〰️CAPITULO 7〰️

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Le empujé y me aparté de el.

-¿¡Que crees que hace!? - alce la voz.

-¡Que es lo que haces tú! ¡Me confundes!

Su sonrisa dulce y de niño bueno se habia transformada en una mirada molesta.

-¿Estamos solos en los baños y me pides que te abrace...! ¡¿No es obvio que quieres liarte conmigo?! ¡¿A qué crees que se viene a una discoteca!? ¡¿A hacer ballet?!- me chillo.

Parpadee varias veces. ¿Es que todos los hombres eran iguales? ¿Solo pensaba en el sexo y en llevarse a la cama a la primera extraña que vieran?

¿Es que en las discotecas solo habia gilipollas incapaces de controlar sus hormonas?

-Me has malinteroretado, solo quería un abrazo para apoyo moral - dije bajando la voz - No quiero nada contigo. Dios mío ni si quiera te conozco, ¿cómo voy a liarme con alguien al que no le importó, al que al dia siguiente ni se acordará de mi nombre?

Este maldijo.

-Pues no me hagas perder el tiempo...-murmuro mientras tiraba su bebida al suelo, rompiendo en mil pedazos el vaso de cristal - ¡No tengo toda la noche!

Se dio la vuelta y dando un fuerte portazo se marchó.

Al quedarme de nuevo a solas, estube reflexionando sobre que hacer, finalmente me armé de valor y salí del baño.

No podia esconderme eternamente.

Por el camino de vuelta a la discoteca no me encontré con nadie, cosa que agradecí enormemente.

Entre de nuevo a aquel insoportable lugar, la música estaba demasiado alta, me tapé los oídos, la gente saltaba y gritaba mientras bailaba de una manera loca y asalvajada.

Habia miles y miles de personas, aquel lugar era inmenso.

Pero queria irme.
Sentia que el aire me faltaba, aquello me agobiaba demasiado, además me encontraba en el centro de la pista de baile, donde más concentrado estaba la multitud, la gente daba empujones, codajoz.

Intente buscar con la mitad a Matias o a Berta, pero sospechosamente no encontré a ninguno de los dos.

Visualice a Frank de lejos, sentado en la barra del bar, muy tranquilamente bebiendo junto a su novio, corrí hacia ellos, desesperada por salir de aquella asfixiante pista de baile.

Pero de una manera pastosa y descuidada choque contra el duro y fuerte pecho de alguien cuatro veces más alto que yo.

El impacto fue rápido, pero doloroso, me tambalee unos pasos hacia atrás, pero conseguían mantener el equilibrio.

La otra persona ni si quiera se habia tambaleando un centímetro hacia atrás.

Levante la mirada para encarar al desconocido, pero entonces mi mundo se detuvo, me quedé paralizada cuando lo vi, aquellos ojos tan negros como la oscuridad, aquel rostro inundado de ira.

El extraño tenia una belleza oscura.
Una esencia atractiva y a la vez despiadada que hacia que todo mi estómago se contrajera.

Era un chico unos años mayor que yo, de cabello negro y cuerpo atletico.

-Mira por donde vas - me espeto con frialdad, mientras pasaba delante de mi sin siquiera mirarme o disculparse.

¿Quien se había creído? Que maleducado...

Furiosa me giré para perseguirlo y exigirle que se disculpara. Pero lo perdí de vista, entre tantas personas, tantas cabezas moviéndose y saltando, no pude detectarlo.

AMOR ITALIANO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora