𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐔𝐍𝐎: 𝐃𝐄𝐒𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍

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¿Dónde estoy?

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¿Dónde estoy?

Omnipresente

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Omnipresente

Comenzó su nueva vida de pie, en medio de la fría oscuridad y del aire viciado y polvoriento. Metal contra metal.

Un temblor sacudió el piso debajo de ella. El movimiento repentino la hizo caer y se arrastro con las manos y los pies hacia atrás. A pesar del aire fresco, las gotas de sudor le cubrían su frente. Su espalda golpeó contra el suelo, esperando que sus ojos se adaptaran a las tinieblas.

Con otra sacudida, el cubículo se movió bruscamente hacia arriba como si fuera el viejo ascensor de una mina.

Ruidos discordantes de cadenas y poleas, como la maquinaria de una vieja fábrica de acero, resonaron por todo el compartimiento, rebotando en las paredes con un chirrido apagado y férreo. El oscuro elevador se mecía de un lado a otro durante la subida, provocándole náuseas; un olor de aceite quemado saturó su olfato, haciéndola sentir peor. Quería llorar, pero no tenía lágrimas, no le quedaba más que permanecer sentada ahí, sola, esperando.

Me llamo Gala, pensó.

Eso era lo único que recordaba acerca de su vida.

No podía entender lo que estaba ocurriendo. Su cerebro trabajaba perfectamente, tratando de evaluar donde se hallaba y cuál era su situación. Toda la información que tenía invadió su mente: hechos e ideas, recuerdos y detalles del mundo y su funcionamiento. Se imaginó los árboles cubiertos de nieve, corriendo por un camino tapizado de hojas, comiendo una hamburguesa, nadando en un lago, el reflejo pálido de la luna sobre la pradera, el bullicio de una plaza de ciudad. Sin embargo, no sabía de dónde venía, como había terminado  dentro de ese oscuro elevador, ni quiénes eran sus padres. Ni siquiera tenía idea de cúal era su apellido.

Imágenes de individuos pasaron fugazmente por su cabeza, pero no reconoció a nadie, y sus caras fueron remplazadas por siniestras manchas de color.

No guardaba en su memoria ningún rostro conocido ni recordaba alguna conversación, solo una frase cruel es bueno.

El elevador continuó su ascenso, balanceándose; Gala se volvió inmune a la llamarada de sensaciones que le provocaba el incesante repiqueteo de las cadenas que la llevaban hacia arriba.

Quería saber dónde se encontraba y qué estaba ocurriendo.

El cubículo se detuvo con un crujido, el cambio súbito la arrojó duramente al suelo.

Un fuerte ruido metálico resonó sobre su cabeza.

Una línea de luz apareció a través del techo del ascensor y se fue expandiendo. Luego vio un par de puertas corredizas que se abrían con fuerza, la luz la cegó temporalmente y después escuchó voces provenientes de arriba.

-Es una larcha

-¿Cuántos años tiene?

-¿Es bonita?

-Yo me la quedaré

-Callate shank

Sintió una ola de confusión mezclada con pánico y adrenalina.

Alguien arrojó una cuerda con un gran nudo en el extremo. Gala, dudosa tomo la cuerda y se aferró a ella mientras la izaban hacia el cielo.

Una mano se estiro hacía ella, aferrandóla de la ropa y atrayendola hacía la superficie.

Cuando su vista se aclaró un poco pudo divisar a, por lo menos veinte chicos, hombres.

-Encantado de conocerte larcha- dijo un chico rubio muy familiar para la vista de Gala-. Bienvenida al Área.






 Bienvenida al Área

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¹𝖱𝖤𝖢𝖫𝖴𝖳𝖠 𝖠𝟤𝟤: 𝖫𝖠 𝖱𝖤𝖡𝖤𝖫𝖣𝖤 || 𝗠𝝠𝗭𝗘 𝗥𝗨𝗡𝗡𝗘𝗥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora