I - Sí/No

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Había aceptado la petición sin dudarlo ni un poco. 

Para este punto, ya le era habitual ser la compañía y transporte de Shen Qingqiu. No le aburría, no le molestaba, en realidad: le gustaba. 

En esta ocasión debía acabarse con una plaga de pequeñas monstruosas alimañas de la cosecha de una persona en un pueblo cercano. Shen Qingqiu podía acabarlo sin problema, podría incluso mandar discípulos a erradicar el mal, pero aún así le había preguntado si deseaba acompañarlo. Usando su melódica voz que cantaba un suave Shidi, estremeció su corazón. Cómo solo él sabía hacerlo. 

Cómo esperaba, la misión era lamentablemente sencilla. Realmente ¿Por qué le pedía ayuda para cosas tan sencillas? Estaría furioso por perder su tiempo, claro, si se tratara de otra persona. Pero el disfrutaba en silencio del rostro satisfecho y expresivo de Shen Qingqiu al concluir con éxito sus tareas. 

Cuando el pago fue dado, Shen Qingqiu agitó su abanico y cubrió su rostro a la par que volteaba a mirarlo con los ojos brillantes y traviesos: —Shidi, ¿Quieres ir al mercado que se pone más adelante? Aún es temprano ¿Qué dices? ¿Damos un paseo? —propuso con un tono juguetón. 

No había manera en la negara tal propuesta, aunque tuviera cosas más importantes que hacer - las cuales sí tenía- ya estaba ahí. 

—Andando—Dijo tranquilo recibiendo en recompensa la sonrisa escondida de Shen Qingqiu. 

Caminaron un rato en el mercado, viendo artesanías de un puesto al otro. Liu Qingge memorizaba cuando las orbes brillantes del señor de Qing Jing se iluminaban más cuando reposaban en algún objeto, usualmente eso sucedía en el puesto de abanicos. Él no era tan interesado en ver algo para sí mismo, así que no prestaba mucha atención por si solo. Pero las luces cálidas del cielo al atardecer rebotaron su luz en un gema del puesto de accesorios. 

Cuando posó su mirada en la joya por primera vez se interesó en algo. Era un anillo de plata con bonitos y sutiles decorados, no era tosco, era sutil; en el centro tenía una bonita gema verde, traslucida, llena de brillo como los ojos de Shen Qingqiu, y apostaba que se vería bonito en algún dedo de sus delicadas manos. 

No preguntó el precio, simplemente lo compró.

Cuando el cielo se volvió más nocturno alcanzó a quién acompañaba. 

—¡Shidi! ¿Viste algo lindo para ti? Creo que yo ya suficiente por hoy.  

Antes de responder, Liu Qingge repasó su mirada curiosa hacia la gente que iba en grupos hacía otro lado del mercado. Shen Qingqiu lo miró, pero luego, con simpleza, explicó: —¿Eso? Hay un pequeño festival...me imagino que es hora de volver, seguro Liu'Shidi tiene mucho que....

—Shen Qingqiu—Llamó sin previo aviso o suavidad. 

Las orbes del llamado se abrieron con sorpresa. Eso había sido muy directo. 

—¿Sí, shidi?

—Tu mano— Ordenó sintiendo como los pómulos se le enrojecían— Dame tu mano

Confundido, Shen Qingqiu estiró una de sus manos, casualmente la mano izquierda.

Con delicadeza, Liu Qingge la tomó y deslizó el anillo que había comprado en el dedo anular de Shen Qingqiu. Tenía la mirada fija en sus manos, no quería en ese momento hacer contacto visual, pues sabía que lo que había hecho erra arriesgado, directo y de alguna manera pretendía no ser rechazado. Y cómo lo suponía, la joya se veía perfecta en aquellas manos. 

Shen Qingqiu se había acalorado por completo, era totalmente posible que tuviera el rostro inimaginable rojo en ese momento. ¿Por qué Liu Qingge le estaba dando un anillo que parecía de matrimonio? ¡Él no debería saber las tradiciones de su lugar de origen!¿O sí? ¿Acaso se le estaba proponiendo? ¡Liu Shidi te brincaste la primera cita en el café! ¿O esta era una cita? La cabeza de Shen Qingqiu era un caos. Y eso reflejó cuando Liu Qingge levantó la mirada y vio como el rostro de Shen Qingqiu estaba en un rojo vivo intentando procesar lo que estaba pasando. 

—Es un regalo, lo vi y pensé en ti. —Dijo intentando que los latidos de su corazón no se escucharan como tambores. 

—¡Ah! Jaja, entonces, ¿no es una propuesta? —Preguntó nervioso, tal vez tartamudeó. No esperaba que realmente diera resultado su plan de siempre estar con él, incluso en pequeñas misiones. Tal vez en su cabeza, solo era suficiente su compañía. Pues, ¿Quién podría compararse al dios de la guerra?

—En realidad sí me gustaría hacer una. 

Shen Qingqiu casi se ahoga con su propia saliva en un jadeo. 

—¿Querrías acompañarme al festival esta noche?

Era la primera vez que Liu Qingge proponía la compañía del otro. Esperaba desde el fondo de su corazón que fuese recíproco. Al principió, Shen Qingqiu bateó sus pestañas con suavidad pero terminó riendo mostrando su bella sonrisa. 

—Ay, Shidi, Shidi—Dijo palmando con su abanico el hombro de Liu Qingge. —Me encantaría acompañarte. 

Liu Qingge finalmente transformó la línea de sus labios en una sonrisa suave correspondida por la alegre de Shen Qingqiu; este se justo más hacia su hombro y enroscó los dedos de sus manos en la mano del señor de Bai Zhan. Liu Qingge la apretó y no reprochó, se sentía bien estar acompañado. Se sentía bien ser aceptado. 

*

Notas de autor:  Si casualmente están leyendo mi MeyMay, yo sé, yo sé que no he terminado, pero justo esta semana que pasó estuve super ocupada ;w; y no podía dejar atrás la Liushen week. Pronto me pondré al corriente. 

Siempre quería escribir menos de 500 palabras pero, a veces no más no me sale. Pero en fin jeje, espero les haya gustado  ପ(๑•ᴗ•๑)ଓ ♡ 


Flores en el Pico Bai Zhan | #LiushenWeek2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora