la maltrataba, le gritaba «la sin don» «la inútil» «sin magia». Recordó que una vez cuando cumplía 18 años la golpeo hasta mas no poder cuando descubrió que era socia de Sergio, la golpeo por no decirle nada, pero eso solo era una excusa ase rato que él quería golpearla ya que por ese tiempo aún no había olvidado a su joven amante Karen y Camilo consideraba que Mirabel tenía la culpa de que ella se fuera, aquella vez no menciono nada a su padre de ese altercado.

─ mira, no tengo ganas de pelear ahora, Sergio y yo tenemos cosas que hacer hoy y no pienso que tú me malogres el buen humor.

─ La abuela quiere...

─ Ya sé lo que quiere esa anciana, pero no la voy a complacer.

─ Claro... si por andarte revolcando con otros hombres, no quieres algo o alguien que te moleste. Incluso hace dos semanas que ni siquiera cumples con los deberes de la casa.

Mirabel no aguanto ese comentario y le dio tremenda bofetada que tal vez no se necesitaba el don de dolores para escucharlo por toda la casa.

─ No vas a ofenderme de esa forma ¡entendido! No lo vas hacer.

Camilo furioso la tomo de las muñecas con las dos manos, pero ella ejerció fuerza para poder soltarse de él.

─ Ya no más Camilo ya no más, se acabó tu sirvienta ase rato, ya no soy aquella muchachita ingenua que se dejaba mangonear por su marido ahora ¡me voy a defender!

─ Escucha yo tampoco quiero seguir peleando.

─Vete a la mierda, estúpido.

─ ¡¿Qué?!

─ Lo que escuchaste, si te confieso algo también llegué sentir algo por ti, pensé que tú también algún rato me llegarías a querer, pero ahora...

─ Yo también te amo ─ soltó Camilo sin pensar.

─ ¿Qué? ─ quedo sorprendida por tal revelación.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 20, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi condena ( Camilo x Mirabel ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora