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—¿Es normal que llore mucho en las noches? Es decir, no lo sé, anoche con Agus estuvimos despiertos hasta las tres de la madrugada— comentó Valentina acunando a su hijita mientras su cuñada le preparaba un té

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—¿Es normal que llore mucho en las noches? Es decir, no lo sé, anoche con Agus estuvimos despiertos hasta las tres de la madrugada— comentó Valentina acunando a su hijita mientras su cuñada le preparaba un té.

—Si, puedes consultarlo con el pediatra si quieres, pero hasta donde sé es normal. Cuando Luna era bebé, hubo una época en la que despertaba cerca de las cuatro y no se dormía hasta las cinco de la madrugada —recordó Karol entregándole su té— ¿Tienes algunas galletas por aquí?

—Si, revisa en el segundo cajón —le indicó su cuñada— ¿Sabes? Adoro esto de la maternidad, pero esto de dormir tan mal no me gusta nada.

—Es lo peor —aseguró Karol— Y espera a que sus dientitos comiencen a salir...o que comience a caminar. Despidete de tu espalda —bromeo mientras llevaba una galleta a su boca— En realidad, no hay nada malo en la maternidad. Los dolores de espalda, el cansancio, el parto, son cosas que pasan y que si lo piensas son consecuencia de algo hermoso. Cuando tuve a Luna fue un dolor espantoso —confesó— Pero al mismo tiempo fue el momento más maravilloso e importante de mi vida.

—Coincido— le sonrió su cuñada.

—Bueno, creo que ahora si estoy listo para ir a trabajar, ¿no creen?— preguntó Agustín presentándose junto a una sonriente Luna.

Su novia y hermana no pudieron evitar soltar una carcajada al verlo con aquellos dos brillantes clips en su cabello y con aquel desprolijo maquillaje en su rostro.

—Creo que una niña traviesa jugó con mi maquillaje de nuevo —comentó Valentina— Luna, ¿por qué dejaste que tu tío tomara mi bolsa de maquillaje otra vez? —cuestionó haciendo reír a la pequeña e incluso a su cuñada mientras que Agustín sólo hizo una mueca de seriedad y después se acercó a abrazarla— Eres tan parecido a tu hermana— comentó la blonda viéndolo y soltando una carcajada.

—Sigue así y acabaremos separándonos —advirtió Agustín haciéndola reír— Mejor voy a quitarme esto de la cara así me voy a trabajar. Llegaré tarde sino.

—¿Verás a mi papá?— inquirió Luna.

—Es posible, si.

—Dile que lo extraño, que no olvide visitarme hoy— pidió la pequeña.

—Le diré— aseguró Agus sonriéndole y acariciando su cabello.

Enseguida se dirigió al baño para quitarse lo que le había puesto su sobrina y una vez listo salió rumbo a su empleo.

Tres horas más tarde

—Mami, ¿vamos a buscar a papá al trabajo?— cuestionó Luna corriendo emocionada hacia su madre que estaba terminando de sacar un pastel del horno.

—No podemos, cielo, pero espera que él llegara pronto.

—Anda, quiero que vayamos a buscarlo. Como antes, ma —insistió la niña— Por favor, por favor.

The Exception [02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora