Si hubieras estado ahí, si lo hubieras visto... apuesto a que harías lo mismo.
¡Fue un asesinato pero no un crimen!
Después de todo... se lo merecía. El único culpable era él.
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⇝Aclaraciones:
•Miraculous Ladybug.
•Conteni...
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Desde los dieciséis que junto a mi hermana Zoé, hemos estado tomando clases de baile; probamos desde ballet hasta danzas árabes, pero terminamos por escoger al jazz como nuestra vocación en común.
Y luego de diez años de esfuerzo y dedicación, tomamos valor en llevar este hobbie hacia algo más. No solo como un pasatiempo.
Decidimos de comenzar nuestra carrera artística con pequeñas presentaciones en las ciudades vecinas, todo gracias a conexiones que tienen mis padres con clubes de la región.
Demostraríamos que éramos realmente buenas. A pesar de la edad y de que ya teníamos una vida casi hecha, nos debatimos en tomar este riesgo. Aunque considero que me encuentro en mis mejores años.
Me he recibido de mi carrera universitaria y dentro de unos meses terminaré por pagar la casa en la que vivo junto a mi esposo Luka, al cual nunca pierdo oportunidad en presumirlo. Este octubre cumpliremos nuestro tercer año de casados.
Siento como si todavía estuvieramos en la etapa de luna de miel, más enamorados que nunca.
Por otro lado, mi hermana todavía seguía en sus últimos años para recibirse como abogada. Realmente la veo ejerciendo esa carrera. Siempre ha tenido ese carácter determinante y nunca perdía en nuestras discusiones.
Pero lo que me sorprendía es que aún no haya venido con ninguna pareja. Esos ojos azules y cabello rubio no son en vano. Después de todo, tenemos los mismos rasgos y pude conseguir a un esplendor de hombre.
Pero también tiene sus propias cualidades. Es divertida, espontánea y bastante creativa. Una mujer admirable.
De seguro que sólo es cuestión de tiempo a que encuentre a la persona indicada...
Se merece eso y más.
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Estábamos a minutos de bajar de este bus para llegar al último de los destinos a los que hemos ido. Iba a ser el cierre de esta etapa en nuestras vidas que nunca olvidaríamos.
Es por eso que, decidimos llevarlo a otro nivel en este último espectáculo.
Para el final, tanto Zoé como yo, haríamos en el último número de nuestro acto, veinte acrobacias seguidas.
Sí, lo sé. Era arriesgado.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, splits, spreadeagle, marionetas, flip flops; una tras la otra.
Nuestro segundo nombre era «Arriesgadas». Amábamos llevar las cosas al límite.
En la ciudad podías contemplar vistas preciosas, lugares muy verdes y la música retumbando de mis auriculares hacía todo mucho más emocionante. Y el estar acompañada de mi Luka, sería la cereza del pastel, creando un postre perfecto.
