IV

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Jimin lo estaba volviendo loco. Dos días viviendo con ese hombre volvería loco a cualquier persona que tuviera buen juicio. Apenas hablaba con él, se mantenía alejado de él como si tuviera alguna enfermedad contagiosa y por lo general, cuando le hablaba, era muy grosero. Encima, no lo dejaba ir a ninguna parte y su actitud de mierda le estaba cabreando de verdad.

Entró en su habitación, podía sentir su intensa mirada sobre él desde el comedor, donde estaba leyendo el periódico. Cerró la puerta y echó un vistazo al reloj de la mesilla de noche. Eran las ocho de la noche. Ninguna persona debería quedarse un viernes por la noche en su casa.

Tenía veinte años, no ochenta y necesitaba vivir la maldita vida. Estaba de vacaciones, pero parecía que estuviera en la cárcel. Se puso un par de pantalones ajustados, una camisa negra con botones, de los cuales dejo algunos abiertos para mostrar un poco de piel y unos zapatos negros. Entró en el baño, se cepilló los dientes y se peinó el cabello. Jungkook se miró al espejo y sonrió lentamente a su reflejo. Quería volver loco a Park Jimin. Se lo merecía. Era lo justo. Salió del baño y abrió la puerta del dormitorio. Los ojos de Jimin se abrieron por la sorpresa cuando vio su cambio de ropa. Le frunció el ceño mientras se ponía de pie.

— ¿Dónde crees que vas? — Su voz era suave pero dura.

—Quiero salir, estoy a punto de volverme loco aquí adentro. Vamos.

—Es de noche.

—Nadie querrá joder conmigo si estoy contigo. No te estoy pidiendo que me lleves a una fiesta salvaje. Sólo quiero salir. Estoy de vacaciones, maldita sea, y me estoy volviendo loco. También podríamos quedarnos aquí y pasar un buen rato, en vez de salir.

—Quiero quedarme aquí. — Jimin cruzó los brazos sobre el pecho.

Jungkook sonrió lentamente.

—Genial. Quítate la ropa.

Lo miró boquiabierto.

— ¿Qué? — dijo con voz áspera.

—De la única manera en la que tú y yo podemos divertirnos es quitándonos la ropa. Quiero pasar un buen rato ya que casi no me hablas, sólo nos queda el sexo. Ahora semental, te quitas la ropa o coges las llaves del jeep. Es tu elección. De un modo u otro, esta noche no pienso quedarme sentado y aburrirme de nuevo.

Jimin soltó un gruñido pero no se movió. Jungkook miró fijamente su cuerpo tenso. Su enfoque se clavó en la delantera de sus pantalones. Jimin tenía una gran erección. Jungkook sonrió.

— ¿Nos quedamos o salimos? — Jungkook arqueó una ceja. — Porque ese gruñido sexy y esa erección me están diciendo que prefieres quedarte.

—Salimos. — gruñó y apartó la mirada de Jungkook. — No voy a perder mis bolas por echarte un polvo.

Con un suspiro se dirigió hacia la puerta.

—Pero sería una buena manera de perderlas.

Jimin gruñó otra vez y se le quedó mirando hasta que llegaron al jeep. A pesar de que estaba enojado, le abrió la puerta y luego la cerró. Cerró su puerta cuando él subió pero no lo miró.

— ¿A dónde quieres ir?

Jungkook vaciló.

— ¿Por qué no matamos a dos pájaros de un tiro? Jin me dijo que eres dueño de un bar, así que podríamos ir y mientras tú trabajas un poco yo me tomo un par de tragos.

Jungkook vio la indecisión en el rostro de Jimin pero finalmente asintió.

— Habrán lobos allí, pero tengo una buena seguridad. Podemos ir allí, pero te quedarás donde yo te diga. ¿Entiendes? —Jimin le lanzó una mirada dura.

🐺 Jikook 🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora