Alma celestial

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Capítulo 30: Los wyverns celestiales

Al escuchar las palabras 'wyvern celestial', Qinghe se sorprendió.

Dejando de lado por ahora su flagrante desvergüenza hacia su amante, ¿acaba de mencionar que eran wyverns celestiales? ¿No eran ese legendario clan de bestias que se decía que decayó y se desvaneció hace mucho tiempo? Se decía que eran descendientes de verdaderos dragones celestiales y poderosas serpientes que vagaban por el mundo en la época de los antiguos. Pero como se habían desviado demasiado de su linaje ancestral original, habían perdido su antigua grandeza y se habían convertido en bestias serpientes comunes.

La fría voz de Wei Xiang atravesó las esperanzas de la mujer wyvern. "No tengo intención de rejuvenecer ese vil linaje, y definitivamente no tengo intención de yacer junto a algo tan repugnante como tú".

La hembra wyvern retrocedió. "¡C-Cómo pudiste—! No puedes hablar en serio. Esa es una línea de sangre antigua y poderosa que estás despreciando. ¡Rejuvenecerlo es vital! Eres el wyvern celestial más poderoso nacido desde la primera generación. ¿Cómo no puedes querer traer de vuelta la gloria de nuestro clan? ¡No te creo!"

"Y no me importa", Wei Xiang era indiferente.

A un lado, Qinghe finalmente se recuperó y recordó. ¡Esta serpiente astuta acababa de hacerle proposiciones a su hombre justo en frente de él! Sus ojos se entrecerraron por un segundo en schadenfreude antes de cambiar su expresión facial.

Parpadeando con curiosidad, Qinghe sonrió con su sonrisa más inocente cuando preguntó: "Wei Xiang, ¿por qué tu primo es tan estúpido?"

La atención de las dos bestias se centró en Qinghe. Su expresión era tan pura como la nieve virgen a pesar de sus duras palabras.

"¡Tú, mísero humano! Cómo te atreves-!"

Interviniendo suavemente, Qinghe dijo: "Digamos que realmente te las arreglas para robar a mi amante, por improbable que parezca, y dar a luz a sus hijos. ¿Entonces que? ¿Cómo vas a 'repoblar', como dices? ¿Dejando que tus hijos se apareen con otras bestias o humanos?

"¡Imposible! ¡No se permite que la suciedad contamine nuestra línea de sangre—!"

Esperando esta respuesta, Qinghe una vez más interrumpió su santurrona diatriba. "¿Entonces qué, obligarás a tus hijos a aparearse entre ellos?" Reveló una expresión de asombro, las palabras '¿cómo pudiste?' escrito claramente en su rostro.

"..." La mujer wyvern no sabía cómo refutar esto.

"No esperaba que fueras este tipo de persona, por el bien de tu linaje, incluso obligando a tus hijos a..." Qinghe se desvaneció como si no pudiera soportar decir más.

"... N-no lo haría..." tartamudeó el wyvern, finalmente encontrando el obstáculo en sus planes.

Volviéndose hacia el estupefacto Wei Xiang, Qinghe le dio unas palmaditas en el hombro y dijo con una expresión recta: "¿Ves? Ella es realmente estúpida. Deberías alegrarte de que te permita estar conmigo, o de lo contrario serías cómplice de algo tan desagradable.

"..." El Wei Xiang que acababa de ver a su amante usar su lengua afilada por primera vez se sintió en conflicto.

Y así, con unas pocas oraciones, Feng Qinghe dejó a dos wyverns celestiales completamente sin palabras.

Finalmente forzada a admitir que no había manera de que pudiera salir de esto, la expresión de la hembra wyvern se endureció. ¡Había sufrido bajo las manos de ese hombre una vez, no podía volver a hacerlo!

Sin importarle el dolor, se abalanzó hacia adelante usando cada parte de su fuerza. Los alambres afilados que la sujetaban en su lugar cortaron sus escamas y tejido mientras ella se esforzaba despiadadamente hacia adelante. Cuando finalmente logró salir, quedó una capa sangrienta de piel y carne dentro de las cuerdas vacías.