No sé cuánto tiempo había pasado, no paraba de caminar de un lado al otro de la habitación mientras que Nicholas se retorcía de dolor.
—Por favor—suplica en un gruñido derrotando.
Estaba pidiendo que soltara mi aroma, así lo calmaría. Lo pensé por un momento hasta que accedí y deje salir una pequeña parte de mi aroma.
—Gracias—dice respirando mejor.
Estaba nerviosa, el celo de los machos no solo los enloquece a ellos, a las hembras también. El aroma que desprenden cuando están en celo es igual de fuerte que el de la hembra en celo. Sin embargo, los machos sufren más en el celo sin ninguna compañía sexual o su propia compañera.
Los hombres lobo en general son muy difíciles de cacear sexualmente, hembras y machos, pero sobre todo si son alfas. En un celo de macho alfa, la compañera sexual puede llegar a tal punto de cansancio que puede desmayarse. Esto depende de la fuerza de la hembra. Claro, si la compañía sexual es la pareja destinada el macho alfa volvería a sus cabales y no la lastimara tanto.
Ya estaba mareada de tanto girar como un perro enjaulado. Me percate que ya no se escuchaban las cadenas moviéndose y tampoco quejidos de Nicholas. Gire la cabeza inmediatamente hacia la cama. Él estaba allí sentado -en una posición que las cadenas le permiten- mirándome maliciosamente.
Había perdido el control completamente, sus ojos estaban rojos y sus colmillos afuera.
—Sacar esa cara de psicópata—demando.
El simplemente me sonríe tenebrosamente.
Lo ignore aunque todo mi cuerpo me decía que corra hacia él. Pasaron minutos en los que parecieron horas, hasta que Nicholas dejo salir todo su aroma, quizás se había cansado de esperar.
Mis ojos brillaron en azul sin mi permiso y mis colmillos luchaban por salir. Me golpee contra la pared para volver a tomar el control y funcionó.
Estaba aburrida, busque una salida, pero ni siquiera conductos de ventilación había. A la parte maliciosa de mi mente se le ocurrió una idea, Nicholas estaba amarrado y podría sacarle provecho a la situación.
—Hace calor—exclame dramáticamente mientras que me quitaba mi suéter.
Nicholas no me quitaba la mirada de encima luchando con las cadenas.
Hice una mímica de abanico con mis manos intentando echarme aire. La verdad si hacia calor o quizás era el ambiente tenso en el que nos encontrábamos. Hice ademan de quitarme la camiseta, pero un gruñido del alfa me detuvo.
—¿Te molesta? Digo, no es nada que no hayas visto—digo terminando de sacarme la camiseta.
Me quedo en sujetador.
—¡Detente! —gruñe el alfa.
—Tranquilo, no es como si un fuerte y guapo alfa me venga a reclamar—digo dramatizando para ponerlo celoso.
—Soy el único macho...—lo detengo.
—"Soy el único macho que puede estar en tus labios" —Digo imitándolo y terminado la frase por el —Por favor ¿Puedes ser un poco original?
Gruñe de rabia.
—Te podría en tu lugar si no fuera por estas cadenas.
—Di lo que quieras—digo soltando mis feromonas para que sufra y se descontrole.
—¡Kira detente!
—¿O si no que lobito? —Digo acercándome a sus labios.
Él estiro la mano y me agarró de la nuca tirándome sobre él, no había visto que tenía un pedazo de cadena todavía a su disposición por lo que no anticipe su movimiento.
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Dos mates y una dama
Lupi mannariKira es una mujer lobo alfa, quien es repoblada de su territorio por unos humanos (Quienes pensaban que era un lobo normal) Se encuentra sola en este nuevo territorio y es capturada por la manada de allí, ella esconde su olor, así no podrán oler su...