〰️CAPITULO 11〰️

360 31 5
                                    

Matias estaba allí, con ropa distinta a la que habia llevado a la fiesta, ahora iba totalmente de negro, estaba sentado de manera relajada sobre la silla, con el cabello rubio echado a un lado, perfectamente peinado. Muy elegante.

Entre sus gruesos dedos tenia un cigarro, el humo grisáceo salía de sus labios dándole un toque de sensualidad.

Este miraba hacia las demás mesas con personas que comían, parecia inquieto, aburrido. Su expresión era tan fría como de costumbre.

Junto a el habia una chica rubia comiendo un plato de carne con una copa de vino.

Era Berta.

Seguramente le habia suplicado que necesitaba comer algo antes de que la dejara en su casa. Y el se había visto obligado a acompañarla.

Maldicion. La furia estaba empezando a crecer en mi interior, mis puños estaban apretados con fuerza y algo en mi corazón se había roto al verlos juntitos en la mesa.

Dolia.

Aquella sensación de querer ser yo la mujer que ocupaba el sitio junto a Matias. Los celos me estaban matando.

El se había ido de la fiesta con Berta, sin ni siquiera despedirse o asegurarse de que teníamos otro transporte para volver a casa, nos habían dejado a nuestra suerte.

Mi cabeza volvió a revivir aquel recuerdo de hacia unas pocas horas, de Matias y yo bailando bajo la suave y lenta música, de aquellos hermosos ojos azules que me miraban como si fuera lo único que existía a su alrededor.

-¡Alaska mira! - dijo Poppy con la voz lenta y torpe por el alcohol, ella desde la ventana los señaló - ¿Esos no son...Berta y el chico que te gusta?

Cuando dijo aquello le tapé corriendo la boca, mirando a mi alrededor con miedo a que alguien lo escuchara.

-No vuelvas a decir eso, el no me gusta - sentencie mientras me apartaba de ella - Mira...Tengo una maravillosa idea.

-Y yo estoy sintiendo miedo de escucharla...

-El Luxury está a cinco minutos de donde estamos, tu me esperas aquí mientras yo voy a buscar a Fredek.

-Ahh que bien - mi hermana suspiro, con una sonrisa victoriosa- Al final has entrado en razón y has comprendido que le tienes que pedir a ese tipo ayuda para que nos lleve a casa.

Me quede callada, ese no era mi plan, tenia una idea mucho mejor en mente para poner celoso a Matias. Pero si se la contaba a Poppy iba a matarme, así preferí no decirle nada.

-Ahora vuelto, espérame aquí - dije mientras le daba una última mirada antes de girarme y marcharme a pasos ligeros.

Cinco minutos, seguia caminando, ya estaba por la parte de los aparcamientos, y no podia dejar de pensar es aquellos juntos en el restaurante.

Cuando ya estaba en la parte trasera de la discoteca, decidí entrar sin que nadie se enterara. La puerta estaba entreabierta...

"No quiero volverte a ver por aqui" las palabras que Fredek me habia dicho retumbaron en mi cabeza.

Esto era peligroso. No sabía como se iba a tomar mi regreso.

Camine silenciosamente por el pasillo, pase por los baños y todo seguia solitario e silencioso, una sonrisa victoriosa se dibujo en mi rostro.

Esto estaba resultando más fácil de lo que pensaba, la gente estaba en la discoteca, pero por los pasillos estos no veía a nadie, ni si quiera a ningún guardia, todo estaba saliendo demasiado bien.

Hasta que de repente sentí una mano por detrás posarse sobre mi hombro.

Mi cuerpo se tensó y me detuve en seco, consciente de que me habían descubierto.

AMOR ITALIANO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora