Alma celestial

Extra 24: Calor incontrolable

Extra 24: Calor incontrolable

La noche era tranquila y apacible, con sombras brumosas y luz de luna plateada que cubría el mundo. Qinghe y Wei Xiang durmieron pacíficamente en la cama de la residencia Feng, sus cuerpos ligeramente presionados. Suaves ronquidos y el sonido de una respiración pausada llenaron el espacio. Todo estaba en silencio y quietud, como si la noche hubiera lanzado un hechizo de estasis que solo rompería con el amanecer.

De repente, los ojos de Wei Xiang se abrieron de golpe, su cuerpo se puso rígido por la alarma. Sintió un calor brillante explotar dentro de él, como si le hubieran prendido fuego por dentro. Rápidamente se dio cuenta de que después de reprimirlo durante tantos años, sus instintos de bestia finalmente se habían apoderado de él.

Su período de celo estaba aquí.

Wei Xiang apretó los dientes y se levantó de la cama con rigidez, luego rápidamente se alejó tambaleándose de Qinghe, que dormía serenamente. Los ojos de Wei Xiang se volvieron dorados y se enfocaron intensamente en su amante, recorriendo su cuerpo en reposo y observando cada astilla de piel expuesta que se asomaba. La expresión felizmente relajada en el rostro de su amada lo tentó a abalanzarse sobre él y robarle un beso, su lengua penetrando profundamente en esa boca caliente y tomando con avidez lo que quería. Mientras un espeso deseo causaba ráfagas de intenso calor que lo inundaban, Wei Xiang casi perdió la razón, queriendo nada más que fijar su Qinghe debajo de él y sumergirse bruscamente en su cuerpo suave y cálido.

Wei Xiang cerró los ojos con fuerza, eliminando la tentación de la figura supina de su compañero. Tomó respiraciones profundas y las dejó salir. Con los ojos cerrados, Wei Xiang rodeó lentamente la cama y caminó hacia la puerta. Sus movimientos fueron completamente silenciosos, salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.

Ahora que su calor estaba aquí, en lugar de dejar que su bestia lastimara a Qinghe con su lujuria incontrolable, Wei Xiang estaba decidido a soportarlo solo.

Sin saber esto, Qinghe permaneció envuelto en un sueño tranquilo, soñando. Pero su sueño no fue reparador.

......

Qinghe estaba arrodillado en el suelo húmedo y empapado. Actualmente estaba lloviendo, con el rugido sordo de un trueno y el destello de un relámpago llenando el cielo nublado en lo alto. Frente a él había una losa de piedra colocada en posición vertical. Había algo escrito en esa losa, pero la mirada de Qinghe se deslizó como si no quisiera enfocarse en ella. Mientras el agua de lluvia caía incesantemente sobre él, Qinghe se sintió extrañamente aburrido y vacío, incapaz de expresar ninguna emoción.

¿Que era esto? ¿Lo que le sucedió? ¿Por qué se sentía de esta manera?

Qinghe escuchó un par de pasos acercándose a él, los sonidos parecían deliberados como si las personas que los hacían no quisieran asustarlo apareciendo abruptamente a su lado. Los pasos se detuvieron junto a Qinghe. Un paraguas ancho se sostenía sobre su cabeza, protegiéndolo de la lluvia. Qinghe giró la cabeza rígidamente hacia un lado para ver a Jing Shui y Chen Xiande. Ambos tenían los ojos hinchados y rojos, sus rostros llenos de manchas rojas como si acabaran de llorar.

Qinghe los miró sin comprender. Nada se movió en él.

Con voz gruesa y ronca, Jing Shui dijo: "Hermano Feng, sabes que todavía estamos aquí para ti, ¿no? T-tú... no estás solo. Si necesita algo, incluso si solo quiere hablar, acérquese a nosotros".

A su lado, Chen Xiande habló en un tono apagado lleno de preocupación: "Hermano menor, sé que esto debe ser devastador para ti. No, incluso decir que es devastador es quedarse corto. Me di cuenta que. Pero por favor, no hagas nada drástico. Todavía hay gente que te quiere aquí. Por favor... n-no... te mates ni nada solo p-porque él es..."