The Exception [02]

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—¡Mami, date prisa, llegaré tarde! —gritó Luna asomándose en el dormitorio de su madre que intentaba abrigar a Liam— Vamos, ma, se me hace tarde...no quiero que Mackenzie se enfade conmigo por llegar tarde a su cumpleaños— dijo la pequeña Pasquarelli algo afligida.

Habían transcurrido dos días y una compañera de la escuela la había invitado a su fiesta de cumpleaños, lo cual la entusiasmaba demasiado ya que no muchos de sus compañeritos solían invitarla a sus fiestas, mucho menos luego de su incidente con Chelsea.

—Ahora si, cariño, andando.

Dicho eso, ambas salieron de la casa, tomaron el taxi que estaba aguardando por ellas hace unos diez minutos y emprendieron camino hacia la casa de la cumpleañera.

—¿Crees que le guste mi obsequio, mami?— inquirió Luna un poco ansiosa.

—Apuesto que si, cariño —contestó su madre— Le gustara mucho, ya verás.

Habrán pasado veinte minutos cuando por fin llegaron a su destino, ambas se bajaron del taxi, la primera desde luego fue Luna que casi brincaba de entusiasmo.

—Cariño, tranquila —rió Karol— Oye, pórtate bien, ¿si? Si alguien te molesta sólo ignoralos o habla con los padres de Mackenzie, ¿está bien? —le indicó y la niña asintió— Y si de pronto te aburres de la fiesta o no te sientes cómoda en ella, ve a la de Andy, ¿si? Yo estaré ahí.

—De acuerdo, ma.

—Oh y... Luna —la llamó Karol— Mira hacia ambos lados al cruzar la calle.

—Si, mamá.

—De acuerdo, nos vemos en un rato, mi amor.

Itzitery besó la cabeza de su hija y cruzó la calle para caminar una cuadra y media hasta que por fin llegó a casa de Andy, el trayecto era bastante corto por eso mismo le permitía a Luna regresar sola, de otro modo no lo aceptaría.

Cuando por fin llegó, saludó cálidamente a su amigo que la recibió de la misma forma y luego se vio completamente embobado con Liam.

—Hola, pequeñín —dijo esbozando una sonrisa— Por fin te conozco —soltó mientras con cuidado lo tomaba en sus brazos— Es precioso.... Y muy tranquilo —le comentó a su amiga mientras tomaba asiento, aunque pronto el bebé comenzó a quejarse— De acuerdo, no tan tranquilo.

—Es tranquilo, sólo que aún no se familiariza contigo —explico Karol— Dale tiempo, apenas te conoce bobin.

—¿Cómo se llama?

—Liam— respondió sonriente la joven Sevilla.

—Bueno, en ese caso... Liam soy Andy, tu tío —dijo el chico viendo al bebé— Andy te presento a Liam— soltó una risita y enseguida besó las mejillas del pequeño.

Karol no dijo nada, sólo sonrió apenada ya que aquello le recordó al día en que conoció a Ruggero causándole inevitablemente nostalgia.

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