⚠️; Siete.

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—Entonces, ¿Que edad tienes? — tomó su copa y no dudo en tomar de esta, pero sin quitarme la mirada de encima

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—Entonces, ¿Que edad tienes? — tomó su copa y no dudo en tomar de esta, pero sin quitarme la mirada de encima. Sonreí.

—¿Cómo de cuántos años me veo? — pregunté, respondiendo con otra pregunta y tratando de sonar coqueta. Él alzó una ceja y sonrió.

—Pues...te calculo unos, diecinueve — contesto, dejando su copa en la mesa. Reí y baje un poco la cabeza, poco después, la levanté y lo miré.

—¿Acaso saldrías con alguien de diecinueve años? — pregunté y él sonrió.

—Sólo si esa persona tiene tu rostro, nombre y físico — contesto. Sonreí y asentí.

—Vale, pero no tengo diecinueve, tengo veintitrés — él alzo una ceja y soltó un “Woah”. —¿Qué? ¿Me veo muy chica? — tome mi copa de vino y bebí de esta.

—No tanto, pero si lo suficiente para no venderte unos cigarrillos — bufé y lo miré. —Por cierto, ¿Tu nombre? — lo miré un poco dudativa, ya que tomo su teléfono al mismo que realizaba la pregunta.

—¿Vas a agendarme detrás de tus amantes? — sonreí burlona. Él alzó una ceja y me miró.

—Pensé que habíamos llegado a un acuerdo — soltó una sonrisa nasal y no dude en tomar mi bolso y levantarme, siendo seguida por su mirada.

—Cariño, yo no soy puta de nadie, disfruta la cena, con permiso — le sonreí con falsedad y salí rápidamente de aquel cuarto, caminé entre las mesas y salí de ahí.

Al llegar afuera tomé aire y lo solté bruscamente. Caminé más hacia la orilla y levanté mi mano al ver a un taxi venir hacia mí, el taxi se detuvo frente de mi y subí en la parte trasera del auto.

—¿A dónde? — preguntó el chófer.

—A los departamentos del centro — respondí.

—Hay muchos departamentos, señorita.

—Le diré dónde parar — él asintió y sin más, dió marcha y empezamos a alejarnos del restaurante, en dónde había dejado plantado a Jeon. Joder, que bien se sentía.

Baje la mirada al collar y me lo quité, lo miré unos momentos y lo revise casi joya por joya, verificando que no hubiera nada extraño en él. Hasta que, finalmente encontré lo que tanto buscaba, sonreí sin gracia y me incline hacia enfrente.

—Señor, le regaló este collar — se lo extendí, él frunció el entrecejo y sin dejar de manejar habló.

—No puedo aceptarlo, lo siento — ladee un poco la cabeza y entrecerre los ojos. Aquí hay algo raro.

—¿Por qué no puede aceptarlo? Se lo estoy regalando, tómelo — insistí.

—Ya le dije que no puedo, mi jefe... — se detuvo y abrió los ojos sorprendido.

¡Ajá!

—Detén el auto — dije, él negó con la cabeza. —¡Detén el maldito auto! — grité, logrando que frenará de golpe, dejé el collar en el asiento trasero y baje del este, azote la puerta al salir. —Dile a tu jefe, que ni se moleste en mandarme mensaje.

Empecé a mover mis pies por la vereda, con dirección a la parada de autobuses, para tomar uno y marcharme de ahí.

[ ⚠️ ]

Al llegar a mi casa, dejé mi bolso en el sofá y camine hacia la cocina, me serví un vaso de agua y lo bebí. Dejé el vaso en la mesa de la cocina y solté un suspiro al escuchar mi teléfono sonar con tanta insistencia, supuse que finalmente sabía que no era una chica tan fácil como pensó.

Sonreí de lado y camine hasta mi bolso, lo abrí y saque me teléfono, viendo la llamada entrante de él. Solté un suspiro y conteste.

—¿Hola?

—¿Por qué dejaste el collar en manos de mi trabajador?

—Dije que no quería ningún tipo de sorpresas, señor Jeon — sonreí burlona, escuchando su voz maldecir en ruso. —¿Hay algún problema con eso?

—¿Cómo sabías que tenía un localizador? ¿Acaso hay algo que no me has dicho?

Sonreí.

—Por supuesto, mi padre era un famoso militar, que me enseñó defensa personal y ha revisar las cosas que mis futuros novios me regalaran, obviamente, para evitar que algún loco quisiera aprovecharse de mi amabilidad — quise soltar una ruidosa carcajada, pero sólo bufó y volvió a hablar.

—Te pido perdón por eso, no pensé que fueras a molestarte, quisiera...

—Yo también quisiera, señor Jeon, pero como le dije en un principio, un movimiento en falso y podría dañar las futuras citas. También, quisiera decirle que no soy alguien a quien le gusta compartir cama y a las personas, creo que me estoy dando a entender, ¿Cierto? — tomé asiento en el sofá y me cruce de piernas, esperando por su respuesta.

—De acuerdo, dejaré todo eso, pero con una condición — entrecerre mis ojos.

—¿Cuál condición? — pregunté, volviendo mi voz más seria y menos juguetona. Creo que él lo noto.

—Quiero saber si vale la pena dejar mi soltería por alguien como tú.

Solté una risa nasal.

—Entonces, creo que no podremos funcionar, yo no creo que sea capaz de cumplir sus estándares en la cama, señor Jeon.

—Tienes todo lo que necesito y cuando acepte por completo que tú eres la indicada para entrar en mi vida y hasta el fondo de esta...podré escoltar personalmente a las mujeres que tengo en casa; hasta la puerta y darles un adiós sin regreso.

Mis sentidos se centraron en “entrar en mi vida” “hasta el fondo de esta” supe que necesitaba hacer esto. Necesitaba arriesgarme y obtener las pruebas y para hacerlo.

Necesitaba entrar en su vida. Sin más ni menos.

—Acepto, te paso mi dirección y puedes venir a recogerme, estaré dispuesta a ir a dónde tú quieras.

Esperaba no arrepentirme después.

Esperaba no arrepentirme después

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—LaOmmaChida💜💜✨✨✨


¡Los amo muchísimo, besos! 💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖

»Profile ⚠️ +18 [ Lizkook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora