Donde Kageyama está harto y necesita desesperadamente saber qué siente por la mandarina.
Mamá Suga entra en acción.
Prólogo +10 caps + epílogo
Cr al autor de la imagen de portada.
Sonaba estúpidamente gay, pero la primera vez que Kageyama se fijó en Hinata como más que un compañero fue por esto.
Era un día de invierno en el que Daichi había insistido en que no tenían que entrenar porque podían constiparse por las bajas temperaturas, pero esto claramente les dio igual a Hinata y a él.
Estaban en la entrada del gimnasio pero estaba cerrado y no tenían llaves.
-Mierda, si se las pido a Daichi no me las va a dar -se quejaba Kageyama.
-¿Qué hay de Suga o de Tanaka? ellos seguro tienen
-Las perdían tanto que ya no tienen ninguna copia, Daichi se cabreaba a menudo y hace mucho frío para estar fuera. Es o esto o nada.
-Jo -se lamentó Hinata con un puchero- No podemos ir al director, desde que pasó lo de la peluca por segunda vez nos tiene fichados.
Ante esto Kageyama no pudo evitar emitir una tos que ocultaba una risa ante el recuerdo, pero esto no duró ya que terminó a carcajada limpia.
Hinata tampoco pudo evitarlo y se soltó a reír con él.
Ahí fue cuando Kageyama la cagó y decidió mirarle a la cara, muy mala idea por su parte, sobretodo si eres tan gay como él.
Hinata tenía los ojos cerrados y el cabello cayéndole por la cara dándole un aspecto desaliñado, la bufanda le tapaba la boca por lo que su voz sonaba amortiguada y llevaba un gorro de lana hasta las orejas.
Pero en lo que más se fijó fue en su pequeña nariz, la cual debido al inesperado ataque de risa y sumado al frio había adquirido un tono casi rojo que contrastaba con la palidez de sus mejillas.
-Mierda...-aquí fue cuando justo ahora que al mandarino se le salian los mocos se fijó en el y no de forma amistosa.
-¿Qué te pasa ahora? -Hinata detuvo su risa en seco.
-Joder, no puede ser -Aún estaba procesado.
-Vale ya, me estás preocupando...¿el frío te congeló las neuronas?
-Me tengo que ir. Ya.
-Ohhh ¿vale? de todos modos nadie nos va a abr...
Pero Kageyama ya se había ido, dejando a Shoyo bastante confundido.
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Desde ese maldito día Kageyama comenzó a fijarse en cada jodido detalle a cerca de Hinata, hasta las cosas que le molestaban comezaron a encantarle.
Ese enano era como una adicción, pero solo era amistad, compañerismo, no podía permitirse un tonto romance adolescente ahora.
Además, Hinata solo lo veía como un rival. Alguien a quien superar, seguramente ni como un amigo.
Es pensamiento lo entristeció, él realmente nunca se había enamorado, ¿y si se estaba confundiendo con la amistad? Hinata era su primer amigo verdadero, sería eso.
-Solo es mi amigo -se repitió a sí mismo hasta llegar a su casa.
