De plata & zafiro

Capitulo 6

KIRA

_¡Filas!_ grita Ronnie llamando la atención de los novatos.

Inmediatamente se colocan uno al lado del otro con la espalda recta.

_Como saben soy la encargada del departamento de genética y psicoanálisis_ sigue paseándose entre ellos_ ambas ramas son importantes al momento de una misión...

Un novato levanta la mano, mi amiga le da la palabra.

_¿De que va a servirnos genética en una misión?_ pregunta un chico calvo con pinta de maton.

_Mira capullito, te lo explico bien para que aterrices y te entre por una oreja y no te salga por la otra. Aquí en la milicia no tratamos con delincuentes de barrio o con el tipo que le robó la cartera a la anciana de los gatos_ se acerca a el_ aquí encarcelamos a sicópatas, depravados sexuales, mafiosos que lucran con cuerpos ajenos, drogadictos, estafadores, terroristas, etcétera. Todos ellos tienen cosas en común y es el gen podrido que los hace sentir placer o indiferencia ante la desesperación de su víctima, algo que obviamente no es normal_ sigue, mirándolo como si fuese una sabandija_ es por eso que se debe investigar el pasado, el árbol genealógico y analizar las conductas anormales del individuo_ se voltea para volver a mi lado_ y ustedes dirán en sus pequeñas cabecitas ¿pero entonces por qué debemos saber tanto sobre esta rama si solo es observar? Simple, porque este tipo de gente crea una personalidad normal, una cara aceptada por la sociedad para camuflarse en ella y pasar desapercibido, son extremadamente manipuladores y si no sabes tratarlos y voltear el juego a tu favor, estas muerto_ sonríe con lo último.

Doy un paso adelante tomando la palabra.

_Saquense de la cabeza que aquí solo son pistolitas y matar gente porque no es así_ mis botas suenan contra el suelo empedrado de la cancha de entrenamiento_ aquí se necesita inteligencia, paciencia, estrategia, valentía, siempre tener un as bajo la manga, no confiarte ni de tu sombra y siempre dormir con un ojo abierto.

Todos me miran como si quisiesen a sus mamis, que se acostumbren que es la pura verdad.

Después de sermonearlos y asustarlos un poco trotamos al departamento de medicina y psicología, aquí es donde Ronnie manda, menos a los médicos, pues ellos son un tema aparte. Como sacha quien viene a mi con una dulce sonrisa y con su bata blanca, me envuelve en sus brazos e inmediatamente su olor queda impregnado en mi.

_¿Que las trae por aquí bellas señoritas?_ besa la frente de Ronnie, ella se sonroja.

_Queremos mostrarle a los novatos él área para que vayan familiarizándose_ responde mi amiga con los ojos brillantes.

Sonrío mirándola con picardía, se hace la loca.

_Oh que considerado de su parte_ el tono dulce de Sacha engatusa a Ronnie.

_Aja, es nuestro deber hermanito y debemos seguir con el antes que nos sancionen por perder el tiempo_le beso la mejilla_ bye te quiero.

_Yo igual mi coco, pórtate bien ¿si?

Le guiño en respuesta para luego seguir caminando por los pasillos del hospital militar.

Sacha es dos años mayor que yo, es el más parecido a mamá de los tres y a pesar de que si está en el ejército no es militar, ya que dice que el ayudar a las personas y conocer la anatomía humana le apasionaba más, después de que dio a conocer su decisión, mi papá se volvió loco, o sea, si antes no soportaba que sacha no tuviera ni una pizca de él, no ha vuelto a dirigirle la palabra hasta el día de hoy por no seguir la tradición de los Kepec en la milicia.

Mi familia paterna tiene un historial bastante interesante. Hace muchos años, cuando el gen hijo de puta se incrementó al un sicopata interesarse en una mujer que estaba más loca que el, creando así minis monstruos durante años, antiguamente los Kepec eran conocidos por ser violadores, asesinos seriales, personas llenas de problemas mentales que arrasaban con todo a su paso por mera diversión, pero un día uno de ellos dijo "me aburrí de asustar y matar gente sin sentido, prefiero ser un monstruo del lado de la justicia" y desde ahí los Kepec siempre fueron los mejores, ya que tenían capacidades superiores a un humano normal. Extrañamente todos al interesarse y obsesionarse con alguien coincidían en cuanto a desórdenes mentales, era como si se atrajeran entre sí, continuando de esta forma con el gen Kepec.