Alma celestial

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Capítulo 68: Medición de corrientes subterráneas 

A la mañana siguiente, Wei Xiang se dirigió a la sede de Sentinel para informar sobre personas retenidas contra su voluntad y abusadas en el palacio imperial.

A los Sentinels les tomaría algún tiempo reunir la información necesaria y prepararse para rescatar a los cautivos. Después de todo, si actuaron descuidadamente y terminaron alertando prematuramente a la gente en el palacio, los abusadores podrían simplemente acabar con los cautivos para ocultar la evidencia. Para evitar tal escenario, era necesario ejercer la debida cautela.

Cuando Wei Xiang terminó de encargarse de los procedimientos necesarios y regresó al palacio, ya era por la tarde.

En el momento en que su amante entró en la habitación, Qinghe inmediatamente lo arrastró afuera y volvió a llamar a la puerta vecina.

Esta vez, Wu Xiao fue quien abrió la puerta mientras Jing Shui solo abrió los ojos con curiosidad desde donde estaba sentado con las piernas cruzadas en la cama.

Wu Xiao comenzó de inmediato: "Si estás aquí para preguntar sobre ese mocoso de ayer, entonces no hay necesidad de preocuparse. Su lesión en la pantorrilla se curó muy bien, y Yan Lin y su esposa también acordaron acogerlo. Lo último que vi, estaba escuchando ansiosamente a Zhang LiYing sermonearlo sobre el método adecuado para recoger frutas".

Qinghe asintió. "Bueno, es bueno saberlo. Si bien también quería preguntarte sobre eso, no es la única razón por la que estoy aquí".

Alzando una ceja, Wu Xiao esperó a que él explicara.

"Creo que es hora de que echemos un vistazo a la capital", dijo Qinghe.

Wu Xiao entrecerró los ojos con sospecha. "¿Qué quieres hacer en la ciudad? Dudo que solo quieras hacer una gira.

Riendo, Qinghe admitió: "Quiero medir las corrientes subterráneas en la capital".

Aunque Qinghe dijo esto, Wu Xiao sintió que no explicaba nada en absoluto. Pero a pesar de sus dudas, Wu Xiao decidió dejarlo pasar.

Volviéndose, llamó: "¡Ah-Shui, tu amigo quiere tener una cita doble! Será la primera vez que salgamos como pareja, ¿no te emociona?".

La voz descontenta de Jing Shui gritó en respuesta: "¡¿Por qué demonios debería estar emocionado?! ¡Además, no decidas estas cosas por tu cuenta!"

Dejando la puerta abierta, Wu Xiao volvió a entrar en la habitación para hacer un puchero y suplicar descaradamente hasta que finalmente logró que un sonrojado Jing Shui aceptara acompañarlo.

Y así, los cuatro salieron por las puertas del palacio por primera vez después de haber entrado hace unos días.

Qinghe decidió que en lugar de ir a las partes prósperas de la ciudad habitadas por las personas más influyentes, deberían mirar alrededor de los lugares que frecuentan los ciudadanos comunes. Y así el grupo partió en esa dirección.

Iluminada bajo el fuerte sol del mediodía, la plaza del mercado de la ciudad capital estaba bulliciosa, las calles llenas de carros tirados por bueyes y gente apresurada. A los lados, los vendedores vendían de todo, desde frutas y verduras hasta telas y lozas, gritando a gritos con cadencia practicada.

El olor a polvo, agua estancada, almizcle animal y cuerpos sudorosos flotaba en el aire. Una cacofonía desordenada de ruidos superpuestos asaltó los oídos, consistente en el hablar y gritar de humanos junto con los gritos de animales mezclados con la miríada de otros sonidos de un animado mercado.

Una especie de energía frenética recorría la calle, acelerándote el pulso y sumergiéndote en su caos desenfrenado hasta que no tuviste más remedio que unirte a la marea de personas que fluía constantemente.