"¿Puede alguien caminar sobre las brasas
sin quemarse los pies?"
Proverbios 6:28
Leviatán lo sorprendió diciéndole que se podía llevar la corona. Van Hai titubeó con la pieza en su mano.
Elle chasqueó los dedos y la ilusión se desvaneció. La ropa de Van Hai cambió, el dosel de la cama desapareció, el cuarto de ensueño se redujo a ruinas quemadas, pero la corona de ramas y hojas doradas en su mano permaneció casi intacta. Necesitaba una limpieza.
—¿Tú...?
Leviatán negó.
—Nunca la encontraron. Supongo que no buscaron en los cajones porque asumieron que todo fue quemado, fue de lo poco que se quedó aquí.
Van Hai abrazó esa corona como si fuese a salvarle la vida. Leviatán, que estaba acomodando su ropa, lo notó.
—¿Sabes? No es lo único que queda de Dao.
Lo dijo en tono muy casual, pero estaba pendiente de su reacción. Van Hai le dio una mirada llena de esperanza.
—¿Hay algo más por aquí, entre las ruinas?
Leviatán movió la cabeza en un gesto de "más o menos".
—Dao fue muy próspero, pero no recibía muchos turistas, como solían ser tan cerrados la mayor parte de su cultura murió con la gente en el país. Hubo arqueólogos por aquí más de una vez. Prácticamente todo se considera una reliquia de la civilización humana después de los primeros cincuenta años...
No le gustaba la forma en que hablaba de las cosas de su familia y sospechaba por qué.
—Se lo llevaron, ¿verdad? Eso hacen los arqueólogos.
Leviatán adoptó una expresión de disculpa.
—¿Qué se llevaron? —preguntó Van Hai—. ¿Tienen algo de mi madre? ¿O de Hung? ¿O...?
—Tienen algo de tu madre y de cada uno de tus hermanos —aclaró Leviatán—, estuve pendiente de las ruinas y me enteré a medida que se los llevaban.
Hizo una pausa, como si temiese que Van Hai le culparía por dejar que se los llevasen. Como no sucedió, continuó.
—Pasaron mucho tiempo buscando algo tuyo, pero no lo encontraron. Por eso tu historia es su principal interés: el Gran príncipe que heredó la belleza de las hadas, que nunca se encontró en el palacio, pero que tampoco se vio después ni quedó nada de él tras los desastres.
Elle no tenía que decirlo para que Van Hai supiese que les interesaba porque también era, en gran parte, la razón de la caída de la dinastía Kim.
—¿Dónde están ahora? —murmuró—. ¿Lo sabes?
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Envidia (Pecados #2)
ParanormalEl Gran príncipe del país del Dao ha desaparecido. O más bien, un demonio se lo ha llevado a su infierno. *Se recomienda haber leído Soberbia antes de empezar.